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BERLIN (EFE).- La justicia de la región alemana de Baviera prohibió ayer la publicación de pasajes del libro Mein Kampf (Mi lucha) de Adolf Hitler en una edición comentada y en formato de fascículo coleccionable en el semanario histórico sobre el nazismoZeitungszeugen (Periódicos testimoniales).
La justicia de Munich respondió así a la demanda presentada por el Ministerio de Finanzas de Baviera, a cuya tutela están los derechos de autor de la obra de Hitler, contra la edición preparada por el editor británico Peter McGee, quien vio suspendida ya su publicación en enero pasado por un procedimiento de urgencia. La intención del editor era poner a la venta fragmentos de la obra comentada por historiadores de prestigio, como suplemento de la revista Zeitungszeugen .
Tras la prohibición provisional de urgencia en enero, el propio editor publicó el primer fascículo con los fragmentos de Mein Kampf , pero ilegibles -es decir, con el texto desenfocado-, a modo de solución de compromiso y hasta que se resolviera el litigio con las autoridades bávaras.
El Ministerio de Finanzas de Baviera presentó su demanda ante la Justicia con el argumento de que la publicación vulnera las leyes de propiedad intelectual del libro.
Baviera tiene hasta 2015 -70 años después de la muerte de Hitler- los derechos exclusivos de publicación de Mein Kampf .
Hasta ahora, Baviera ha vetado la publicación de la obra con el argumento de que los derechos le fueron transferidos en 1945 por las autoridades aliadas con el mandato de impedir la difusión de todo aquello susceptible de convertirse en propaganda nazi.
El editor argumentó que su propósito es desenmascarar Mein Kampf como un libro extremadamente malo, para destruir el mito alrededor del manifiesto ideológico de Hitler.
Mein Kampf fue escrito por Hitler en la cárcel en 1924, nueve años antes de su llegada al poder, en 1933, y en él sentaba las bases de su ideología nacionalsocialista y fervientemente antisemita.
El libro está prohibido en Alemania, pero -como la propia comunidad judía ha reconocido- mantener el veto es ya algo ilusorio, puesto que cualquiera puede conseguirlo a través de Internet.