Abu Rudeina advirtió del peligro de que partes o la totalidad del inmueble se hundan debido a los graves destrozos causados por los bombardeos y las excavadoras.
Los efectivos militares israelíes han cavado una trinchera alrededor y han extendido alambre de espinos en su perímetro.
Además, las excavadoras destrozaron ayer la pasarela que unía las oficinas del presidente con su residencia, los dos únicos edificios que se mantienen en pie tras derribar unas veinte edificaciones del recinto.
El inmueble donde está Arafat ha recibido por lo menos tres disparos de obuses de los tanques israelíes y varios disparos de misiles lanzados desde helicópteros de combate Apache.
Los efectivos del Ejército israelí, que continúan alrededor del cuartel general del líder palestino, aseguraron que no se retirarán hasta que Arafat entregue 19 supuestos activistas de la resistencia palestina que, según Israel, se han refugiado en el edificio, entre ellos Taufik Tiraui, jefe de los servicios secretos en Cisjordania.
Soldados israelíes los instan constantemente por medio de altavoces para que se entreguen.
El ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben Eliezer, manifestó que Israel sólo está interesado en los 19 palestinos supuestamente buscados que permanecen junto a Arafat y que los otros 180 que se encuentran en el complejo pueden evacuar el edificio sin temor.
Según la radio pública israelí, el Ejército declaró que quiere que salgan todos los palestinos en los edificios alrededor a las oficinas de Arafat para que entonces puedan «concentrar sus esfuerzos» en el inmueble del presidente.
Tropas del Ejército israelí irrumpieron en la Mukata o edificio de la gobernación de Ramala, donde reside Arafat, el pasado jueves, horas después de un atentado suicida del que se responsabilizó el Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS) en Tel Aviv, en el que murieron seis personas y más de 50 resultaron heridas.
A pesar de que el Gobierno israelí, y en particular Ben Eliezer, ha reiterado que no tiene intención de agredir al presidente palestino ni de expulsarlo, si han afirmando que quieren aislarlo, y según las acciones militares israelíes demuestran, humillarlo.
El Secretario de Estado israelí, Gideon Saar, reiteró las declaraciones de Ben Eliezer y añadió que Israel tampoco tiene intención de que Arafat pase hambre.
Según el ministro de Finanzas palestino, Salam Fayed, empieza a faltar agua y comida dentro de las oficinas aún e pie.
Saar explicó que el objetivo no es Arafat sino los 19 activistas que se esconden desde hace meses en la Mukata y añadió que las autoridades israelíes hubieran llevado a cabo esta operación de todas formas tarde o temprano, informó la radio pública israelí.
Aún así aseguró que «a nadie le saltarán las lágrimas si Arafat decide abandonar los territorios palestinos por su propia voluntad».
La televisión israelí ha asegurado hoy que el objetivo último del asedio militar es que el presidente palestino pida el exilio voluntario tras reducirle a un espacio mínimo y hacerle la vida insostenible
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