En un “gesto de buena voluntad” tendiente a “mejorar la atmósfera” en la Autoridad Palestina, que atraviesa una grave crisis financiera, Israel decidió adelantarle, en los últimos días antes del Ramadán, que comenzó el viernes, 180 millones de shekels del dinero mensual que recauda por impuestos, para que pague los sueldos de los empleados públicos, reveló un alto funcionario.
El jefe de gobierno, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz (ambos en la foto), dieron este paso, uno más de una serie de acciones similares realizadas desde comienzo de año en un intento por mejorar las relaciones y alentar a Mahmoud Abbas a renovar el diálogo con Israel.
Altos funcionarios aclararon que la decisión fue tomada antes de la visita de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, la semana pasada, y no como resultado de ella.
También aclararon que el promedio de ingresos fiscales que Israel recauda en nombre de la Autoridad Palestina y luego le transfiere es de 100 millones de shekels por mes.
Además, el gabinete económico resolvió recientemente aumentar en unas 5.000 personas el número de trabajadores de la construcción palestinos autorizados a trabajar en el país.
381