Cuando falta un par de semanas para cumplirse el segundo aniversario de la evacuación, un 51 por ciento de los encuestados israelíes opina que la situación de seguridad empeoró a partir del repliegue, otro 30 por ciento que la medida no produjo cambios en la región y un 12 por ciento que la situación mejoró desde entonces.
El llamado ‘Plan de desconexión’ fue propuesto en el 2003 por el entonces primer ministro israelí, Ariel Sharón, y consistió en la evacuación no negociada, en agosto del 2005, de 21 asentamientos judíos en la franja de Gaza y de otros cuatro de Cisjordania -de un total de 120- situados en el norte.
Por otro lado, el 74 por ciento de los encuestados dice oponerse a una nueva evacuación unilateral de asentamientos en Cisjordania, frente a un 18 por ciento que la apoya.
De ese 18 por ciento, un 8 por ciento cree que el Ejército israelí debe permanecer en los territorios palestinos en caso de una nueva evacuación.
Otro 71 por ciento de los encuestados opina que el Gobierno abandonó a los colonos israelíes y no les suministró la asistencia económica y social necesaria después de la evacuación.
La retirada israelí de esos territorios comenzó el 15 de agosto del 2005 y, aunque un grupo de colonos ofreció férrea resistencia antes y durante las operaciones del Ejército y la Policía Nacional, el repliegue finalizó el 12 de septiembre de ese año.
La encuesta se hizo entre 493 israelíes y tiene un margen de error del 4,4 por ciento.