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Detrás de la escena de la renuncia al cargo de Leiderman, se esconde una denuncia de un supuesto acoso sexual

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Itongadol.- El miércoles, a las siete de la tarde, antes de que el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Hacienda, Yair Lapid nombraran al argentino, Leo Leiderman, como el próximo presidente del Banco de Israel, un primer rumor estaba circulando: "Qué bueno que el asunto de Frenkel haya terminado. Desafortunadamente, el profesor Leiderman tiene muchos esqueletos en el armario. Traten de averiguar por qué se vio obligado a salir del Deutsche Bank".

Más tarde, hubo ampliaciones. Por ejemplo, una llamada telefónica de S.O., una mujer israelí que vive en el extranjero. Ella es cercana a los círculos económicos de Israel, y está al tanto de todo lo relacionado acerca del Banco de Israel.

S.O., en unas vacaciones de verano en el kibbutz de su infancia, conoció un gran secreto que marcó la repentina renuncia de Leiderman del Deutsche Bank – un secreto que sólo unas pocas personas saben, y que juraron no revelarlo.

El núcleo central del secreto consistía en una afirmación de un presunto acoso sexual. Una investigación periodística acerca de este tema fue enviada al portavoz del banco alemán, que tiene su sede en Frankfurt: ¿En serio? ¿Hubo allí una denuncia que fue dada de baja tras la renuncia de Leiderman? ¿Cuál es la política del banco con respecto al acoso sexual?

Deutsche Bank no respondió aún a estas preguntas, sin embargo el viernes por la mañana contestaron el teléfono y se comprometieron a revisar. De todos modos, estuvieron al tanto del "Comité Turkel", un comité asesor de nombramientos de altos cargos, y se fueron preparando para enfrentar una solicitud oficial de las autoridades israelíes. Para ello, comenzaron a reunir material sobre asuntos de integridad, ética y la relación entre él y ella, y él y ellos, y su banco. Esto no significa, por supuesto, que las acusaciones formuladas contra Leiderman, de forma anónima o bajo una identidad oculta, sean verdaderas. Él todavía no tuvo la oportunidad de responder a las mismas y presentar su propia versión de los hechos. Pero cada vez se fue tornando más claro: su nombramiento como presidente del Banco de Israel no sería para nada pacífic, y según caracterizó uno de los miembros de la Comisión Turkel el viernes en relación con el asunto: "repugnante."

Al mismo tiempo, en su kibbutz en el centro de Israel, S.O. se comunicó con un miembro retirado del Tribunal Supremo de Justicia Jacob Turkel, ahora presidente de la Comisión Turkel, en Jerusalén. Ella le contó lo que sabía, y con quién, en la lejana California, sería posible aclarar los detalles. Turkel, como de costumbre, solicitó la información por escrito. Ella prometió enviarla por correo. "No", insistió el juez, "esto es de carácter urgente. El secretario del Comité Arieh Zohar, está sentado junto a la máquina de fax – envíala ahora". S.O. buscó un fax en el kibbutz, y hacia la tarde, envió su misiva.

Ella no era la única. Turkel todavía no había logrado comprobar la información – el comité todavía no se había reunido para deliberar sobre el mismo y preparar una conversación con Leiderman – cuando una avalancha de quejas y reclamos, se cree más de la mitad de una docena, se pronunció sobre Leiderman. En el momento en que Netanyahu y Lapid declararon que Leiderman iba de camino al banco, Turkel contaba con que las personas con malas intenciones se apresuraran a decir lo que estaba en sus mentes.

Y así, dos cuestiones siguen permaneciendo desde la historia de Frenkel: ¿Cómo pueden, las personas que se consideran inteligentes, insistir en repetir los mismos errores, los propias y los de los demás? ¿Cómo podrían Netanyahu y Lapid anunciar el nombramiento de un nuevo presidente del Banco de Israel tan rápido, sin consultar primero a fondo? ¿ Fue el envío de un asesor – Profesor Eugene Kandel – a preguntarle a Leiderman si todo estaba bien, con el objetivo de un chequeo completo, una combinación de ultrasonido, rayos X y resonancia magnética, a fin de evitar una segunda desgracia? ¿Y no entendió Leiderman, testigo del caso Frenkel, quién vió su amargo final, que algún secreto suyo algún día podía salir a la luz?

La primera vez permaneció tres semanas. La segunda vez, tres días. A este ritmo, Netanyahu y Lapid encontrarán un tercer candidato que va a tomar el trabajo solamente por tres horas.

Deutsche Bank se negó a hacer comentarios. Leiderman aún no respondió.

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