El rabino Tzvi Grünblatt, director general de Jabad Lubavitch Argentina, aseguró que del mismo modo que “ningún empresario permitiría que alguna de sus empresas no esté consolidada, las escuelas de la red (judía) no pueden no estar consolidadas, de manera que puedan dedicarse a que el producto sea el máximo en calidad y cantidad”.
Por ello instó a quienes tengan recursos a “sentirlas como la empresa número uno, con valores y espíritu” porque “no hay bendición más grande que pueda recaer en una persona que el saber que gracias a su esfuerzo, los niños están recibiendo una educación de la cual nadie se va a arrepentir”.
“Cuando pensamos ‘dónde invierto mi capital, mi fuerza, lo que quiero hacer y construir’, el objetivo número uno es la educación; más que invertir en edificios, hay que invertir en gente porque cada una de estas personas que reciben la educación adecuada y correcta es un edificio con vida, que después va a armar muchas empresas, que van a manejar muchos edificios”, insistió el líder religioso.
Grünblatt enseñó que una “formación profesional del más alto nivel no es suficiente ni esencial, primero hay que ser una persona de bien y después tener los instrumentos necesarios para salir adelante en la vida”.
“Lo esencial es que una persona sepa, ante todo, qué es y para qué está en el mundo” porque “es imposible valorar al semejante si uno no tiene la valoración que corresponde de sí mismo: si ella es ‘¿cuánta plata tengo?’ o ‘¿cuántas cualidades y bondad tengo?’, así valorará a su semejante”, ejemplificó.
El director general de Jabad Lubavitch Argentina recomendó formar “gente con valores y iehudim conscientes de su pasado” porque “las personas que no tienen raíces, no pueden crecer: cuanto más profunda sea la raíz y un chico sepa de dónde viene y cuál es el deber, el orgullo y el destino de ser iehudí, más alto va a crecer en el presente y en el futuro, y si D’s quiere, va a ser una persona de bien, que va a ayudar a todos los que están a su alrededor y va a ser un ejemplo de honestidad, pulcritud, humildad y de todas las virtudes que se reciben a través de nuestra sagrada Torá”.