Un miembro del Comité Judío Americano (CJA), que el lunes estuvo en la Casa Rosada junto a otros dirigentes comunitarios y funcionarios oficiales, aseguró ayer que el presidente Néstor Kirchner habló del hallazgo de casetes del caso AMIA y no de simples recibos.
Jacobo Kovadloff, un argentino de 80 años que hace 27 vive en Nueva York, es el consultor de asuntos latinoamericanos del CJA. Sus dichos parecen lo que ningún dirigente local prefirió pronunciar ayer para no estropear la buena sintonía que —al menos hasta este curioso suceso— mantienen con el Presidente.
En una entrevista que le dio a Clarín en un hotel del Abasto, Kovadloff puntualizó: «Yo escuché perfectamente la traducción oficial, que nadie corrigió; ni siquiera el secretario de la Presidencia (Oscar Parrilli), que estuvo en la conferencia de prensa posterior. No hay dudas de que se habló de casetes; la palabra recibos ni siquiera fue mencionada».
El dirigente ratificó así la posición del presidente de la mutual judía argentina, Abraham Kaul. Este fue quien el lunes anunció, al término del encuentro en Presidencia, lo que el propio Kirchner tuvo que desmentir 21 horas después: la aparición de 46 cintas que «se perdieron» hace casi diez años y que serían útiles para el esclarecimiento del atentado.
La reunión entre Kirchner y los dirigentes de la colectividad judía se celebró el lunes a las 3 de la tarde. Un día antes, en el acto por el décimo aniversario de la masacre de la AMIA, el Presidente había sido aplaudido y elogiado. El eje de la confusión que se presentó luego son conversaciones telefónicas de los acusados de participar de la voladura.
El anuncio de Kaul fue difundido de inmediato por todas las cadenas de noticias del país. Pero recién un día más tarde, casi al pasar, en un acto en el partido de Vicente López, Kirchner dijo que había un pequeño error en la noticia. Y le echó la culpa al presidente de la AMIA: «Lo que yo dije es que lo que se había encontrado son los recibos de quiénes se llevaron los casetes».
A la AMIA le quedaban —en principio— dos posibilidades: salirle al cruce a Kirchner o admitir ese supuesto error propio. Desde la desmentida del Gobierno, ningún dirigente local abrió más la boca; ese silencio podría interpretarse más como la primera opción que como la segunda.
«Yo creo que Kirchner repitió con apresuramiento una información que le dieron sin chequear, pero siempre actuando de buena fe. Tal vez nos quiso mostrar que realmente está siguiendo la investigación con compromiso», comentó, con palabras cuidadas, el dirigente del CJA.
Cuando Clarín le preguntó si —por el contrario— alguien pudo haberle hecho llegar al Gobierno un dato equivocado con toda intencionalidad, Kovadloff fue reticente: «Todo puede ser».
Mientras en Gobierno se insiste en la teoría del lamentable malentendido, un juez federal ya llamó a declarar a como testigo a Kaul (verBonadío citó a…). En Tribunales no se descarta que, además, sean convocados los funcionarios que participaron de la reunión en la Rosada.
Tío del ensayista Santiago Kovadloff, ex presidente de Hebraica y vice de la DAIA, Jacobo Kovadloff agregó ayer que, antes de la entrevista con el Presidente, fueron recibidos en el Ministerio de Justicia por Gustavo Beliz. Relató: «El ministro nos causó una muy buena impresión. En un momento nos dijo: Bueno, el Presidente seguro les va a contar más cosas… Ahora que relaciono, no sé si Beliz se habrá referido al anuncio de los casetes».
Por Pablo Abiad.
Clarin