Crece la preocupación israelí por ataques terroristas desde el Sinaí contra el sur del país a pesar de la construcción del vallado de seguridad a lo largo de la frontera con Egipto (foto), que ya alcanzó los 120 kilómetros y se espera que sume otro centenar para fin de año.
Según informaron el Ministerio de Defensa y la Fuerza de Defensa de Israel, la cerca tiene 5 metros de alto, con alambres de púas y decenas de radares para alertar acerca de posibles infiltraciones, generalmente de refugiados africanos, pero también de potenciales agresores como los beduinos que en agosto asesinaron a tiros a ocho israelíes.
Además, el Ejército incrementa constantemente su presencia en esa zona y días atrás transfirió hacia allí jeeps blindados desde la Margen Occidental y el Comando Norte.
Israel sospecha que grupos terroristas palestinos están realizando operaciones en el Sinaí, pero la población beduina local, que se estaría radicalizando, está haciendo gran parte del trabajo, probablemente siguiendo instrucciones de los primeros.
Esta situación plantea un gran desafío para las agencias de inteligencia israelíes, que están encontrando dificultades para obtener información sobre los clanes beduinos que controlan la península del Sinaí.
El Ejército teme que éstos intenten replicar los métodos terroristas de organizaciones como Hamas y Jihad Islámica en la Franja de Gaza, al poner bombas a lo largo de la valla y lanzar cohetes hacia Eilat, por ejemplo.
Por otra parte y a pesar del vallado, unos 5.000 trabajadores africanos han entrado ilegalmente a Israel desde comienzos de año, una cantidad similar a la del trimestre anterior.
En 2011 se infiltraron en el país 16.851 refugiados.
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