La circuncisión masculina reduce a la mitad el riesgo de infectarse con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), según sendos estudios realizados en África por científicos de dos universidades estadounidenses.
Estas investigaciones, que recoge en su último número la revista ‘The Lancet’, se unen a un estudio anterior hecho en Sudáfrica que concluyó que esta práctica reduce en un 60 por ciento el riesgo de que los hombres puedan adquirir el VIH a través de relaciones íntimas heterosexuales.
La circuncisión -práctica religiosa obligada de judíos y musulmanes- ‘puede ser de lo más efectivo, siempre y cuando no se entienda como un método aislado, sino como un elemento más de una serie de procedimientos para prevenir el VIH y para alcanzar una mayor higiene sexual’, comenta Robert Bailey, líder del estudio de la Universidad de Illinois.
Bailey añade que entre esas formas de prevención se encuentran además ‘el asesoramiento y las pruebas del VIH, el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones transmitidas por relaciones sexuales, la promoción del condón (…) y otros métodos que se saben efectivos’.
La Universidad para la que trabaja Bailey, localizada en la ciudad de Chicago, llevó a cabo su estudio en Kenia con hombres de entre 18 y 24 años, a los que se dividió al azar en dos grupos, según si se les iba a circuncidar o no.
El riesgo de infectarse con el virus del SIDA se redujo en aquellos circuncidados en un 53 por ciento, una cifra similar al 51 por ciento que arrojó el estudio de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, para el que se reclutaron 5.000 adolescentes de Uganda de edades comprendidas entre los 15 y 19 años.
Si se tienen en cuenta estos resultados, el riesgo de la población masculina del planeta de adquirir el VIH se reduciría a la mitad si, a los métodos ya tradicionales de prevención, se le sumara la circuncisión, apuntan los expertos.
Con ello se podría evitar parte de los 12.000 infectados y los 8.000 muertos que cada día produce el sida, añaden.