Abelardo Capdevila, quien estuvo al frente del operativo médico tras el atentado a la AMIA, e Itamar Ashkenazi, cirujano responsable del hospital Hillel Yaffe Medical Center de Israel, se encontraron en Buenos Aires para intercambiar experiencias sobre técnicas para atender en casos de emergencia.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Capdevila consideró que los israelíes son “palabra autorizada” en atención médica ante catástrofes con heridos múltiples.
Ambos médicos son parte de una organización que reúne a profesionales de Inglaterra, España y Francia, entre otros países, que se dedica a intercambiar ideas sobre la atención médica en situaciones de emergencias.
Capdevila, jefe de terapia intensiva del Hospital de Clínicas y quien encabezó el operativo de emergencia tras el atentado a la AMIA, fue distinguido hoy por las autoridades de la institución judía en reconocimiento a su labor.
Al acto realizado en el edificio de la calle Pasteur 633, el médico argentino llegó acompañado por Ashkenazi, quien se encuentra de visita a la Argentina para dar una conferencia.
Fue tras este encuentro que ambos médicos difundieron este proyecto que los israelíes iniciaron hace dos años al contactar médicos de países que fueron blanco de ataques terroristas.
“Los israelíes son expertos en la materia ya que tienen entre 30 y 50 episodios de heridos múltiples por año, así que son una palabra absolutamente autorizada”, dijo Capdevila.
El médico del Clínicas explicó que países como Argentina, España o Inglaterra sufrieron “experiencias aleatorias” en relación a los ataques que debió atender la emergencia israelí.
“Estoy en la Argentina porque me invito el doctor Capdevilla, pero mi visita es parte de una colaboración que hacemos en el mundo como médicos que tenemos una dedicación a las víctimas, que pueden ser árabes, sirios o de cualquier país árabe”, explicó por su parte Ashkenazi.
Capdevila comentó que estuvo en España, donde junto a otros médicos analizaron el operativo de emergencia que se desplegó tras el atentado a la estación de trenes de Atocha.
El médico argentino indicó que esta es “una magnífica” iniciativa impulsada por un grupo de expertos israelíes. “Esto permite que uno pueda dar su opinión sobre ellos (los israelíes) y a su vez ellos recuperan la información del resto para obtener los mejores resultados”, agregó.
Ashkenazi no solo tiene una basta experiencia en atender emergencias ante posibles atentados y en la preparación de los hospitales para atender un posible ataque.
Como miembro del Comité Nacional Israelí de preparación de los hospitales para enfrentar a los heridos, Ashkenazi también “brinda entrenamiento de todo el personal para que pueda utilizar las nuevas tecnologías”.
El médico israelí comentó que conoce en detalle las medidas adoptadas tras el atentado a la AMIA, ocurrido en Buenos Aires en 1994 con un total de 85 muertos y decenas de heridos.
“Los médicos necesitamos aprender de nuestros pacientes para avanzar en nuestro entrenamiento y mejorar a futuro. Por eso analizó la ficha médica de las víctimas del terrorismo y eso hace que las víctimas sean tomadas como personas humanas”, dijo Ashkenazi.
Al visitar la AMIA, el médico dijo que es “muy importante recordar a los muertos pero hay muchas personas que no murieron y que salieron heridos de aquí, y es en esos casos que hay que poner énfasis para tratar de entenderlos a ellos”.
“De la AMIA como organización entendí que han aprendido a utilizar la energía de lo que paso en este edificio para ayudar a otras personas en otros aspectos”, apuntó.
El médico consideró que la medicina argentina es “muy buena, los cirujanos son de primera clase en el mundo”, por lo que destacó la importancia de poder estar en Buenos Aires donde reside una de las más grandes comunidades judías del mundo.
Cuando se lo consultó sobre la amenaza nuclear iraní en el mundo, Ashkenazi dijo que “la medicina está en contra de la agenda política, está en una confrontación permanente”.
“Como médicos nos enseñan a dar tratamiento a Irán no importa si es de Irán o de Israel, si es judío o musulmán”.
“Esta realidad la vemos a diario en Israel, donde a veces recibimos gente que muere en atentados terroristas que no son judíos sino musulmanes, porque en la muerte del terrorismo van cayendo de los dos lados no importa que agenda política tienen en la casa”, apuntó.
Incluso, Ashkenazi comentó que en el hospital que trabaja “hay musulmanes árabes, el jefe de emergencia es musulmán árabe, y paradójicamente el terrorismo en Israel es musulmán árabe”.
Por su parte, Capdevila, quien también atendió en el Clínicas a las víctimas del atentado a la Embajada de Israel, en 1992, comentó que tras aquel ataque ya se empezó a tomar conciencia de la posibilidad de que se pueda volver a repetir.
“No es la primera vez que vine a la AMIA y hoy que tuve la posibilidad recorrer el monumento, de pararme frente al listado de las víctimas realmente me ha conmovido”, manifestó.
Por su parte, el secretario general de la AMIA, Julio Schlosser, que haber recibido a Capdevila es como “una visita de honor porque fue el doctor jefe de terapia intensiva cuando estalló la bomba en la AMIA”.
El dirigente explicó que al darle este reconocimiento de hoy, la AMIA salda “una deuda de honor”.
Asimismo comentó que Ashkenazi informó los servicios de emergencia en caso catástrofes y dio detalles del sistema de capacitación del personal para recibir a los pacientes y como coordinar la labor de los hospitales.
“La Argentina tiene una deuda y es necesario que los hospitales argentinos capaciten para este tipo de catástrofes”, consideró Schlosser.
Además de Schlosser, en el acto estuvieron Simón Drelevich, secretario de actas, y la directora del Vaad Hakehilot y Centro Marc Turkow, Ana Weinstein.
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