REuters.- Yuval Steinitz, presidente del Comité de Asuntos Exteriores y de Defensa del Parlamento israelí, dijo que Israel tomó una «firme decisión» hace 20 años, tras la detención de Pollard, de no espiar a Washington de nuevo.
«Tengo mucha confianza en las autoridades de investigación de Estados Unidos y por ello estoy completamente seguro de que al final se confirmará que no hay implicación israelí en un caso así», declaró.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ha subrayado frecuentemente sus buenas relaciones con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y ha visitado la Casa Blanca nueve veces desde que asumió el cargo. Un alto asesor de Sharon se reúne a menudo con la Consejera de Seguridad Nacional de EEUU, Condoleezza Rice.
Pero el caso de Pollard, un judío americano que obtuvo la nacionalidad israelí en 1995, ocho años después de empezar a cumplir una cadena perpetua en una prisión de EEUU por espiar para Israel, sigue siendo un estorbo en las relaciones entre ambos países.
Según la cadena de televisión CBS, que fue la primera que informó sobre la investigación del FBI, uno de los documentos pasados a Israel era un borrador de una directiva presidencial sobre la política de EEUU hacia Irán.
Responsables de EEUU e Israel acusan a Irán de desarrollar armas nucleares, algo que este país niega. Desde su revolución islámica de 1979, Irán se ha negado a reconocer el derecho a la existencia de Israel.