El ministro de Defensa israelí se apresuró esta tarde a advertir a los ‘enemigos’ de Israel de que la marcha de Halutz no es un signo de debilidad. «No malinterpretéis la decisión del jefe del Ejército para dimitir como signo de debilidad», señaló, lamentando nuevamente la dimisión de Halutz, que consideró «prematura». «Siento que no esté con nosotros para completar la tarea» de restaurar el Ejército tras la guerra de este verano en Líbano, afirmó.
Peretz ya ha comenzado a reunirse con los tres potenciales candidatos al puesto el mayor general en la reserva Gabi Ashkenazi, el mayor general Moshe Kaplinsky y el jefe del Mando de las Fuerzas Terrestres, mayor general Benny Gantz. Según los medios israelíes, Ashkenazi parece el mejor situado para ocupar el cargo, si bien el ministro no hará pública su decisión hasta la próxima semana.
Por su parte, Olmert expresó esta mañana su «profundo pesar» por la dimisión de Halutz, de quien dijo es «uno de los más grandes soldados del país». Mientras, Halutz aseguró que tiene previsto permanecer en su puesto hasta que se elija un sucesor y el cambio esté completo y dijo que confía «en el Ejército, en sus soldados y comandantes, y en que puedan continuar llevando a cabo de manera exitosa todas las misiones que ejecuten».