El primer ministro laborista fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 en Tel Aviv, durante una manifestación a favor de la paz. El responsable del magnicidio fue Ygal Amir, un extremista judío de extrema derecha que se oponía a los acuerdos de paz israelo-palestinos firmados por Rabin en Oslo en 1993.
En una imponente pancarta en la que también había un retrato del ex premier, se leía «Siete años después». En realidad, las ceremonias conmemorativas comenzaron el 17 de octubre, fecha del séptimo aniversario del asesinato según el calendario hebreo.
Unos 1.500 agentes de las fuerzas del orden, que incluyeron decenas de francotiradores en los techos de los alrededores, fueron desplegados para garantizar la seguridad durante la manifestación, según puntualizó el comandante de la policía de Tel Aviv, Yossi Sedbon.
En la tribuna instalada en la plaza se sucedieron múltiples cantantes populares y oradores que destacaron la personalidad del dirigente asesinado.
La multitud respondió con un prolongado aplauso al mensaje del rey Abdalá II de Jordania, transmitido por una pantalla de televisión gigante instalada en la plaza. «Me siento muy honrado de hablarles de un hombre al que mi padre llamaba ‘mi hermano'», dijo el soberano.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el ex presidente norteamericano Bill Clinton también transmitieron mensajes a la multitud, que en diversas oportunidades lanzó cánticos contra el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
Mubarak reclamó que concluya la violencia entre israelíes y palestinos y destacó que la seguridad de Israel sólo puede ser garantizada si logra alcanzar la paz con sus Estados vecinos.
Por su parte, el ex titular de la Casa Blanca instó a los israelíes a «seguir el camino de Rabin en dirección a la paz».
Fte Clarin