Ahmadinejad también se entrevistó en la capital siria con el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah. El respaldo que Siria e Irán otorgan al movimiento libanés chiíta es el eje primordial de su alianza.
Un comunicado conjunto emitido después de que Ahmadinejad se reuniera con Assad afirmó que los dos líderes estaban «cómodos con la forma positiva en que se están desarrollando las relaciones entre Siria e Irán y preocupados por continuar la cooperación en todos los ámbitos.»
«La relación con Siria está progresando a diario y en cada ámbito y todas las líneas,» declaró Ahmadinejad a periodistas.
Al preguntársele si esperaba otro «verano caluroso,» después de la guerra del año pasado entre Hezbollah e Israel, Ahmadinejad contestó: «Los veranos siempre son calurosos y esperamos que las temperaturas de este verano se eleven con victorias para los pueblos de la región.»
Por su parte, Assad expresó: «Esta visita es de una gran importancia, dado que las circunstancias están cambiando rápidamente en la región. La relación sirio-iraní es de largo plazo.»
El Gobierno secular en Damasco ha estado reforzando sus lazos con la República Islámica, al tiempo que los dos países intentan contrarrestar los esfuerzos para aislarlos por parte de naciones lideradas por Estados Unidos.
Ambos estados también apoyan a Hezbollah, así como al grupo islámico palestino Hamas, y poseen vínculos con partidos en Irak. Tanto Irán como Siria han sido acusados por Estados Unidos de patrocinar el terrorismo, cargos que Damasco y Teherán niegan.