Israel es responsable por todos los residentes de la ciudad, incluidos unos 250.000 palestinos que han sufrido décadas de descuido, dijo esta semana en una entrevista Yakir Segev, un ex comando del ejército de 32 años.
Segev fue designado para supervisar Jerusalén oriental hace seis meses por el alcalde Nir Barkat. El área, capturada por Israel en la Guerra de los Seis Días (en 1967), es considerada por los palestinos su futura capital. El aniversario de la toma será recordado este jueves con desfiles y discursos.
Los críticos del alcalde dicen que sólo ofrece promesas vacías. Recuerdan que las demoliciones de casas árabes han aumentado desde que Barkat asumió y que este año el alcalde ya emitió más de 1.000 órdenes de derrumbe. En tanto, la mayor parte de los fondos de la ciudad se gastan en áreas judías.
Tanto Segev como su jefe se oponen rotundamente a una división de la ciudad, una medida considerada clave para lograr la paz palestino-israelí como la propone el presidente Barack Obama. Segev, sin embargo, dice que quiere acortar la brecha entre las zonas judías, que gozan de infraestructura desarrollada, y los barrios árabes, carentes de suficientes viviendas, con escuelas superpobladas y calles dañadas.
"Hay muchas obligaciones", dijo Segev. "No se pueden tomar atajos".
Los grupos de derechos humanos insisten en que no han visto cambios y que la promesa de Barkat de permitir la construcción de 13.500 casas para los árabes es insuficiente.
"Todas las políticas que enfrentamos muestran que ellos quieren limitar el número de palestinos", dijo Ahmed Rweidi, asesor del presidente palestino Mahmoud Abbas.