Además, la querella refutó la «historia conspirativa» armada por Telleldín y el ex comisario Juan José Ribelli sobre la versión oficial y sostuvo que «ni aún en pleno apogeo de la soberbia menemista» se puede imaginar al ex presidente Carlos Menem dándole órdenes a Galeano para imputar a los efectivos bonaerenses, como parte de una interna con el entonces gobernador Eduardo Duhalde.
A la hora de concretar las réplicas frente a los miembros del Tribunal Oral Federal 3, la abogada de la DAIA, Marta Nercellas, y su par de la AMIA, Juan José Avila, encabezaron hoy la ofensiva de la querella unificada para insistir en la condena a los cinco principales acusados de haber participado en la voladura de la mutual judía, ocurrida hace casi diez años.
Los letrados quisieron contestar así los argumentos de las defensas de los imputados, pese a que la mayoría de esos alegatos no los escucharon pues se ausentaron del juicio en enero pasado tras la expulsión del debate de los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, sospechados de haber sabido del pago de 400 mil dólares a Telleldín a dos años de la masacre, para ampliar una declaración en la que acusó a los policías bonaerenses de haberse llevado la camioneta bomba.
Precisamente, ese fue uno de los puntos sobre los que se explayó la querella para, más allá de las sospechas, sostener la imputación a los policías. Aquella declaración del reducidor de autos, dijo Nercellas, «tiene el olor de lo contaminado, pero lo único que queda claro es que Telleldín no fue coaccionado» para declarar contra los policías. «Telleldín era libre de declarar y manejaba los tiempos y los momentos de sus dichos. Si algo no ocurrió el 5 de julio de 1996 era que Telleldín no tenía libertad para hacer lo que quería. Es más, él estaba recibiendo una paga por ello», enfatizó Nercellas, quien -además- deslizó como un salvavidas a los instructores «quizás los que no tenían libertad eran algunos funcionarios» de la pesquisa.
En ese marco, Nercellas sostuvo que «el único mal» que Telleldín podía sufrir era un pedido fiscal para detener a su pareja, Ana Boragni, como cómplice del atentado, algo que tanto AMIA y DAIA como la fiscalía siguen reclamado.
Pero más allá de rechazar los pedidos de nulidad solicitados por las defensas, la querella remarcó que la investigación de Galeano ya había llegado por sus propios medios y «con prueba independiente» a sospechar de los policías bonaerenses, sin la necesidad de oír los dichos de Telleldín.
Así, los abogados pasaron revista a todos los indicios lanzados por el «Enano» Telleldín a periodistas y a la fallecida camarista Luisa Riva Aramayo en torno a las presiones que sufría por parte de efectivos de las brigadas policiales de Lanús y Vicente López para dejarlo seguir adelante con sus negocios ilegales.
«Si suprimiéramos la declaración de Telleldín podríamos haber llegado igual a los policías bonaerenses», resaltó Nercellas.
A su turno, Avila también apuntó los argumentos de las «esforzadas defensas» del reducidor, pero resaltó que «Telleldín dejó en claro (en una causa paralela) que sabía y consentía que lo estaban filmando» en el juzgado de Galeano en los días previos a la declaración indagatoria en donde imputó a los policías.
Y añadió que «no se puede ver una directiva del ex presidente Menem al magistrado» en la entrevista que mantuvieron en la Casa Rosada apenas una semana después de la masacre, tal como pretendió hacerlo la defensa para hablar de la parcialidad del juez.
Avila señaló que esa hipótesis sólo surge de la «especulación o la fantasía» de las defensas porque no hay ninguna prueba que lo acredite y porque, de haber sido así, esa presión oficial no se hubiera hecho en una reunión de la que participaban funcionarios de segunda y tercera línea. Entonces Avila rechazó la «historia conspirativa» planteada y al recordar a un portero que vivía frente al edificio de la AMIA y que murió cuando el amortiguador de la camioneta se le incrustó en el cuello se preguntó: «¿Eso también se decidió en la Quinta de Olivos o entre (el ex ministro del Interior Carlos) Corach y la jueza Riva Aramayo».
Fte Cronica