Los acuerdos internacionales concernientes la paz en Medio Oriente deben ser respetados.
El lado palestino exhibe las resoluciones 242, 338 y 1850 del Consejo de Seguridad de Nación es Unidas y la Hoja de Ruta para la Paz, que reclaman que, las soluciones acordadas de las disputas, sean alcanzadas mediante conversaciones directas, rechazando actos
unilaterales que socavan los parámetros aceptados internacionalmente para alcanzar la paz, y que definen los principios básicos para la paz bilateral.
Los palestinos se esfuerzan por obtener, el próximo septiembre, el reconocimiento prematuro de un “estado palestino”, a pesar del peligro de desbaratar las conversaciones de paz, implícitas en una declaración unilateral.
Los acuerdos internacionales relativos a la paz en Medio Oriente deben ser respetados.
Israel los sostiene, así como también el principio de negociaciones directas siendo el único modo de resolver la disputa, mientras que – los palestinos- ya hace tiempo abandonaron las conversaciones directas de paz y, ahora, actúan unilateralmente, tratando de imponer un hecho consumado sobre Israel, utilizando la presión unilateral.
Los palestinos quieren cumplir su sueño de obtener legitimidad internacional (que debería basarse en encontrar una solución acordada tan necesaria para la paz) a través de la forzosa imposición de un diktat sobre Israel. Una declaración unilateral no concluirá el
conflicto. Solo empeorará las cosas haciéndolo más intenso en lugar de ponerle fin. Los palestinos parecen haber perdido su vivo interés en la negociación destinada a alcanzar un acuerdo y, ahora, solo quieren actuar unilateralmente según modos que no llevaran a la resolución de los problemas claves en el actual impasse- que solo pueden ser resueltos a través de conversaciones directas entre las partes involucradas. La continuada obstinación palestina solo complica el conflicto.
Al presionar sobre el reconocimiento unilateral y prematuro de su “estado”, los palestinos ignoran el derecho de Israel a existir, en paz, como Estado del pueblo judío, reconocido y viviendo dentro de sus fronteras. La división de los mismos palestinos (entre la
Autoridad Palestina que controla solo partes de la Margen Occidental, y el movimiento terrorista Hamas (leal a los persas de Irán) que se mantiene en la Franja de Gaza) niega el criterio legal, en forma y carácter, para el establecimiento de un Estado. Además, la Autoridad
Palestina no tiene jurisdicción sobre la Franja de Gaza (que tal como se destacara está dominada por Hamas), a pesar del reciente acuerdo de reconciliación entre las facciones enfrentadas.
El prematuro reconocimiento de un Estado palestino significa el reconocimiento de una entidad terrorista- porque Hamas abiertamente intenta destruir a Israel y borrarlo del mapa. Hamas rechaza los términos de la comunidad internacional de su propio reconocimiento, que podría convertir, a Hamas, en un actor legal y aceptado en la región. Esos términos son: reconocimiento del derecho de Israel a existir, aceptación de los acuerdos internacionales existentes y el fin a la violencia.
No debemos olvidar que, la comunidad internacional, define a Hamas como una organización terrorista y está proscripta en Europa y EEUU. ¿Cómo puede, entonces, un organismo terrorista convertirse en modelo para un Estado palestino?
Israel durante largo tiempo realizó estratégicas concesiones para la paz, demostrando su deseo de negociaciones pacíficas. Renunció al Sinaí a cambio de un tratado de paz con Egipto, y se retiró de Gaza y del sur de Líbano. Pero, la respuesta que obtuvo en los últimos casos (Gaza y el sur de Líbano) fue la lluvia de misiles y aluvión de artillería. Sus ciudades y poblados del norte y sur del país fueron atacados y muchos civiles resultaron asesinados.
Eso podría servir para advertir acerca de los peligros que enfrenta por parte de terroristas de Hezbollah y Hamas, y subraya la necesidad de paz a través de soluciones que respondan a las necesidades e intereses de todas las partes del conflicto.
Claramente, el reconocimiento prematuro de un Estado palestino negará el proceso de negociación y echará por tierra el noble ideal de un modus vivendi logrado a través del diálogo.
Todos aquellos que anhelan la paz real en la región deben rechazar esos imprudentes movimientos unilaterales palestinos que bloquean el proceso de negociación. Los palestinos deben comprender que, el único camino hacia un tratado de paz permanente, será a través de negociaciones directas.
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