En un principio, parecía que Mofaz no iba a poder presentarse a las elecciones, tras la decisión tomada en este sentido el pasado martes por un comité de expertos legales de la Knesset (Parlamento). En efecto, la legislación establece un periodo mínimo de seis meses entre la salida del Ejército y la adopción de un acta de diputado.
Mofaz, quien dejó la jefatura del Estado Mayor el pasado julio, fue nombrado ministro de Defensa tras la salida de los laboristas de la coalición de gobierno liderada por el Likud el pasado 30 de octubre.
Por lo tanto no había cumplido el plazo preceptivo para poder presentarse a los comicios. Sin embargo, apenas unas horas después de que el comité de la Knesset anunciase su decisión, el Fiscal General, Elyakim Rubinstein, comunicó a Mofaz que sí podría presentarse, debido a las diferencias existentes entre el calendario hebreo y el gregoriano; en caso de que no haya coincidencia, se aplica el más «indulgente» de los dos, en este caso el gregoriano.
Los últimos sondeos indican que el Likud debería duplicar sus escaños en la Knesset, pasado de los 19 actuales a 38, de un total de 120. Los laboristas, por su parte, pasarían de 25 a 17, mientras que también subiría fuertemente el centrista laico Shinui, para hacerse con 12 diputados. Los partidos árabes, a su vez, conseguirían 11 escaños (uno más de los actuales), y el ultraortodoxo Shass pasaría de 17 a 9.