JUAN MIGUEL MUÑOZ .-Lo único indiscutible es que al menos seis hombres murieron, según fuentes del Hospital Shifa, el principal de Gaza, y dos agentes de la policía de Hamás sufrieron impactos de bala. Los dirigentes de Al Fatah acusaron a los uniformados islamistas de disparar contra los manifestantes, sin que mediara provocación alguna, desde la Universidad Islámica y edificios gubernamentales próximos a la arenosa explanada, engalanada con enormes retratos de Arafat. «Ha sido un crimen atroz», declaró Abbas. La versión de la policía es justo la opuesta. Islam Shahuan, portavoz de la Fuerza Ejecutiva, aseguraba a este diario en su despacho del cuartel general que «las provocaciones vienen sucediéndose desde el sábado».
«Han disparado y apedreados a policías en varias ciudades y han atacado alguna escuela para forzar a los jóvenes a acudir a la celebración. No hemos puesto impedimentos porque se trataba de conmemorar el asesinato de Arafat», añade Shahuan. Y respecto a las muertes de ayer, no niega que sus agentes apretaran el gatillo. «Sí, hemos respondido a los ataques de varios hombres armados. Disparaban desde los tejados de la Universidad Al Azhar y desde calles adyacentes. Hay dos policías heridos de bala, uno en la cabeza y otro en un hombro, además de ocho que fueron acuchillados». Otro portavoz de la Fuerza Ejecutiva añadió que los provocadores «dispararon armas con silenciador».
En todo caso, la plaza donde se celebró el acto fue escenario de una batalla campal pasada la una de la tarde. Las imágenes captadas por la cadena qatarí Al Yazira mostraban a simpatizantes de Al Fatah lanzando pedradas contra los agentes y a éstos propinando fuertes bastonazos a los que caían en sus manos.
Es poco verosímil que la policía de Hamás disparara sin motivo alguno contra la multitud. No es el estilo de una organización que trata de engordar a través de la cooptación de la infinidad de descontentos con la vieja clase política de Al Fatah y que reserva su poder de fuego contra el Ejército israelí. Pero tampoco cabe duda de que la policía de Hamás no permite el más mínimo desmán. Desde junio suelen responder sin contemplaciones a la mínima provocación, e incluso han brotado incidentes esporádicos con milicianos de Yihad Islámica, partido-milicia de similar ideología, con el que mantienen relaciones estrechas.
Tras su triunfo en las elecciones de enero de 2006, el Gobierno islamista de Ismail Haniya fue sometido a un bloqueo económico severísimo por parte de Israel y la comunidad internacional al tiempo que las milicias del movimiento islamista eran atacadas a lo largo de la franja sin descanso. Una vez que el 14 de junio se adueñaran del control de Gaza, Al Fatah convocó varias manifestaciones al término del rezo de los viernes que acabaron en disturbios. El Ejecutivo de Haniya decidió entonces prohibir las protestas en espacios públicos. Pero ayer se conmemoraba la figura de Arafat, que sigue gozando del respeto de los suyos y de buena parte de líderes fundamentalistas. Su portavoz, Fawzi Barhum, afirmaba por la mañana: «Honramos a Arafat porque no cedió respecto a los derechos del pueblo palestino en nuestra sagrada tierra».
Si pretendía Hamás mostrar cierta benevolencia respecto a sus enconados adversarios al autorizar la masiva manifestación, todo apunta a que será difícil que vuelvan a hacerlo. Shahuan se mostraba contundente. «Si de mí dependiera, no repetiría la experiencia. Se estudiará caso por caso».
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