Israel aprobaría a fin de mes, en una reunión del Estado Mayor de su Fuerza de Defensa, la compra de un segundo escuadrón de aviones de combate F-35 Joint Strike Fighters (JSF, foto), en el marco del programa militar plurianual Oz (Fortaleza, en hebreo), que luego deberá ser elevado al gobierno.
El martes, el Comité de Servicios Armados del Senado de los Estados Unidos cuestionó la calidad de producción del avión por parte de la firma Lockheed Martin, debido a un “problema potencialmente serio” respecto de su capacidad para la guerra electrónica.
La comisión se mostró “preocupada por la calidad de producción y si ella es suficiente para garantizar la entrega de aviones JSF a los Estados Unidos y sus aliados a un precio accesible”.
Israel pidió un primer escuadrón de 20 F-35 en octubre de 2010, por 2.750 millones de dólares, pero esa cantidad podría disminuir debido al aumento del costo por avión.
Las aeronaves comenzarían a llegar a Israel en 2017.
Esta quinta generación de F-35 constituye uno de los aviones de combate más avanzados del mundo, con la capacidad de volar sobre territorio enemigo sin ser detectados.
Su singularidad también radica en un conjunto de sensores integrados que le proporcionan al piloto conocimiento situacionales sin precedentes y permiten intercambiar información con varias aeronaves.
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