El Gobierno de la ANP resolvió ayer domingo en una reunión del gabinete en Ramala que aceptará la plan de paz, aunque con algunas condiciones.
Dicho plan establece una primera fase de pacificación hasta mediados de 2003 y la creación de un Estado palestino con fronteras provisionales hacia finales de ese mismo año.
Según la iniciativa, que Bush propuso a israelíes y palestinos en septiembre de acuerdo al plan de paz propuesto por el Cuarteto de Madrid -formado por EEUU, UE, ONU y Rusia- , el acuerdo de paz definitivo que fijará las fronteras entre ambos pueblos y resolverá cuestiones tan espinosas como la de los refugiados y el estatuto para Jerusalén, se concluirá en 2005 o 2006.
Bush ha dado a ambas partes hasta diciembre para que contesten a su propuesta, aunque por el momento ninguna de ellas ha respondido de forma oficial.
Los palestinos condicionan su respuesta favorable a que Washington determine de antemano los mecanismos de transición de una fase a otra, es decir los calendarios y su supervisión.
También pone como condición el que las elecciones presidenciales y legislativas palestinas, previstas en principio para enero de 2003, se celebren a un mismo tiempo y de forma inseparable.
Por su parte, Israel aún no ha dado una respuesta al Plan Bush, que puede verse obstaculizado por la convocatoria de elecciones anticipadas en este país, y que -como en el caso palestino- también están previstas para enero del 2003.
El primer ministro Ariel Sharón, que esta última semana ha reiterado su compromiso con el plan de paz a pesar de que también tiene ciertas reservas sobre su aplicación, se halla en una encrucijada debido a la postura de su nuevo ministro de Exteriores, Benjamín Netanyahu, que exige rechazarlo.
El 28 de noviembre Sharón y Netanyahu se disputarán la jefatura del bloque de derechas Likud y la candidatura del campo nacionalista a primer ministro, por lo que hasta después de esos comicios no se podrá saber con certeza la postura de Israel hacia el plan de paz.
EFE el/vh
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