Una nueva película de comedia sobre Adolfo Hitler pisa terreno peligroso y podría llevar inadvertidamente a un aumento en el antisemitismo, advirtió un importante líder de la comunidad judía alemana.
Stephan Kramer, secretario general del Consejo Central de Judíos de Alemania, dijo que «Mein Fuehrer», que se estrenó en la nación europea, podría generar empatía por el ex dictador nazi al mostrarlo como una figura cómica que atravesó una infancia difícil.
«Lleva a la gente a sufrir con él, a decir, ‘pobre tipo'», indicó Kramer, quien el miércoles dijo haber visto gran parte del filme.
La película del director Dani Levy, un judío nacido en Suiza que vive en Berlín, muestra a Hitler como un drogadicto que juega con un acorazado de juguete en la bañera, viste a su perro con el uniforme nazi y toma consejos de actuación de un judío preso en un campo de concentración.
Levy ha dicho que la cinta, cuyo título completo es «Mein Fuehrer: verdaderamente la verdad más verdadera sobre Adolfo Hitler», pretende explicar cómo fue posible que los alemanes siguieran a Hitler, llevando a la nación a la guerra y al Holocausto.
«Tuve la sensación de que debía hacerla en otro género, siendo capaz de exagerar a través de la comedia», dijo Levy a la AP.
Pero Kramer señaló que el modo en que se muestra a Hitler podría impresionar a la juventud alemana, influenciándola, especialmente en un momento en que los partidos de extrema derecha han hecho avances en algunos estados del oriente del país.
«La gente en la calle podría malinterpretarla, (pensar) que Hitler sólo era una persona de la cual reírse», dijo Kramer en entrevista telefónica. «Oí en una declaración que es mejor reírse de él que conocerlo, pero no sé».
Agregó que tratar a Hitler como comedia no es tabú, pues Charlie Chaplin lo había hecho con «El gran dictador», pero de un modo que, acotó, es buen ejemplo de cómo debe hacerse.
También dijo que el hecho de que Levy sea judío no le da necesariamente la perspicacia necesaria para su proyecto.
«Ser judío no garantiza que el cineasta tenga éxito en su cometido, y pienso que fracasó», aseveró. «Chaplin no era judío y lo logró; él hizo un gran trabajo con ‘El gran dictador’; lo hizo de un modo cínico».