Entre estas medidas, que podrían llevarse a cabo en las próximas horas, destacan la de liberar a decenas de presos palestinos en cárceles israelíes, otorgar permisos de trabajo a palestinos para que puedan desplazarse a Israel y facilitar el libre comercio entre los territorios y el Estado judío.
Entretanto, la posición oficial del Gobierno de Israel es que estos pasos no vayan más allá hasta que en la práctica no se vean hechos concretos para desarmar a las facciones palestinas por parte del Gobierno de Abu Mazen.
Sharón dijo que «el tiempo de las promesas ha quedado atrás y ahora necesitamos ver pasos reales», en referencia al cese de los ataques de las facciones radicales palestinas contra objetivos israelíes.
A Powell se le preguntó con insistencia, tanto en Jerusalén como en Jericó, por qué se mantiene el boicot al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat.
«Reconocemos que Arafat está aún ahí pero no trabajaremos con él», manifestó Powell, quien agregó que «respetamos que otras naciones lo hagan (se entrevisten con Arafat)», pero agregó que este es el momento de reforzar el nuevo liderazgo palestino y «espero que en el futuro los europeos y otros colegas se den cuenta de ello».
Por último Sharón recalcó que «está dispuesto a hacer concesiones dolorosas» en un proceso negociador con los palestinos, pero en cuanto a la seguridad de los israelíes «ni ahora ni en el futuro haremos concesiones en este terreno».
Un portavoz del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores dijo hoy a EFE que en principio Powell se quedará en la zona hasta mañana, lunes, al mediodía y durante ese tiempo podría mantener nuevas rondas de contactos con las partes.
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