Itongadol.- El pasado viernes 8 de marzo el colegio secundario Yeshurun Torá dio comienzo al ciclo lectivo 2013 con un acto donde estuvieron presentes además de todo el alumnado, representantes de la comisión directica escuela, padres y docentes junto al equipo directivo del nivel.
El Rabino de la escuela, Rab. Itzjak Chehebar, comenzó el acto como todas las mañanas con la tefilá y dio la bienvenida a los alumnos valorando desde nuestras fuentes el estudio y el conocimiento. El Rector del colegio, Lic. Ariel Cohen Imach, celebró el contínuo crecimiento del colegio reflejado en los más de 200 alumnos que conforman el secundario y contó entre otras cosas que este año participará la escuela en Marcha por la Vida con el segundo grupo que nos representa (al final el discurso completo) además de celebrar este año el 20 Aniversario de la Institución.
La alumna, egresada de los 3 niveles de la escuela, Leila Salem y premiada por su participación en la Bejiná Yerushalmit, dirigió un mensaje de agradecimiento a la escuela e invitó a los alumnos a seguir apostando y a disfrutar cada paso que dan en ella a la vez que contó que el lunes 18 de marzo se sumará como alumna de Uman, el nuevo terciario que se inicia. Al respecto habló la Sra Yardena Fallaq, como integrante del proyecto y describió un poco de qué trata la propuesta de un terciario que abre las puertas en este ciclo dentro de un marco de Torá.
PALABRAS A CARGO DEL RECTOR DE LA INSTITUCIÓN:
Queridos Rabanim, miembros de Comisión Directiva, autoridades, docentes, personal no docente, queridos padres y alumnos:
La agenda colectiva del pueblo judío nos presenta, como una de las tareas fundamentales reservadas para el día viernes, la misión de leer y releer, buscar y desentrañar los mensajes vitales que nos regala la porción semanal de la Torá.
Y esta semana, el Libro de los Libros nos invita a un tiempo de cómputo y de balance, de recuento y de censo; censo que en la perspectiva de la Torá se asocia con un acto de amor y de valoración de cada individuo. Se nos narra la inauguración del antiguo Tabernáculo erigido con las ofrendas voluntarias de cada uno que deseó participar de corazón, que guiaba la travesía de nuestros antepasados para enseñarnos también a nosotros que la Torá, el DerejEretz, la educación, no están limitados por un espacio fijo como el Templo o la escuela, sino que nos acompañan dondequiera que vayamos.
En esta misión de lectura y reflexión, permítanme compartir algunas verdades inspiradoras para el inicio de un ciclo lectivo, que nos presenta la Perashá de la semana.
Comencemos aludiendo al censo delos hijos de Israel, materializado en la ofrenda de una monedita de medio Shékel por persona. No se contaban las personas directamente, sino que al contar las monedas, se sabía automáticamente cuántas personas habían aportado. He aquí la primera gran enseñanza para este viernes de inicio de clases: un judío digno de ser considerado miembro de la comunidad es el que entrega algo. En nuestra comunidad escolar todos tenemos algo para aportar: alumnos, padres, profesores, asistentes, directores. El saber, la iniciativa y la responsabilidad no son patrimonio exclusivo de nadie. Queridos alumnos: el medio Shékel que les pedimos para este ciclo lectivo es una actitud activa para ayudarnos a gestionar vuestro propio aprendizaje; una actitud de entrega y colaboración para con vuestros compañeros. La mezquindad es enemiga del aprendizaje, particularmente en el momento actual, cuando la tecnología posibilita el fluir del conocimiento en forma instantánea de un rincón a otro de este mundo globalizado.
Tratemos de explicar por qué la Torá establece la cifra de medio Shékel por persona. ¿Por qué precisamente una fracción de la unidad y no una unidad completa? Para enseñarnos que una persona sola no alcanza a constituir una verdadera unidad. Necesitamos al otro; sin unión, comprensión y diálogo con nuestros compañeros, no somos una unidad digna de consideración. “Ezehújajam, halomedmikoladam”, proclama el antiguo aforismo. Allí donde no vemos en el prójimo alguien que nos puede enseñar, la sabiduría no tiene lugar.
La Torá establece un límite de edad para participar de aquel primer censo: “mibénesrimshanávama’la”. A partir de 20 años. La cifra de 20 años ha venido a simbolizar madurez, constancia, perdurabilidad en el tiempo. Bellas palabras para dar comienzo a este año lectivo en que Yeshurun cumple 20 años como institución escolar. Una institución escolar que comenzó funcionando en el Templo; que se trasladó a lo que en algún momento era el gigante edificio de la calle Gutiérrez; un edificio que más tarde fue la apretadísima sede de nuestro flamante Secundario durante sus primeros 4 años de funcionamiento, hasta que se inauguró este edificio que era y parecía muy pero muy grande. Hoy, nuestra sede ha sido reacondicionada, Uds. habrán visto aulas más grandes, oficinas nuevas o ampliadas, un salón en el 4º piso aún no habilitado, todo ello para albergar a nuestro Secundario cuyo crecimiento desbordó los pronósticos más optimistas. Pero esto no es todo. También nos toca hoy ser anfitriones, apretarnos como alguna vez lo hizo la Primaria para hacer lugar a este Secundario; apretarnos para compartir este edificio con Umán, la nueva institución de estudios terciarios que tiene a Yeshurun entre sus fundadores y que corona 20 años de crecimiento acelerado en cantidad y calidad.
Abramos con entusiasmo este nuevo ciclo en una institución rebosante de crecimiento, floreciente, innovadora y llena de proyectos. La Torá nos habla del santuario portátil que llevaban nuestros antepasados durante sus travesías por Sinaí; santuario cuyo corazón era el Arca Sagrada, transportada por medio de varas que estaba prohibido separar de ella, para enseñarnos que la Torá es transportable por definición y debe llevarse allí donde el pueblo judío se dirija; y para enseñarnos también que la experiencia judía es un viaje, tanto geográfico como espiritual. No en vano la porción de la Torá culmina con las palabras “bejolmas’ehem” – en todos los viajes del pueblo de Israel, palabras de hermoso augurio para un año lectivo que verá partir la segunda delegación de Yeshurun a Marcha por la Vida, un viaje no sólo a Polonia e Israel sino principalmente a lo más íntimo de nuestra identidad judía y a lo más conmovedor de nuestra historia.
Pero el viajar no es privativo de la delegación de Marcha por la Vida, pues TODO nuestro proyecto los invita, queridos alumnos, a la travesía del conocimiento y el aprendizaje, aventurándonos a explorar lo más profundo de nuestras fuentes, lo más nuevo de las ciencias y la tecnología, la creatividad y las artes, el misterio de los idiomas, la frescura del deporte, entregando cada uno lo mejor de sí para hacer de la escuela un espacio agradable, luminoso, amigable e inspirador.
En la tradición judía estudio es sinónimo de vida. Nuestros sabios se escondían para enseñar la Torá cuando los romanos lo castigaban con la muerte, porque comprendían que, en términos judaicos, dejar de estudiar es también una forma de muerte. Gracias a D’s, hoy no tenemos que escondernos para acceder al estudio, que sigue siendo nuestra inagotable fuente de vida.
Hashem nos inspire para construir juntos un ciclo lectivo desbordante de vitalidad, de estudio profundo y vibrante, de esfuerzo mancomunado por entregar y compartir lo mejor de nosotros, y de regocijo permanente por formar parte de una institución rebosante de energía y nuevos proyectos.
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