Una terapia experimental de cáncer, que utiliza linfocitos de cualquier donante activados en laboratorio para convertirse en «células asesinas», muestra resultados alentadores. Los experimentos en el Centro Médico de la Universidad Hadassah en Ein Kerem, Jerusalén.
Transferidas a pacientes de cáncer, cuyos tumores fueron reducidos mediante cirugía, quimioterapia y/o radioterapia, la técnica derrotó la enfermedad en varios pacientes, aunque llevará cinco años saber si están curados, según el profesor Shimon Slavin, jefe del departamento del Departamento de Transplante de Médula e Inmunoterapia Oncológica del Hospital Weisner, pionero en esta y otras terapias innovadoras.
Slavin explicó su técnica, que se está patentando y se realiza solamente en el Hadassah. El Servicio trata a unos 4.000 pacientes al año y se mudó a los cómodos y artísticos edificios del Instituto Sharett de Oncología. Hace 18 años que Slavin y su equipo fueron pioneros en el tratamiento de linfocitos activados de un donante no apropiado con el receptor.
El avance se probó en un niño de Tel Aviv, que sufría leucemia terminal y que demostró ser resistente a la terapia convencional. Recibió células madre de un transplante de médula de su hermana mayor sana. «Se fue a casa aparentemente sano pero, pronto, desarrolló un tumor en su frente y cuello y apenas le dejaba respirar. Su madre nos pidió que intentáramos algo más, así que le dimos linfocitos de su hermana, una inyección semanal durante seis semanas. Los tumores retrocedieron, su respiración volvió a normalizarse y su leucemia desapareció. «Hoy», dijo Slavin «está sano y es parte de las Fuerzas de Defensa de Israel. Sabe que su caso salvó a decenas de miles de vidas» al adoptarse la técnica en todo el mundo.
Pero en la nueva técnica experimental, que solamente se practica en el Hadassah, se utilizan las células y los linfocitos de un donante totalmente ajeno. El proceso comienza en el sistema inmune del paciente y las células asesinas localizan y destruyen cualquier célula tumoral antes de que su propio sistema inmune destruya las células asesinas.
Las «malas células», que podrían dañar al paciente, se pueden separar de las «células buenas», que buscan y destruyen las células de cáncer como un «misil dirigido». El paciente no sufre ninguno de los efectos secundarios del tratamiento convencional.
La Interleukina 2 está incluida en el paquete de servicios sanitarios de otras firmas sanitarias, pero no en esta técnica experimental, así que los servicios públicos rehusaron hacerse cargo de los honorarios del tratamiento. Slavin – que trató a varias centenas de miles de pacientes con varias tecnologías experimentales en el último año, ayuda a cubrir el coste -que oscila entre 8.000 a 24.000 NIS por paciente, con donaciones recibidas del Hadassah.