Un equipo de investigadores internacionales descubrió una mutación genética que crece en el desierto de Judea y que muestra la transición de los ecosistemas acuáticos.
Los especialistas basaron su investigación en la tesis de un estudiante de doctorado de la Universidad de Haifa.
El estudiante de doctorado hizo el hallazgo de la mutación genética de forma casual y llevó su estudio al profesor Eviatar Nevo del Instituto de la Universidad de Haifa para descifrar la evolución de la vida en la tierra.
Después de unos ocho años de investigación, el equipo descubrió un nuevo gen que contribuye a la producción de cutina, que se encuentra en todas las plantas de la tierra, pero no existe o está presente en pequeñas cantidades en las plantas acuáticas.
Chen llamó a este nuevo gen Eibi1, en honor a su supervisor, Nevo cuyo apodo es Eibi.
"Este es uno de los genes que contribuyen a la evolución real de la vida en la tierra tal como la conocemos hoy en día. Es un elemento clave en el proceso de adaptación que las plantas acuáticas se sometieron a fin de vivir en la tierra", dijo Nevo.
Chen encontró una mutación de la cebada silvestre que fue significativamente menor que la cebada silvestre regular. Se encontró que esta mutación causa un aumento anormal en la pérdida de agua debido a una interrupción en la producción cutina de la planta, la cual evita la deshidratación de la planta.
"La vida en la Tierra comenzó en el agua, y para que las plantas se eleven para vivir en la tierra, tuvieron que desarrollar una membrana de la cutícula que las protegería de la evaporación incontrolada y la deshidratación", explicó Nevo uy agregó que en su estudio descubrieron “un gen completamente nuevo que, junto con otros genes, contribuye a la formación de esta cutícula".
Además de la importancia evolutiva de este nuevo gen, también aporta a la lucha contra el hambre mundial. Según el profesor de Haifa, "una vez que podamos comprender plenamente el mecanismo detrás de la producción de cutina y encontremos las variantes genéticas del gen Eibi1, tendremos la capacidad de mejorar la formación de la cutícula de trigo y cebada", dijo.
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