El Centro Simon Wiesenthal afirmó que el Gobierno de Bolivia “tendría que haber cumplido con sus obligaciones con Interpol” y haber detenido al ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi, principal imputado en la causa por el atentado a la AMIA.
“Es ciertamente muy doloroso y condenable que esta gente se siga paseando y no rinda cuenta frente a la justicia porque es ante la justicia donde deben rendir cuenta”, expresó Sergio Widder, director para América Latina del Centro Wiesenthal, en declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN).
La organización dedicada a la captura de nazis condenó enérgicamente la visita a Bolivia de Vahidi, acusado como uno de los responsables por el atentado terrorista contra la AMIA del 18 de julio de 1994, con total de 85 muertos, cientos de heridos.
La orden de captura en su contra emitida por la justicia argentina ha sido refrendada por Interpol con el grado de “notificación roja”, para su arresto allí donde se lo encuentre.
Vahidi visitó Bolivia en respuesta a una invitación de su contraparte María Cecilia Chacón Rendón, ministra de Defensa de ese país, para la inauguración de una escuela en el departamento de Santa Cruz de la Sierra.
El Centro Wiesenthal destacó “la reacción inmediata” del gobierno argentino que motivó la expulsión de Vahidi del territorio boliviano, de acuerdo a lo comunicado por el canciller boliviano David Choquehuanca.
En una carta enviada al canciller argentino Héctor Timerman, firmada por Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal y Widder, el centro propuso que “Argentina, una víctima del terror iraní, denuncie la visita de Vahidi a Bolivia como ‘una amenaza contra la seguridad de las Américas’ en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos que se reunirá en San Salvador entre los días 5 y 7 de junio, bajo el lema ‘Seguridad ciudadana en las América’”.
“El presidente boliviano Evo Morales demostró su sensibilidad a las catástrofes cuando viajó en octubre de 2010 a Copiapó, Chile, para ser testigo directo del rescate de un ciudadano boliviano atrapado en la mina San José junto a otros 32 mineros chilenos. Sin embargo, no tuvo esa misma sensibilidad al momento de recibir a un cómplice del terror, en lugar de cumplir con las obligaciones de Bolivia como miembro de INTERPOL y arrestarlo o, por lo menos, entregarlo a las autoridades argentinas para ser sometido a juicio”, destacó Samuels.
Por su parte, Widder consideró que “la visita de Vahidi a Bolivia fue una ofensa a la memoria de todas las víctimas del ataque contra la AMIA, y en particular a la de los ciudadanos bolivianos David Barriga, Erwin García Tenorio, Rimar Salazar Mendoza, Eugenio Vela Ramos, Juan Vela Ramos y Adhemar Zárate Loayza. Todos ellos trabajaban en la remodelación del edificio de AMIA, donde murieron asesinados”.
El Centro Wiesenthal siempre estuvo atento a la salida de Irán de los acusados de haber participado en el brutal ataque terrorista contra la AMIA.
En junio de 2008, la organización denunció la visita a Arabia Saudita del ex presidente iraní Alí Akbar Rafsanjani y su asesor Mohsen Rezai a Arabia Saudita, imputados en la causa AMIA.
En tanto que en una segunda oportunidad alertó a las autoridades argentinas acerca de la presencia en Sudáfrica de Hadi Soleimanpour, quien también es reclamado por Argentina como sospechoso por el atentado terrorista.
Widder consideró que “tiene que haber una voluntad política primero para no abrir la puerta a esta gente que es buscada por la justicia internacional, y segundo no se puede abrir la puerta como si fuese miembro de un gobierno con respeto a la ley, que no es el caso del régimen iraní y en particular el caso de Vahidi”.
GB
359