Inicio NOTICIAS La actualidad y el pasado: las dos caras del viejo pasado judío.
Por Alicia Benmergui

La actualidad y el pasado: las dos caras del viejo pasado judío.
Por Alicia Benmergui

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Entre el cúmulo de noticias que llegan de Israel, siempre aparece algún artículo específicamente relacionado con la arqueología y salvo para lectores interesados en la cuestión, no tienen demasiada repercusión, excepto cuando algunos descubrimientos muy espectaculares recorren los titulares de todo el mundo.
Hace casi un año en Kfar Kana, al norte de Nazaret fueron hallados túneles que atestiguan la Rebelión Judía contra el dominio romano que terminó en el año 70 d.n.e cuando los romanos saquearon Jerusalem y destruyeron el Segundo Templo. Los judíos cavaron la tierra bajo sus casas y se prepararon para resistir el asedio romano. Una experta autoridad de Israel Antiquities Authority, Yardena Alexandre dijo que esos escondites subterráneos testimonian que los antiguos judíos planearon y prepararon su resistencia. Esto demuestra que la habitual percepción de que la rebelión comenzó espontáneamente ha sido totalmente equivocada.
Estos descubrimientos, asi como las excavaciones que a lo largo de varias décadas sacaron a la luz las ruinas de más de cincuenta sinagogas a lo largo de toda la Galilea, son el mejor testimonio sobre un pasado tan lejano. Ellos confirman los relatos de los libros, pero a la vez nos brindan una visión mucho más amplia y tal vez no tan difundida, como fue la existencia de una nutrida comunidad judía que se quedó viviendo en la Galilea, en la Palestina de los romanos, luego de la destrucción y expulsión de Jerusalém.
La historia nos cuenta, basada en las evidencias aportadas por Josefo Flavio, en las Guerras Judías y en las Antigüedades Judías, confirmadas por los hallazgos arqueológicos, que en el año 66 de nuestra era estalló una Gran Rebelión contra el yugo impuesto por los romanos.
La existencia en la provincia de Judea, se había vuelto intolerable para los judíos, sometidos a la arbitrariedad de los procuradores que les gobernaban. Soportaban grandes exacciones, los impuestos que debían aportar para Roma, para los bolsillos privados de los procuradores y para el mantenimiento del Templo y de Jerusalém, eran casi imposibles de pagar. Además padecían toda clase humillaciones y persecuciones en cuanto a la observancia del judaísmo, una religión totalmente incomprensible para los romanos. Esto produjo una profunda división dentro del judaísmo que se expresó en la aparición de diferentes grupos, algunos muy antagónicos entre si. De aquellos días data el surgimiento del cristianismo. Los esenios, los zelotes y los sicarios también formaron parte de esas diferentes agrupaciones judías.
En el año 66 d.n.e. estalló la rebelión, cuando las demandas de dinero y el despilfarro del último de los gobernadores, Gesio Floro, que fue el más amoral y corrupto de todos, superaron todos los límites. Hubo un levantamiento general en Jerusalém y fue expulsada la guarnición romana. Por cuatro años los judíos se manejaron en forma independiente, librando una guerra heroica en condiciones de total inferioridad frente el mayor Imperio de la época. Finalmente en el año 70 luego de una largo asedio al templo de Jerusalem, con un sufrimiento enorme por parte de los sitiados, los judíos fueron vencidos con el incendio total del Segundo Templo y fueron expulsados de Jerusalem adonde les fue prohibida la entrada. Esta es una de las grandes tragedias del Pueblo Judío. El arco de Tito, erigido en el foro romano, que aun puede ser visto en Roma, fue construído en conmemoración de la derrota y la humillación padecida por los hebreos.
Las excavaciones y descubrimientos arqueológicos demuestran en primer lugar que muchos judìos no abandonaron Judea, se trasladaron a la Galilea, uniéndose a los que allí vivían y que, su existencia se prolongó durante varios siglos. Por otra parte las cuevas halladas en Kfar Kana y en Gush Halav prueban de que el levantamiento contra los romanos no fue para nada espontáneo, y que los judíos se habían preparado cuidadosamente para luchar y resistir, como de hecho lo hicieron.
La verdadera historia se nutre de pruebas, en este caso arqueológicas y en este caso los relatos aportados por Josefo Flavio son corroborados por cada descubrimiento realizado.
También a través de toda esa tarea, excavando entre la tierra y las rocas se rescata el pasado de un pueblo que además de resistir con la lucha lo hizo en contra del olvido y sigue empeñado en esa tarea.
KFAR KANA

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