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A pesar del intenso calor reinante, Israel adoptará a partir de mañana, lunes, el “horario de invierno”.
Esta medida, que está establecida por ley, implica que el Estado judío adoptará el huso anterior y pasará a tener una diferencia con Occidente de una hora menos que hasta hoy, mientras que con los países de Medio y Extremo Oriente el margen se ampliará 60 minutos.
La decisión busca ahorrar energía eléctrica y un mayor aprovechamiento de los recursos y la luz natural ante la proximidad del otoño boreal, más allá de que las actuales condiciones climáticas parecerían tornarlo innecesario.