En una amable y amena entrevista Luis Grynwald, el presidente de la AMIA, se refirió a los proyectos que la institución tiene previsto desarrollar durante el corriente año.
El primer tema al que se abocó fue el de «las inversiones que no se ven», es decir aquellas destinadas a brindar un mejor servicio a los socios y a realizar mejoras en lugares como los cementerios y el edificio de la calle Loyola, donde funcionan la cochería y las salas velatorias.
Destacó que durante el año 2006 más de 500 familias accedieron a sepulturas sin cargo en los cementerios de la AMIA y que se ha comenzado a implementar un proyecto mediante el cual se intentará que en los próximos diez años queden tumbas en sus cementerios de sin su correspondiente matzeiva, lápida, mediante el programa «una mitzva-una matzeiva», un cumplir el mandamiento que establece que cada tumba debe tener su correspondiente lápida.
Un tema que según Grynwald «puede cambiar la historia después de cien años», es el de implementar una solución, de acuerdo a lo establecido por la Halajá, la Ley que rige la forma de vida judía, es el de posibilitar el entierro de judíos conversos por rabinos no ortodoxos en un sector del cementerio de La Tablada, afirmando «vamos a tomar una decisión, y me parece que es una decisión que va a tener que acompañar todo el mundo, por eso necesitamos que la prensa comunitaria nos acompañe, que no va a ser 100% perfecta, pero tenemos el 90% de la comunidad a favor de una medida de estas y se implementará de acuerdo con el Rab. Benhamú».
Sobre la actividad de la AMIA para el 2007 Luis Grynwald, específicamente se refirió a la implementación de programas y actividades destinados a gente entre 20 y 50 años, entre los que menciono ciclos de cine y festivales de rock, a la vez que modificar el restaurante con la finalidad de que la gente pueda venir a cenar comida tradicional en un ambiente agradable, acompañado por música, que tenga un «coffe», donde poder tomar un café y charlar con amigos, o leer un libro o los diarios del día, en el horario de 19 a 23 hs.
Como su mandato concluye a fines de mayo de 2008, le preguntamos como vislumbra lo que ocurrirá en la institución. Nos respondió: «Tenemos que tener la suficiente inteligencia para que en junio del 2008 alguien del perfil y gestión parecida a la mía, conduzca la institución».
Ante esta categórica afirmación lo consultamos sobre la incidencia que puede tener en las próximas elecciones de la AMIA la tarea que vienen realizando dos sectores claramente diferenciados, la ortodoxia religiosa que lidera el rabino Samuel Levin y ciertos planteos que efectúa el rabino reformista Sergio Bergman, quien en los últimos meses tuvo una amplia trascendencia en los medios periodísticos por acciones y declaraciones relacionadas con el acontecer nacional.
Su respuesta fue muy explicita: «Me parece bárbaro, que todas las corrientes y movimientos se postulen, cumpliendo el requisito de que el 1% del padrón los avale, después los socios tienen que votar. La trascendencia de Sergio Berman en la AMIA no repercute para nada. Uno individualmente puede estar de acuerdo o no estar de acuerdo con lo que Bergman o algún otro judío de la calle pueda decir, ahora la posibilidad que tiene Bergman o cualquier otro político judío, es presentar una lista y que los socios lo vote. Más fácil que eso, hoy, acá en la AMIA, es imposible».
EACh.
101