Sharon admitió que existió una «intervención» de afuera -evidentemente de Estados Unidos- en relación al tema, pero aclaró que en lo referente al tan mencionado plan de expulsar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, no fue eso lo determinante.
Sharon debe lidiar con imágenes jóvenes como la de Netaniahu.
«Los servicios de seguridad llegaron a la clara conclusión que el daño que ello podría causar ahora, superaría el provecho», dijo el jefe de gobierno.
De fondo, está la convicción por parte de Sharon del rol jugado por el propio Arafat y la ANP en la organización, aliento y financiación de atentados.
Asimismo, está también el anuncio de los batallones «Mártires de Al-Aksa»-el brazo armado de Al-Fataj, el grupo de Arafat en la OLP- reivindicando el atentado de esta semana en la localidad colectiva kibutz Metzer, en el que fueron muertos cinco civiles, entre ellos una madre y sus dos hijos de 4 y 5 años, baleados en su propia cama.
Sharon dijo estar seguro, sin embargo, de que las cosas pueden cambiar.
«Cuando el terrorismo se haya detenido, habrá un acuerdo que también conducirá ojalá a la paz y quizás también al fin del conflicto. Pero para eso debe haber tranquilidad».