Acto de repudio a las declaraciones del Presidente de Irán Ahmadineyad y a la convocatoria a un “estudio” revisionista, como un perverso intento de negar la verdad histórica y ridiculizar el holocausto. La AMIA llegó a la conclusión que debía contestarse con lo testimonial y por eso se consideró que tenía que ser con Sherit Hapleita, la Asociación de Sobrevivientes, que son los testigos de lo ocurrido y “que no tenemos más remedio que escuchar por más dolorosas que sean”. En nombre de AMIA, y en el mío propio como hijo de un sobreviviente del holocausto quiero expresar nuestra total identificación con todos los sobrevivientes del ejercicio irracional del terror y el exterminio que fue la Shoá. “Negar el Holocausto es una afrenta a la memoria de las víctimas exterminadas en las cámaras de gas y a la conciencia colectiva de la Humanidad. A este desafío del Gobierno iraní a la conciencia de la humanidad, lo que más agrega dolor es la presencia de los supuestos Rabinos en ese foro. ellos o sus familiares, sin duda, han sufrido la terrible pesadilla de la masacre y crueldad nazi.
AMIA junto a Shrerit Hapleita (Asociación Israelita de Sobreviventes de la Persecución nazi) llevaron a cabo, al atardecer del 21 de diciembre, un acto de repudio a las declaraciones del Presidente de Irán Ahmadineyad y a la convocatoria a un “estudio” revisionista, como un perverso intento de negar la verdad histórica y ridiculizar el holocausto. Al mismo adhirieron DAIA, OSA, FESERA, B’nai B’rith y Fundación Memoria del Holocausto.
La concurrencia llenó el salón auditorio de la AMIA, en donde se realizo el acto, destacándose la presencia de una importante cantidad de representantes del cuerpo diplomático que desempeña sus funciones en Argentina, entre los que se contaban los embajadores de Francia y Austria; de María José Libertino, Directora del INADI; y representantes de la Cancillería Argentina y otras instituciones nacionales.
El Secretario General de la AMIA, licenciado Edgardo Gorenberg, explicó que ante la incredibilidad pública mundial se llevó a cabo, el lunes y martes de la semana anterior, la conferencia convocada por el gobierno iraní en Teherán con la presencia de presuntos historiadores y especialistas en los hechos que iban a emitir conclusiones que todavía no se conocen que prima facie significaban la negación concreta de la existencia de la Shoá y si bien en un principio existía una resistencia – desde lo racional – en darle la importancia debida, lo que se modificó a partir de su concreción por la forma de su convocatoria, por la potencialidad ideológica imaginaria real, por la potencia económica que había detrás y porque alguna displicencia de la gran opinión pública y de muchos medios que iban a criticar severamente ese encuentro.
A partir de esa constatación se llegó a la conclusión que había que hacer algo, y la AMIA llegó a la conclusión que debía contestarse con lo testimonial y por eso se consideró que tenía que ser con Sherit Hapleita, la Asociación de Sobrevivientes, que son los testigos de lo ocurrido y “que no tenemos más remedio que escuchar por más dolorosas que sean” y ese era el sentido del acto.
El presidente de la AMIA, Luis Grynwald, en un corto pero sustancioso discurso se refirió a la motivación del acto, a continuación sus palabras: “Hemos tomado la resolución de realizar este acto para posibilitar a los sobrevivientes del holocausto provocado por la barbarie nazi a formular su alegato sobre la página más trágica de nuestra historia, que es el testimonio de mayor crueldad del que se tiene recuerdo, que increíblemente hay quienes se empeñan en negarlo. En nombre de AMIA, y en el mío propio como hijo de un sobreviviente del holocausto quiero expresar nuestra total identificación con todos los sobrevivientes del ejercicio irracional del terror y el exterminio que fue la Shoá, es por ello que quiero expresar con estas palabra mi más profundo repudio a todos aquellos que se reunieron en estos días en Teherán, haciendo una revisión de la existencia y causas que conllevaron a la Shoá, poniendo en tela de juicio su existencia, el número de víctimas y sus sufrimientos. La aniquilación sistemática, clarificada y ejecutada que produjo el nazismo no tiene parangón y estamos aquí ante la negación que de estos hechos hacen las mentes enfermizas y diabólicas que sin duda llevan consigo el germen maligno del genocidio, del genocidio y del exterminio para expresar nuestro horroroso asombro e indignación. Sentimos y sentiremos siembre la irresistible necesidad de preservar el imborrable recuerdo de nuestros muertos. Quiero hacer mías y de mi papá unas palabras de Elie Wisel: Cómo judío es mi deber contarle a mi hijo no solo la historia, sino la historia de la historia que es también la historia del hijo”.
A continuación dos sobrevivientes, la señora Sara Roux y Salomón Felberg dieron testimonio de lo por ellos vivido durante la Shoá, para luego el presidente honorario de Sherit Hapleita, José Moscovich, y el Gran Rabino de la Comunidad de Buenos Aires, Salomón Benhamú, dieran lectura a dos declaraciones, que seguidamente transcribimos.
DECLARACION DE SHERIT HAPLEITA
“Negar el Holocausto es una afrenta a la memoria de las víctimas exterminadas en las cámaras de gas y a la conciencia colectiva de la Humanidad. Estamos aquí no para hacerle el juego a los negadores ni para caer en la trampa que ellos proponen sino por la memoria de nuestros padres, abuelos y hermanos exterminados. Nos sentimos obligados a no callar.
¿Es posible que haya que demostrar que el Holocausto realmente existió? ¿No son suficientes los brazos tatuados, los testimonios escritos y filmados y la historia?
¿Acaso no hablan por sí solos los archivos internacionales celosamente guardados en Bad Arolsen y otros?
Dijo el prestigioso historiador Raúl Hilberg en Berlín ‘Existen todos los documentos para demostrar que los que niegan el Holocausto se equivocan’.
La conferencia de Teherán es una ofensa en grado superlativo a la memoria de los seis millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños, aniquilados y masacrados sistemáticamente por la maquinaria nazi del modo más inhumano y cruel que la humanidad jamás haya conocido y registrado en los anales de su historia.
¡Nosotros, los sobrevivientes, ya no tenemos que demostrarle a nadie que fue cierto!
Nosotros, que sólo por milagro salimos vivos del infierno nazi y somos testigos del Mal absoluto, seguiremos de por vida con los ojos nublados por la visión de las chimeneas de los campos de exterminio.
Nosotros, los sobrevivientes de Sherit Hapleita (Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución nazi) conjuntamente con AMIA, entidad madre de la colectividad judía de la República Argentina, repudiamos la permanente provocación y difamación del presidente de Ira´n y solicitamos a toda la sociedad argentina, a sus dirigentes, a los intelectuales y a los artistas, a todo el pueblo argentino, adherirse a este repudio compartido por el mundo civilizado.
Buenos Aires, 21 de diciembre 2006.”
DECLARACION DEL GRAN RABINO SALOMÓN BENHAMÚ
“El que suscribe, lleno de estupor y conmovido hasta lo más recóndito de su ser, expresa su más enérgico repudio y condena, a la conferencia antisemita sobre la negación del Holocausto organizada por el Presidente iraní.
Dicha conferencia es una ofensa en su grado más superlativo a la memoria de los seis millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños, aniquilados y masacrados sistemáticamente por la maquinaria nazi del modo más inhumano y cruel que la humanidad conozca y registre en los anales de su historial.
Solo mentes delirantes y oscurantistas, llenas de odio y desprecio a la vida, pueden atreverse a negar la Shoá o ponerla en tela de juicio, lo que es inaceptable desde un punto de vista moral, ético e histórico.
A este desafío del Gobierno iraní a la conciencia de la humanidad, lo que más agrega dolor es la presencia de los supuestos Rabinos en ese foro.
Por lo tanto, rechazo y condeno la lamentable y vergonzosa imagen de esa presencia, porque sin representar más que a ellos mismos pretenden dar legitimidad a una reunión, condenada por casi todas las naciones libres del mundo, por ser una afrenta a la conciencia y al género humano con el agravante incomprensible que ellos o sus familiares, sin duda, han sufrido la terrible pesadilla de la masacre y crueldad nazi. Rabino Salomón Benhamú, Gran Rabino. Buenos Haires, 19 de diciembre de 2006.”
EACh.