Un atacante suicida hizo detonar sus explosivos en una panadería de en esta población turística del sur de Israel el lunes, matando a tres personas, dijo la policía.
Fue el primer ataque dinamitero en el país en nueve meses y el primero en Eilat, la ciudad más austral de Israel. El atacante también murió.
Un portavoz de Hamas, el grupo de milicianos islámicos que controla el parlamento y el gabinete palestino, elogió el ataque y dijo que era una «respuesta
natural» a las políticas israelíes, una posición que probablemente complicará los esfuerzos emprendidos por esa organización para terminar con un boicot financiero impuesto por la comunidad internacional.
Dos grupos de milicianos islámicos palestinos, la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de El Aksa, se atribuyeron el ataque.
Ambos grupos dijeron que el ataque buscaba ayudar a terminar con semanas de enfrentamientos palestinos que han matado a más de 60 personas en la Franja de Gaza desde diciembre. Milicianos de Hamas y del Partido Fatá rival combatieron en la Franja de Gaza el lunes y atacaron puestos de seguridad, dejaron fuera de funcionamiento a un transformador eléctrico y secuestraron a varios comandantes locales. Cuatro personas murieron.
«El operativo tiene un claro mensaje para los rivales palestinos. Es necesario terminar con los enfrentamientos y apuntar las armas hacia la ocupación que ha perjudicado a la población palestina», dijo un mensaje difundido en el sitio de la internet de la Yihad Islámica.
Tras el ataque, el primer ministro Ehud Olmert dijo que Israel continuará su lucha contra el terrorismo, pero no aclaró si se adoptarán represalias.
En una reunión con legisladores de su partido Kadima, Olmert informó que había ordenado a los jefes de seguridad de Israel que investigaran cómo se había concretado el ataque.
«Entonces obtendremos las conclusiones y aprenderemos la lección e instruiremos a nuestro personal de seguridad para que continúe la lucha actual y permanente … contra los terroristas y aquellos que los envían», expresó.
El ministro de Defensa Amir Peretz, en tanto, denunció al atentado suicida como una «escalada» del conflicto que amenaza la tregua, y prometió tomar todas las medidas «necesarias» para prevenir otros ataques similares.
En declaraciones que efectuó ante legisladores de su Partido Laborista, Peretz expresó que quería estar seguro de diferenciar entre los extremistas palestinos y otros elementos moderados que buscan la paz con Israel.
Indicó que se reunirá con los jefes de seguridad para analizar la respuesta.
Los milicianos identificaron al atacante como Mohamed Saksak, un joven de 21 años de la Ciudad de Gaza. El sitio palestino de la internet Ramattan incluía declaraciones de los familiares de Saksak que manifestaban que había salido de su casa hacía tres días y no había regresado.
Algunos testigos dijeron que el atacante vestía un abrigo invernal largo en un día soleado caluroso. La policía manifestó que la bomba estaba en una bolsa que llevaba el atacante y no en un cinturón con explosivos.