Inicio NOTICIAS Shoppings en Jerusalén: focos de convivencia e integración entre las poblaciones

Shoppings en Jerusalén: focos de convivencia e integración entre las poblaciones

Por
0 Comentarios

Gan Sacher en Jerusalén, el “Central Park de la capital”, es el sismógrafo más confiable sobre los acontecimientos ciudadanos. Quien quiera, por ejemplo, ver el cambio de la cultura del ocio ortodoxo, puede llegar hasta el jardín durante las vacaciones y observar las masas de jasídicos.

 
Quien quiera encontrar a la comunidad de trabajadores extranjeros puede acercarse a los juegos de cricket de los hindúes en los días sábados. En el transcurso del último mes de Ramadán, el Gan señaló una nueva tendencia; en las horas después del ayuno, los palestinos colmaron el césped con picnic familiares hasta entrada la noche.

 

Muchos jerosolimitanos  sienten que el límite entre el este  y el oeste de la ciudad  no es tan rígido como antes y, ahora, un nuevo estudio lo confirma: más palestinos llegan a divertirse y a realizar compras al oeste.  Mientras tanto, el proceso es unidireccional.
 La mayor parte de los judíos se mantiene alejada de los barrios orientales,  o lo hace solo como turistas. El estudio, desarrollado por Mark Stern en el marco de su tesis dirigida por el Profesor Shlomo Jason, revela – entre los israelíes –  fenómenos de racismo y  enojo  por la presencia palestina. Sus conclusiones serán publicadas por el Instituto Floersheimer, bajo el título: “En el campo extranjero, patrones de integración e intervención entre israelíes y palestinos en el sector comercial en Jerusalén”.

Stern investigó la integración entre las poblaciones en tres áreas centrales: el Shopping Malcha, el centro comercial más grande de la ciudad; el  shopping abierto de Mamila, levantado sobre las ruinas del Barrio de Mamila en el límite entre Jerusalén Occidental y Oriental y los mercados de la Ciudad Vieja.El foco más interesante es el popular Malcha. Cada día llegan entre 1000 y 1200 visitantes palestinos, que representan el 3% del total de visitantes del shopping. Durante las fiestas musulmanas y los domingos, puede llegar al 25% del total de visitantes.
 
Stern evaluó, por medio de entrevistas, las sensaciones negativas entre el público israelí en relación al fenómeno. 35% de los encuestados expresaron su pesar en el tema: “A veces veo muchos palestinos y eso, para mi,  es difícil”, dijo una mujer. Otro entrevistado agregó que el shopping se deterioró por la presencia de palestinos. Stern logró localizar solo una mujer judía de 30 años, que reaccionó positivamente al fenómeno.
También los comerciantes, que gozan del público árabe, no salen de sus límites para atraerlos (por  ejemplo, descuentos especiales, existen solo durante las fiestas judías y no en las fiestas musulmanas).

 

Stern evaluó a los dos grupos de palestinos que acostumbran a llegar: familias de  clase media-baja que llega para disfrutar y las de clase media-alta, que vienen para adquirir productos que no encuentran en los comercios del este de la ciudad. La mayor barrera para los palestinos es la revisación de seguridad al ingreso, mencionadas reiteradamente en las entrevistas como vejatorias: “Una vez llevé a mi mujer al shopping. Estaba embarazada y con tres hijas. El guardia comenzó a pedir todo tipo de cosas raras y le dije “ basta! termine de una vez. Devuélvame el documento, me vuelvo a casa”, relató un entrevistado palestino.

 

El shopping abierto de Mamila es según parece, el más cosmopolita de Jerusalén. Judíos, árabes y turistas de todos los pueblos y religiones cubren la explanada en cifras iguales. El centro comercial tiene un estilo muy israelí. A diferencia de Malcha, una parte importante de los trabajadores de los locales son palestinos, lo que aporta a la sensación de convivencia en el lugar. También los visitantes israelíes sienten el lugar como menos judío. Por ejemplo, solo el 22% de los visitantes judíos expresaron una idea negativa con respecto al comercio compartido.

 

El tercer lugar evaluado fueron  los mercados de la Ciudad Vieja que sirven, según Stern, como ámbito de interacción negativa, comparativamente entre las dos poblaciones; situación que se expresa en la sensación de seguridad de los israelíes que visitan el lugar, aunque también en el  temor de los palestinos hacia los israelíes que recorren la Ciudad Vieja. Stern diferencia entre dos grupos de israelíes que la recorren; los turistas en su ciudad, jerosolimitanos  que llegan ocasionalmente para vivir la experiencia turística auténtica y, el segundo tipo, los ocupantes-liberadores, israelíes, en su mayor parte, religiosos que llegan a la Ciudad Vieja con fines religiosos o turismo enfocado en sitios religiosos. El segundo tipo evita,en general, generar un vínculo con los comerciantes palestinos o adquirir productos en los comercios árabes.

 

En el resumen, Stern evalúa que,la interacción principal entre ambas poblaciones de la ciudad se da al Occidente. Stern estudia el flujo del público palestino al oeste de la ciudad con fines de entretenimiento y compras  (como respuesta a la carencia de servicios y espacios públicos en los barrios árabes). De ese u otro modo, dice Stern, se trata de un tipo de “intercambio con los israelíes”, que da cuenta de la reducción del temor hacia la identidad palestina de los habitantes de Jerusalén Oriental. “Justamente la actual política y la desigualdad nos empujan a una realidad de convivencia. No toda integración es positiva pero, en Jerusalén, hay un lugar en el que las poblaciones se encuentran, sin enfrentamientos. Eso,  por sí, es  un logro importante”. Cidipal
 
 

También te puede interesar

Este sitio utiliza cookies para mejorar la experiencia de usuario. Aceptar Ver más