Itongadol/AJN.- La Asociación de Tenis de Israel propuso ayer, jueves, que el repechaje por la Copa Davis contra la Argentina se juegue en Sunrise, Florida (Estados Unidos), o en su defecto, en Nicosia, Chipre, tras la decisión de la Federación Internacional (ITF, por su sigla en inglés) de prohibir que sea local en su país debido al conflicto con los terroristas palestinos de la Franja de Gaza, pese a que actualmente se encuentra vigente un alto el fuego.
La entidad rectora decidirá en los próximos días cuál será la sede de la eliminatoria a disputarse entre el 12 y el 14 de septiembre.
El martes, la ITF había rechazado la apelación israelí, que sugirió postergar la serie hasta octubre o trasladarla a Haifa, en el norte de Israel, lejos de la zona de conflicto.
En Israel estaban muy entusiasmados con ser anfitriones de la Argentina por la permanencia o el ascenso al Grupo Mundial, la máxima categoría de la competencia, sobre todo su gran comunidad de inmigrantes de ese país y el resto de Latinoamérica.
No obstante lo cual, la decisión se daba por descontada, sobre todo después que se cancelara el torneo masculino que debía comenzar al día siguiente y que habría representado el regreso del mejor tenis a Israel tras 18 años.
La Asociación Argentina de Tenis había solicitado el cambio de sede hace tres semanas, debido al conflicto.
Israel descendió el año pasado y si bien no cuenta con jugadores de gran nivel y actualidad, los mismos suelen potenciarse en la Copa Davis, sobre todo Amir Weintraub.
Además, cuenta con un dobles muy fuerte y experimentado, que llegó a ganar el Abierto de Australia en 2008, y está integrado por dos olim (inmigrantes) rioplatenses, el argentino Jonathan Erlich y el uruguayo Andy Ram, quien pensaba retirarse en esa ocasión, ante su público.
Su mejor jugador en teoría en David “Dudu” Sela, aunque su rendimiento en la competencia es bastante irregular.
Por el lado argentino, si bien no atraviesa su mejor momento y corre el riesgo de descender después de una docena de años, la serie tenía un condimento especial para su capitán, Martin Jaite, que es judío.