Una empresa israelí dedicada a las denominadas tecnologías limpia desarrolló un sistema que permite utilizar algas para reducir la contaminación del aire y gases que contribuye al efecto invernadero.
Se trata de Seambiotic Israel que con la ayuda de las algas está convirtiendo el dióxido de carbono emitido por las centrales eléctricas en combustible y nutracéuticos.
En 2007, se presentó la planta piloto de Seambiotic instalada junto a la Corporación Eléctrica de Israel en Ashkelon.
Pese a los obstáculos burocráticos, el proyecto tuvo un gran éxito comercial, ya que la planta piloto dio resultados positivos para la empresa y el medio ambiente.
Ahora, la compañía tiene cinco acuerdos comerciales con Estados Unidos, Italia y China, donde este mes se lanzó la primera granja comercial de algas.
Seambiotic también está trabajando con la NASA de Estados Unidos para desarrollar una variedad de biocombustibles comercialmente viable a base de algas que tiene un punto de congelación más alto que otros biocombustibles a base de plantas como maíz o caña de azúcar.
De esta manera, Seambiotic, encabezada por Noam Wenczel y con sede en Tel Aviv, toma un nuevo enfoque para el uso de algas como combustible.
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