El Ministerio de Seguridad Pública y el Servicio de Prisiones israelíes decidieron hoy establecer un campamento en la región del Negev, en el sur del país, para albergar a refugiados procedentes de Africa, principalmente de Sudán, informó el diario ‘Haaretz’.
Según el acuerdo alcanzado por el ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter, y el representante de Prisiones, Benny Caniak, el campamento se erigirá en las cercanías de la prisión de Ketziot, en Negev. En Israel hay aproximadamente 230 refugiados africanos, 180 de ellos en Beer Sheva.
La Agencia Judía –encargada del desplazamiento de judíos a Israel, de visita o de manera permanente– aseguró ayer que encontraría alojamiento para otros 54 refugiados de Sudán que viajaron desde Beer Sheva hasta Jerusalén para protestar frente al edificio de la Knesset (Parlamento) y que luego volvieron a Beer Sheva, después de que la oficina del primer ministro, Ehud Olmert, les dijera que no les pagaría la asistencia social de los solicitantes de asilo. La oficina de Olmert subrayó que no alojará a los refugiados africanos en hoteles, hostales o campamentos temporales.
Mientras tanto, el ministro sudanés del Interior, Al Zubair Bashir Taha, consideró hoy que Israel está animando a los ciudadanos de su país a emigrar a Israel para perjudicar la imagen del Gobierno sudanés.
Según informó Israel Radio, Bashir Taha consideró que la crisis de los refugiados es un «melodrama» inventado por Israel, y amenazó con tomar acciones legales contra sus ciudadanos que intenten entrar en Israel.
«No está claro dónde quieren llegar, si quieren continuar desde Israel a Europa o América. No saben nada de Israel», consideró. Según el ministro, unos 3.000 sudaneses –el 30% procedentes de la región de Darfur, 40% del sur de mayoría cristiana y el resto del norte– intentan entrar en Israel al año.
La oficina de Olmert consideró ayer que la deportación a Egipto es la única sólución para los refugiados africanos y trabajadores extranjeros que se infiltran a través de Egipto, incluso aunque algunos de ellos procedan de la devastada región de Darfur, asolada por una violenta guerra desde 2003.