Los presidentes de las cuatro instituciones centrales de la comunidad judeoargentina debatieron el modelo organizacional de la misma con dirigentes de entidades de base, en el marco del “Encuentro Nacional Askanut” realizado paralelamente a los 17os Juegos Macabeos Nacionales para Veteranos, organizados por FACCMA en Pinamar.
El panel (foto) estuvo integrado por los titulares de la DAIA, Aldo Donzis; la AMIA, Guillermo Borger; la OSA, Manuel Junowicz; y la institución organizadora, Waldo Wolff, quienes expusieron acerca del rol de sus respectivas entidades y se refirieron a diversos aspectos de la actualidad comunitaria.
Además, el encuentro contó con la presencia del embajador de Israel en la Argentina, Daniel Gazit, y del presidente del Keren Kayemet Leisrael (KKL), Adolfo Filarent.
En su intervención, Waldo Wolff, destacó la necesidad de evitar “los excesos de protagonismo” en la conducción de las instituciones.
“Apelo y deseo no tener exceso de protagonismo. Aunque nadie ocupa un cargo si no tiene un ego de protagonismo. Pero no quiero tener protagonismo sobre la DAIA, la OSA o la AMIA, ni siquiera de las instituciones que conforman la federación”, expresó el titular de la federación.
Para Wolff, “estructuralmente no es óptima la comunidad”, por lo que consideró que “hay mucho para mejorar”.
“Tenemos que encontrar la solución entre todos con hechos, desde mi lugar como presidente de la federación descubro que nosotros como sociedad no entendemos cuál es el modelo comunitario, el modelo federativo, no lo entendemos. A nosotros como miembro de la comunidad nos cuesta mucho delegar nuestra identidad a una entidad”, dijo Wolff a los dirigentes.
El titular de FACCMA consideró que “ser judío es complejo porque hay tantas vertientes como judíos hay, hay tantas opiniones como judíos hay”. “Pero nosotros como dirigentes tenemos que transmitirle a nuestras bases que quienes nos están representando fueron electos, fueron elegidos y delegamos en ellos la representación y no siempre las cuestiones funcionan como nosotros queremos”, agregó.
Wolff instó a “tener un poco de humildad” y sostuvo que “hay que someter la identidad propia a una identidad compartida, sobre todo cuando uno integra instituciones”.
Tras la presentación del encuentro, los directivos asistentes se dividieron en 4 grupos de trabajo y acordaron planteos y preguntas a plantearles a los expositores, con la moderación de Bernardo Blejmar.
En primer lugar, Adolfo Dabbah, presidente de Mi Refugio, señaló que si bien los disertantes aseguraron que “trabajan en equipo, se nota una discusión sin sentido (entre ellos), muchas veces por temas de protagonismo individual”, por lo cual solicitó “una mejoría en este aspecto”.
“Para nosotros no es algo para soslayar, sino que deberían trabajar fuertemente” en ello porque “queremos que no haya más discusiones” y sí “contenido”, que “muchas veces no se ve en esta discusión”, insistió.
Por otra parte, el dirigente subrayó que “los ortodoxos responden a una forma de vida judía que no tiene mucha diferencia o interpretación, pero para las comunidades no ortodoxas hoy se plantea un tema de apertura, y de hecho, en el Interior las comunidades son abiertas, los clubes tienen socios no judíos y las escuelas, alumnos no judíos”, lo cual “ya está pasando en Buenos Aires” también.
En tanto, Marta Wolf se refirió a “una lucha de poderes dentro de la comunidad”, al nivel de sus máximos representantes.
Gabriel Divin, de la Comunidad Israelita de Santa Fe, destacó como “lo positivo la presencia de todas las instituciones para encontrarle un sentido a nuestra existencia” y como “lo negativo, el tema la articulación” entre las entidades centrales.
“Creo que las incumbencias de las instituciones se fueron confundiendo después de los atentados” a la Embajada de Israel y la AMIA, en 1992 y 1994, respectivamente, ya que “antes, la AMIA tenía su función, la DAIA, la suya y la OSA estaba perfectamente identificada, y en el Interior, las incumbencias y las actividades se fueron confundiendo: lo institucional, lo deportivo y qué va a pasar con nosotros en el futuro”, semblanteó.
Luego, el dirigente se refirió a la problemática de las conversiones: “Hay que saber que hay judíos y ‘judíos por adopción’; es una realidad, especialmente en el Interior”, y por ello reclamó conocer “cuál es la política y la actitud a tomar” al respecto. A su turno, Ricardo Furman, presidente de Hacoaj, aseveró que después de ambas tragedias la comunidad se volvió “muy mediática y un formador de opinión inmediato”, lo cual constituye “un punto importante a tener en cuenta cuando hablamos de planeamiento estratégico”.
“Ahora, ante cualquier cosa que le pasa a la comunidad judía, ahí están los diarios”, resumió.
A continuación, el referente sociodeportivo se adentró en el que sería el principal planteo de la jornada: “No estamos de acuerdo con que haya mayores fortalezas que debilidades en el actual modelo organizativo de la comunidad, de cuatro entidades centrales más un montón de entidades con sus esquemas de votación y gobernancia (sic)”, ya que “no da respuesta a un proyecto estratégico consensuado de lo que quiere la comunidad judía”.
“Creemos que, con una comunidad que se achica, este modelo organizacional es ineficiente, descoordinado y tiene un esquema de votación y elección de sus miembros que en algunos casos es complejo -lo estamos viviendo ahora (en la AMIA)- y en otros es poco participativo”, prosiguió.
En virtud de lo antedicho, Furman llamó a “repensar” la estructura comunitaria porque “uno de los principales problemas de la comunidad es que cada vez somos menos, hay mucha asimilación, falta institucionalización y no escuché cuáles serían las políticas que habría que tomar para que la tendencia negativa se pueda parar y revertir”.
Más agudo fue su par de CISSAB, Eduardo Brukman: “Como integrantes y dirigentes de la comunidad estamos teniendo vergüenza de lo que está pasado, y ninguno (de los expositores) nombró que salimos en los diarios (porque) hace meses que venimos hablando y no nos podemos poner de acuerdo para elegir a un presidente” de la AMIA, aun cuando “tuvimos la suerte de que Guillermo hizo una excelente gestión”.
En virtud de ello, “nuestra propuesta es refundar la comunidad: terminar con el famoso RAT (Asamblea de Representantes de Socios, que se constituye en Asamblea Especial Electora para designar a las nuevas autoridades de la AMIA) o denunciar a los que nos han engañando”.
“Debemos votar un proyecto comunitario, no personas” porque “no hay institución o comunidad que vaya a progresar o a darles respuestas a sus miembros si no tenemos un proyecto”, sintetizó el presidente de CISSAB.
En tal escenario, “tendremos Wi-Fi en nuestras instrucciones, pero no vamos a tener comunidad”, advirtió.
“Queremos una comunidad pluralista, todos debemos ser miembros e integrarnos, y el voto tiene que definir quién es el presidente”, propuso Brukman.
“Aprendamos del Estado de Israel”, que avanza “desde la discrepancia y el disenso”, sugirió.
El presidente del Círculo Social Hebreo Argentina, Gustavo Sakkal, recomendó “tratar de ver los puntos en común, para seguir teniendo conflictos y no una guerra”.
“Vemos con muy buenos ojos la presencia de los 4 presidentes de las instituciones centrales acá; ojalá puedan trabajar en conjunto, unir fuerzas y trabajar en una sinergia, aprovechando la fuerza de convocatoria que tiene FACCMA para tratar de meterles más contenido a las actividades y de mantener a la gente, que se nos va alejando”, anheló.
“No caigamos en esos juegos y manejos, que nos hacen el famoso ‘divide y reinarás’”, pidió.
“Históricamente, el pueblo judío se ha fortalecido por su unión y fuerza”, así que “no nos dejemos seducir por cuestiones de ego y pongamos nuestras energías hacia adentro, para que seamos un bloque, por más que de afuera no quieran dividir”, amplió Sakkal.
Acto seguido, Blejmar resumió los varios puntos planteados y subrayó que los directivos de base perciben la estructura comunitaria “menos articulada de lo que aparentemente ve la mesa de dirigentes”.
Tras lo cual llegó el turno de las respuestas de los expositores, con Borger en primer lugar.
Respecto de “buscar un punto de equilibrio para la apertura al no judío”, el presidente de la AMIA sostuvo que “no se es judío por ósmosis o la sola voluntad de ‘hoy quiero ser judío porque me enamoré de uno o me gusta prender las velas el viernes a la noche’”.
“Por supuesto que quiero incluir a toda la gente de buena voluntad que quiere ser sinceramente judía y pertenecer al pueblo, pero esto no puede ser automático”, aclaró.
Borger recordó que “el judaísmo está fundado en la Torá milenaria”, así que “bienvenido sea quien quiera ser judío, pero que estudie y actúe dentro de la legalidad”.
“Estamos de acuerdo con que no es fácil y que en el Interior es muy difícil, pero -por otro lado- cada vez tenemos más posibilidades de judaísmo en la Argentina de este siglo: quien quiere comer casher o venir a las Macabeadas lo puede hacer”, subrayó, y se puso como ejemplo: “Estoy acá a pesar de que no juego en Shabat y voy a respetar mi judaísmo”.
“La comunidad tiene logros permanentes, como este (seminario), aunque la sala esté por la mitad de concurrencia”, pero el hecho “que tengamos gente del Interior quiere decir que hay interés” por la problemática comunitaria, notó el líder comunitario.
“La AMIA es una comunidad abierta a todos los judíos, y dentro de toda esta conflictividad hemos creado un cementerio en Tablada para determinados casos que seguramente van a dar lugar a analizar y ver distintos porqués, pero buscamos respuestas”, señaló, en elíptica alusión al entierro de judíos conversos por las corrientes liberales.
Por otra parte, “el estar en esta mesa es una pequeña foto de que sí hay articulación (entre las entidades centrales) porque no tengo obligación de estar acá, pero queremos estar juntos, y hoy FACCMA está juntando a casi 2.000 personas con la presencia de la AMIA, la DAIA y la OSA”, subrayó.
“Es verdad que se puede mejorar y trabajar más en conjunto, pero busquemos también la posibilidad de agradecimiento por lo que se está haciendo”, reclamó Borger.
“Creo haber visitado casi todas las comunidades del Interior, y no era sólo para hacer turismo porque realmente es molesto viajar a algunos lados donde no puedo tener comida casher”, admitió el representante del Bloque Unido Religioso.
Sobre la incertidumbre acerca de su sucesión, el presidente de la AMIA afirmó: “A pesar de que no hay una definición política -lo cual no me pone contento-, tratamos de seguir con la gestión y tenemos excelentes profesionales”.
“Hay quienes pretenden cierto protagonismo y quieren ser presidente”, describió Borger, antes de proponer irónicamente que “posiblemente la solución sea inventar más instituciones para dar la posibilidad de que haya más presidentes”.
Finalmente, el presidente de la AMIA se mostró predispuesto a “repensar el modelo institucional e ir buscando una alternativa superadora y de excelencia”.
“Ojalá tengamos la fuerza de continuar lo que hicieron nuestros abuelos”, deseó.
A su turno, Donzis reconoció que “no es fácil la convivencia entre personas e instituciones”, pero advirtió que “no es un problema de modelo” porque se lo puede cambiar, “pero según quién lo maneje, lo puede chocar”.
“Depende de nosotros hacer funcionar una comunidad organizada: podemos copiar el mejor modelo, pero si nuestras conductas son iguales, vamos a seguir con los mismos problemas”, insistió.
“Los roles de las instituciones que conforman el modelo comunitario son muy claros, somos nosotros los que a veces no los respetamos”, resumió el líder comunitario.
“Podemos decir que todos nos llevamos bien y que articulamos todos los días, pero no es así”, se sinceró el titular de la DAIA, quien de todos modos aclaró que “cuando los problemas son serios, los ponemos por encima de las dificultades individuales diarias que podemos tener”.
Pero aun así, “no podemos negar que la DAIA y la AMIA se han peleado todos los días durante mucho tiempo, y cuando las luchas de poder y los individualismos están por encima de lo colectivo, la comunidad lo va a sufrir”.
Donzis rememoró que “en las últimas décadas, la comunidad ha sufrido un personalismo feroz, que ha llevado en muchas ocasiones a que se pretendiera mostrar que un proyecto individual era colectivo, y a lo mejor alguien lo compraba”, pero “lo que se estaba haciendo era dañar a la comunidad porque cualquier victoria individual es un perjuicio” colectivo.
“Además de todo, los atentados han generado egos individuales, por los cuales todos quieren estar en la foto, sin importar si corresponde o se es idóneo”, señaló.
“Cuando a uno le ponen un micrófono, es difícil decir: ‘éste no es mi tema, le corresponde a otra institución’”, admitió el presidente de la DAIA, antes de cerrar su participación con una frase lacónica: “Podemos enfrentar el antisemitismo y el terrorismo, pero la amenaza para la comunidad judía somos sus dirigentes y cómo nos conducimos frente a nuestras responsabilidades”.
Este encuentro fue convocado por FACCMA, en el marco de los Juegos Macabeos, y a inquietud de sus entidades afiliadas para poder iniciar un debate y trabajar en repensar la comunidad judía argentina ante el crecimiento de las sociodeportivas.
VIDEO 1 Brukman