Reuters.- La ceremonia de este año se llevó a cabo en el jardín del embajador de Israel en Grecia. Por primera vez la ceremonia contó con la presencia del presidente del Comité Olímpico Internacional, quien habló elocuentemente sobre la necesidad de no esconder la masacre debajo de la alfombra.
El presidente del COI, Jacques Rogge, quien en los Juegos de 1972 estuvo en el equipo de vela de Bélgica, llamó a los 11 fallecidos «nuestros hermanos de la familia olímpica».
Rogge añdió: «El 5 de septiembre de 1972 cambió la cara del movimiento olímpico y de hecho la de los Juegos Olímpicos por siempre».
«Los atletas y las seguridad han sido la prioridad número uno de los Juegos», dijo Rogge, y agregó que ese era el motivo por el cual él quería revivir la Tregua Olímpica del festival original de la antig
Juedad.
«Si podemos remplazar los conflictos por tolerancia por sólo unas cuantas semanas entonces tal vez podamos apreciar lo mejor de este mundo y luchar por mantenter eso», dijo.
El comentario no pasó desapercibido para Ankie Spitzer, quien desde hace tiempo ha luchado para que en las olimpiadas se haga mención pública de lo que le pasó a su esposo y a sus compañeros.
En un discurso, Spitzer dijo: «Aunque estoy inmensamente agradecida por la hospitalidad del embajador israelí, deberíamos tener esta conmemoración frente a todos los atletas patrocinados por el COI porque éste no es un asunto israelí».
«Esto compete a toda la familia olímpica».
El incidente de Munich, se recuerde en público o en privado, ha tenido un profunto efecto en las olimpiadas en un aspecto clave: seguridad.
Los expertos dicen que cambió radicalmente la forma en que el evento es vigilado y que la seguridad ha incrementado de forma aún más dramática desde los ataques del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos.
El experto olímpico David Wallechinsky dice que lo que pasó en Munich despojó a las olimpiadas de su inocencia.
«Quién lo hubiera imaginado. No tienes otra opción que montar un aparato masivo de seguridad (…) Por mucho tiempo los funcionarios olímpicos no quisieron hablar sobre los que murieron y ahora estan dispuestos a hacerlo», dijo.