El primer ministro israelí, Ariel Sharon, postergó una visita prevista a la Casa Blanca el 17 de mayo, a raíz de su derrota en el referéndum de su partido, el Likud, sobre el plan de retirada de los colonos de la franja de Gaza, eludiendo así una reunión con el presidente Bush. Paralelamente, soldados israelíes invadieron los edificios situados en los alrededores de la Mukata, en Ramalla, donde se halla Yasser Arafat.
Ayer, de madrugada, tropas israelíes rodearon el complejo presidencial palestino en la capital de Cisjordania, según los portavoces militares, «para arrestar terroristas de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa» que se refugian en el centro. Recientemente, el «rais» expulsó a 21 miembros del brazo armado de su formación, Al Fatah, pero según el Tsahal, algunos quieren regresar a la sede oficial de la ANP.
Tras una acción militar a lo largo de toda la noche, el Ejército abandonó la zona de la Mukata. Antes, Nabil Abu Rudeina, asesor personal de Arafat, expresó la preocupación de que Sharon haya decidido poner en práctica su amenaza de atacar personalmente al rais. Ayer el Tsahal efectuó otra operación de limpieza en un campo de refugiados de Gaza. Dos palestinos resultaron muertos y 20 heridos –uno de ellos miembro de Hamas–. Unas 20 casas fueron demolidas y varias plantaciones fueron arrasadas para despejar el terreno frente a asentamientos judíos.
El primer ministro israelí lleva a cabo consultas para intentar superar la crisis provocada por el no de los miembros de su partido al plan de separación unilateral, que incluye la retirada de 21 colonias de Gaza y de cuatro de Cisjordania. Más de 8.000 colonos y 3.000 soldados serían evacuados en el plan de Sharon. El viceprimer ministro, Ehud Olmert, explicó a «La Vanguardia» que Sharon tenía previsto visitar a Bush el 17 de mayo, pero que mientras no prepare un nuevo plan de paz alternativo, no tiene sentido una nueva cumbre. Ayer, se entrevistó con el embajador de Estados Unidos en Israel, Dan Kertzer, para explicarle sus intenciones y recibió en su finca del desierto del Neguev al ministro que considera clave para preservar la actual coalición: el líder centrista de Shinui y ministro de Justicia, Tommy Lapid, que le exige seguir con el proceso de paz.
Tras la reunión, Lapid dijo que Sharon le prometió elaborar una nueva fórmula que será presentada al Gobierno y al Parlamento. Asimismo, el primer ministro se entrevistó con el jefe de la oposición, el líder laborista Shimon Peres, con el que podría intentar formar un gobierno de unidad nacional, en caso de que el actual gabinete cayera. Algunos ministros del Likud creen que Sharon podría empezar por proponer un plan de minievacuación, la retirada de tres colonias de Gaza y de dos en Cisjordania. Peres dijo al primer ministro que no está dispuesto a entrar en el Gobierno de unidad, con sólo ese miniplan.
El primer ministro está acorralado. Si reduce su plan de retirada de Gaza, tendrá problemas con Shinui y con los posibles aliados laboristas. Si no limita drásticamente el número de asentamientos que evacuar, tendrá problemas con los partidos nacionalistas, que abandonarán el Ejecutivo. Sharon es uno de los pocos que cree que puede encontrar una fórmula que satisfaga a todos.
Fte L.V.D