Itongadol.- Enviado especial en Israel. El vicepresidente de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba, David Prinstein, quien encabeza la delegación de Cuba en las Macabeadas, transmitió la emoción de participar por primera vez en el máximo encuentro de la comunidad judía. “Es muy valioso para nosotros que la bandera de Cuba haya ondeado con la magnitud que lo hizo en el estadio de Jerusalem”, expresó Prinstein en una entrevista con la Agencia Judía de Noticias (AJN). Por su parte Ricardo Kanterovich, presidente del Departamento Latinoamericano de Maccabi Mundial, destacó que “Latinoamérica batió records en esta Macabeada” con “unos 1.600 deportistas”.
A continuación la entrevista a ambos dirigentes:
¿Cómo están viviendo esta visita a Israel?
Creo que aunque se vuelva a repetir la posibilidad de que Cuba pueda participar de otras Macabeadas, o en otro evento grande, está experiencia es única. Esta Macabeada tiene una repercusión muy importante en el mundo entero y en Cuba ser partícipe fue un sueño de muchos años. En el ’97 tuvimos un miembro de nuestra comunidad, Helen Eskenazi, que estuvo como participe, pero que no pudo desfilar pues fue la Macabeada en que se cayó el puente. Ella quedo con eso muy adentro y hoy parte de su sueño se cumple desfilando e integrando el staff de la delegación. También es un sueño realizado que hoy jóvenes atletas cubanos ganaran sus medallas de bronce. Son las dos primeras medallas de bronce para América Latina.
¿En qué deportes están participando aquí?
En karate, softbol, futsal, tenis de mesa y tiro con arco. En Cuba los practican en varios estadios deportivos no judíos ya que no tenemos uno propio. En Cuba el deporte es un derecho del pueblo, o sea que desde niño se está practicando deportes. La delegación cubana en sí no trae, a excepción de 3 personas, deportistas de preselecciones, ni siquiera nacionales o provinciales. Solamente el gran corazón que tenemos de jugar como judíos, de poder prepararnos en una disciplina deportiva y de participar hoy aquí, en esta 19ª Macabeada. Es importante para nosotros hacer público el profundo agradecimiento de la delegación cubana, de la Comunidad Judía de Cuba a la presidenta Adela Dworin, a Macabi Mundial y a todo el Comité Organizador de la Macabeada no sólo por habernos invitado sino por haber cubierto los gastos de la delegación cubana y toda su estancia acá en Israel. Es muy valioso para nosotros que la bandera de Cuba haya ondeado con la magnitud que lo hizo en un estadio con tantos miles y miles de personas, pues vieron que la comunidad judía de Cuba, gracias a esta bondad, existe con un creciente desarrollo comunitario.
¿Es difícil ser judío en Cuba?
Difícil no es. Primero nos sentimos cubanos porque somos nativos y llevamos muy impregnado el judaísmo como elemento de nuestra historia, vida, tradición y costumbres y lo hacemos desde que somos muy pequeños. Nunca fuimos una religión perseguida, rechazada. Evidentemente no había relación con el gobierno cubano marxista leninista, que no tenía ningún vínculo con las religiones. Tampoco había asedio o ataques contra ningún judío. De hecho las sinagogas se mantuvieron abiertas y es gracias a la persistencia y fe de personas como Adela Dworin, presidente de nuestra comunidad, que hoy estamos aquí. En los años ’90 José Mileler, quien fue presidente de nuestra comunidad por 30 años, le hizo una propuesta a la American Joint Distribution Committe para que ayudara a nuestra comunidad en una etapa nueva de reorganización. Ahí empezamos a fomentar programas y proyectos comunitarios para que después de que estuviéramos reorganizados diera prosperidad a la comunidad.
¿Qué tipo de proyectos?
Uno de los más importantes fue hacer una escuela dominical. La educación en Cuba es estatal, es una educación muy buena, pero nosotros tenemos al judaísmo como elemento importante en la historia universal. Al poder hacer una escuela los domingos solamente, una vez por semana, la gente viene de manera voluntaria, con transporte organizado, apoyado por el Joint. Hoy en día esta escuela es uno de los programas más importantes que tenemos, y que más apoyamos por la importancia que tiene trasmitir historia, tradición, judaísmo, hebreo, etc. Cuenta con aproximadamente 50 niños y jóvenes. Tenemos matriculados a un 67% de los judíos de La Habana, y de ellos más del 60% son niños y jóvenes. Es decir que estamos garantizando una buena continuidad.
¿Cuánta gente activa nuclea la comunidad judía de Cuba?
La comunidad judía hoy en día tiene aproximadamente unos 1.300. No tenemos una cifra exacta. Desde el año ’95 muchas familias cubanas hacen aliá a Israel y evidentemente eso ha disminuido el movimiento demográfico. Pero sin embargo hoy por hoy la comunidad está viviendo los mejores momentos de desarrollo comunitario de toda su historia, y creo que una de esas expresiones es poder encontrar en Israel una delegación con 55 miembros cubanos, nueve de ellos residentes acá, en Israel, lo que evidencia un desarrollo muy importante de nuestra comunidad.
¿En los Jaguim y en Iamim Noraim tienen miniam?
Hoy en día el miniam histórico de la comunidad judía de Cuba está viviente. La presidenta y yo hemos coincidido que la historia de nuestra comunidad es muy peculiar. Tiene un antes, con 15.000 judíos antes de 1959, y un después, cuando la comunidad quedó totalmente devastada y no había judíos que practicaran el judaísmo. También tiene un presente, en el que hay un creciente desarrollo comunitario.
¿Tienen rabinos?
Tenemos uno que viene de Chile cada tres o cuatro meses, con un ciclo de preparación constante a cada uno de los líderes de la comunidad. Hoy en día nosotros concentramos en cada Shabat entre 90 y 130 personas, y en festividades como Januca, Purim y Pesaj tenemos un mínimo de 350 personas. Eso no se había logrado nunca antes y evidentemente responde a un trabajo importante con cada uno de los diferentes continuadores de los programas y proyectos comunitarios que hoy tenemos.
¿Cómo estás viendo el judaísmo en todo Latinoamérica?
Cada vez se está integrando más al mundo judío, está siendo cada vez más participe de su problemática y creo que para Israel es importante. El presidente lo ha manifestado en cada una de sus misivas a la comunidad de Latinoamérica, en cada una de las celebraciones del año nuevo.
Cuando ves un fenómeno como el de Caracas, ¿qué pensás?
La situación de Caracas no tiene nada que ver con Cuba ni del punto de vista político, ni del punto de vista social. Cuba siempre ha sido un país, y los presidentes lo han manifestado, muy cuidados y respetuosos con Israel y con los judíos cubanos. De hecho, haber recibido la visita de dos presidentes cubanos indistintamente en la sinagoga, en festividades como Janucá, demuestra evidentemente un respaldo a la comunidad judía de Cuba. Además de eso el presidente ha expresado la importancia de la historia del pueblo judío, del pueblo hebreo y también del respaldo al Estado de Israel. Le decimos a los judíos de Venezuela que las condiciones de las maneras políticas de pensar cambian de acuerdo a las situaciones reales de los momentos actuales de cada uno de los países; que no se vayan, que mantengan su fe, su judaísmo y creo que todo va a ir bien. Hace poco estuvimos viendo expresiones de Maduro antes del Congreso Judío Mundial que decía que en algún momento vio persecuciones contra los judíos, lo cual no era bueno ya que a los judíos había que respetarlos. O sea que parece que las condiciones están cambiando también en Venezuela, que está habiendo un respeto a la comunidad judía también.
Vos les decís "no se vayan, quédense" y antes dijiste que muchos judíos de Cuba se fueron. ¿Qué pasa entre esas dos situaciones?
Muchos judíos se fueron porque se afectaron económicamente y quisieron buscar un país donde podía seguir existiendo la misma política económica que ellos vivían hasta ese momento. Pero siempre tenemos que agradecer a los judíos que nos quedamos, porque gracias a esos judíos hoy en día hay siete comunidades. Hace poco alguien me decía que me quedara en Israel, que aprovechara y que tenía que estar aquí. Yo le dije que no, porque mi lugar era en Cuba con mi comunidad. Como líder de la comunidad judía cubana trato de defender nuestra tradición, nuestra historia, nuestras raíces en esa localidad y, por otra parte, ¿qué le podemos decir a nuestros antepasados que hicieron esas comunidades? ¿Qué le podemos decir a los donantes que de alguna manera apoyan el desarrollo que hoy tiene la comunidad judía de Cuba?
¿Cómo estás viendo el fenómeno de la penetración de Irán en Latinoamérica?
Son cuestiones políticas muy difíciles y una apreciación también muy difícil de apreciar, valga la redundancia. En Cuba no se siente afectación, no se siente miedo, ni que los judíos queden de alguna manera afectados. No me preocupa en el sentido en el que mientras las comunidades judías se mantengan unidas, fuertes, no va a ser un problema para ninguna de ellas. Tenemos que tratar de estar unidos y solidarizados con los problemas de cada una de las comunidades, como pasa ahora en Europa con el creciente antisemitismo.
¿Cómo está integrada tu familia?
Toda mi familia está muy involucrada e integrada a la vida comunitaria. Mi esposa es presidenta de la organización femenina y además es la directora nacional de programas de rikudim. Tengo cuatro hijos, dos viviendo en Miami y dos viviendo en Cuba. Los dos de Miami estudiaron en Israel, viviendo año y medio allí. El mayor piensa regresar a Israel en algún momento, acá tenía una vida muy organizada, muy estable. Los dos que viven en Cuba son son madrijim de la juventud y están muy involucrados también con la parte religiosa. O sea vivimos toda nuestra vida circundando constantemente en torno de la comunidad.
¿Cuál es tu mensaje para las comunidades judías del mundo en esta primera experiencia en Israel?
Todos ganamos. No hay un país que predomine sobre el otro, todos estamos por lo mismo. O sea Israel gana, Am Israel Jai, Am Israel Ve Cuba Jai.
Por su parte Ricardo Kanterovich, presidente del Departamento Latinoamericano de Maccabi Mundial también se refirió a la participación de la representación de la comunidad judía de Cuba en la Macabeada.
¿Cuál es tu impresión de esta primera participación de Cuba?
Cuba ya estuvo en la Macabeada del ‘97 con una muy pequeñita delegación, pero lamentablemente no pudieron desfilar por la tragedia del puente. En esta Macabeada ellos, con el trabajo que se hizo y gracias a un donante americano muy grande, llegaron con una excelente delegación de 53 personas, compuesta por deportistas de varios deportes, y ya tiene medallas. En karate los chicos pequeños lograron dos medallas y están felices de estar aquí. Como fui el encargado de armar el proyecto de rikudim en el programa de la Macabeada puedo decirte que tienen un famoso grupo de rikudim, que posee una excelente reputación, que está recorriendo todo Israel y participa en el festival de Carmiel. Son las chicas cubanas que entraron delante de la delegación en la inauguración.
¿Qué lectura política se hace del hecho que se haya trabajado para que ellos puedan estar presentes?
Se viajó varias veces a La Habana, se les envió a un entrenador para que arme el equipo de futsal, un muchacho argentino que juega en Argentina. La ropa fue donada en parte por gente de Argentina y en parte por gente de Estados Unidos, lo que demuestra la hermandad del Movimiento Macabeo.
¿Es un ejemplo a seguir para otros países, donde las comunidades son pequeñas?
Tenemos el proyecto para lo que se llama las comunidades pequeñas, que al principio lo llamaban lost communities, las comunidades perdidas, que no son perdidas sino comunidades pequeñas: El Salvador, Nicaragua, Bahamas, entre otras. Muchos países fueron representados en esta Macabeada con pequeñas delegaciones. Es un ejemplo a seguir totalmente.
¿Cuál es el trabajo actual de tu gestión en relación con las comunidades en general y las de Latinoamérica en particular?
Latinoamérica creo que batió records en esta Macabeada. Estamos arañando los 1.600 deportistas. Lamento mucho que una comunidad como la panameña, que queríamos que la comunidad esté representada, no haya llegado. Pero si miras en el mapa es la única, todo el resto está aquí presente: Brasil con 550, Argentina con 430, Chile con 110, Uruguay con 43, Colombia con 24, Perú con 28. Son cifras a las que nunca pensamos que íbamos a llegar. Hay que seguir trabajando, es nuestro trabajo y estoy muy contento, muy feliz. Esperamos y deseamos que está Macabeada siga como va, en marcha, andando sobre ruedas.