Un hecho significativo ocurrió ayer en el Museo de la Shoá de Buenos Aires, donde la comunidad judía argentina, a través de la DAIA y el Museo de la Shoá, en conjunto con la Embajada de El Salvador en la Argentina, rindieron tributo al coronel José Arturo Castellanos, quien en sus funciones de cónsul general en Suiza, durante los años 1942 -1945, salvó a través de la emisión de pasaportes y certificados de nacionalidad extendidos “sin cobros extraordinarios”, al costo normal o gratis si fuera posible, logrando evitar la deportación y salvar de la muerte segura en las garras del nazismo a casi 50.000 judíos.
Judíos de Hungría, Polonia, Holanda, Bélgica, Francia, Checoslovaquia, Grecia y otras partes de Europa fueron favorecidos con esta acción humanitaria.
Ante una sala colmada que tuvo como sus integrantes especiales a los alumnos del Instituto del Servicio Exterior de la Nación, Dorit Shavit, embajadora de Israel en la Argentina, quien integró la comisión israelí que en año 2010 decidió honrar al coronel Castellanos como “justo entre las naciones”, hizo un pormenorizado detalle de la labor humanitaria que el diplomático llevó a cabo, y resaltó la importancia que reviste para Israel y el mundo reconocer a los hombres y mujeres no judíos que arriesgaron todo por salvar la vida de los judíos.
Asimismo, señaló la importancia que tiene para la región saber que Castellanos es uno de los diplomáticos reconocidos con tan importante distinción.
Por su parte, el presidente de la DAIA, Julio Shlosser, remarcó la importancia del evento, y comprometió a los jóvenes estudiantes, futuros diplomáticos que llevarán las relaciones internacionales de la Argentina a mantener viva la memoria de la Shoá, a indagar, a estudiar y verse reflejados en modelos como el que en este acto se celebra, para llevar a cabo su tarea.
A su turno, el embajador de El Salvador, Oscar Menjivar Chávez, en una emocionada alocución, fundamentó esta decisión de perdurar la memoria de Castellanos en el intenso programa de educación en derechos humanos que su país lleva a cabo, el compromiso con el estudio de la Shoá y la necesidad que el mundo tiene de conocer los capítulos de la historia donde el bien y los buenos ejemplos son formadores.
Claudio Avruj, presidente del Museo de la Shoá, antes de la inauguración de la placa que perpetuara el nombre del cónsul Castellanos, junto con el presidente de la DAIA, sobre el cierre del evento, entregaron una escultura al embajador de El Salvador, como testimonio de gratitud y recuerdo, para que luzca en la embajada salvadoreña como testimonio de lo vivido y realizado en este acto que es un acto de educación y justicia.
Ya en la clausura del acto, Avruj agradeció por la oportunidad y reflexionó diciendo que “ojalá pueda este homenaje y la figura del coronel Castellanos, y la actitud del Gobierno de El Salvador inspirar nuestra conducta y guiar nuestros actos, ya que el antisemitismo reviste hoy en día nuevos rasgos pero es igual de devastador, por lo que la movilización y la vigilancia deben permanecer intactas”.
“Ojalá esta ceremonia pueda servir igualmente a la memoria de esas mujeres y hombres, aún hoy anónimos que como lo enuncia el Talmud han logrado mantener en vida y salvar parte de la humanidad que el nazismo pretendió exterminar”, agregó.
El coronel Castellanos murió, a los 84 años de edad, en junio de 1977, olvidado y en la pobreza, por lo cual estos actos que desde 2010, cuando Israel tomó la decisión de honrarlo, se llevan a cabo en todo el mundo.
Este gesto abre “la llama de la gratitud y el reconocimiento perpetuo de aquellos nombres que estuvieron por encima de la obediencia debida, aquellos que supieron escuchar la voz del corazón, vivir una vida en función de los valores aprendidos sin miramientos, sin especulaciones, sin saber que un día sus nombres serán recordados y recuperados para siempre como ejemplos que nos dicen que siempre hay alternativa y que siempre la elección es de uno, solamente de cada uno de nosotros en la intimidad más absoluta”, expresó Avruj.
Integrantes de las fuerzas de seguridad de la Nación, funcionarios de Gobierno Nacional y de la ciudad de Buenos Aires, intelectuales, periodistas, legisladores y sobrevivientes del Holocausto dieron un muy importante marco al evento.
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