El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha pedido al Ministerio de Transporte que estudie la manera de mejorar el trato que reciben los árabes en aeropuertos y puestos fronterizos, mientras su ministro de Defensa, Amir Peretz, contempla evacuar los asentamientos que incluso Israel considera ilegales.
En una carta al ministro de Transportes, Shaul Mofaz, filtrada a la prensa israelí, Olmert pide que se reconsidere el trato que reciben los árabes en las fronteras a la luz de abusos denunciados, entre otros, por el Centro israelí contra el Racismo y la Asociación Árabe pro Derechos Humanos de Israel.
«Tenemos que hacer compatible la necesidad de controlar a los pasajeros en las fronteras y el deseo de que esos controles sean rápidos y dignos», dice la misiva, a la que, según el diario Haaretz, Mofaz ha contestado creando un Comité que buscará fórmulas para flexibilizar las inspecciones.
Por otro lado, Olmert ha ordenado que se amplíe el horario de trabajo en el puesto fronterizo de Karni para el tránsito de mercancías con la franja de Gaza.
Mientras tanto, Peretz, según han filtrado consejeros suyos a la versión electrónica del diario Yediot Aharonot, ha anunciado, en una reunión interna, su intención de evacuar los asentamientos judíos de Cisjordania que incluso Israel considera ilegales.
Peretz, cuyas tensas relaciones con Olmert son muy comentadas por la prensa israelí, habría afirmado que está dispuesto a enfrentarse al primer ministro para llevar a cabo esa evacuación.
Olmert fue preguntado hace dos días, durante una rueda de prensa con periodistas extranjeros, sobre el crecimiento de los asentamientos en Cisjordania, pero contestó asegurando que no se ha construido fuera de los límites de las colonias ya existentes, aunque se edifique dentro por la presión demográfica.
Según el último informe de la organización israelí pro derechos humanos, Paz Ahora, presentado esta semana, aunque el número de asentamientos no ha aumentado, y el de «enclaves ilegales» ha pasado de 103 a 102 en el 2006, su población ha aumentado un cinco por ciento en el 2006.
Los llamados «enclaves ilegales» suelen ser instalaciones precarias, compuestas por caravanas y viviendas prefabricadas que llevan los colonos a las colinas de Cisjordania.
Se diferencian de los asentamientos propiamente dichos en que estos últimos contaron con autorización del Gobierno israelí, pese a que, según el derecho internacional, toda edificación civil en los territorios ocupados palestinos es ilegal.
Según Paz Ahora, el crecimiento demográfico en los asentamientos es el triple que en el Israel propiamente dicho, debido a la afluencia de familias de ultra-ortodoxos judíos y a la elevada natalidad en esa comunidad.