Con un estricto esquema de seguridad, el acto contó con la presencia de la embajadora de Israel en Brasil, Tzipora Rimon; el presidente de la Confederación Israelí de Brasil, Jack Terpins; y el presidente de la Federación Israelí del estado de Sao Paulo, Jayme Blay.
Después del discurso del rabino Henry Sobel, líder de la comunidad judía brasileña, las presentes rezaron por los soldados israelíes muertos y por la paz en la región. Entre los oradores no faltaron ataques a la prensa por denunciar a Israel de atacar a civiles sin mencionar que esos civiles son supuestamente usados por el grupo armado libanés Hezbolá como escudos humanos.
Decenas de militantes contrarios a la política israelí se concentraron frente al club Hebraica con pancartas con leyendas contrarias al gobierno israelí y fotos de víctimas de los ataques de Israel contra el Líbano, sin que se registraran incidentes.
Horas antes, miles de personas de las comunidades libanesa y palestina en Brasil, convocados por el Comité de Solidaridad con los Pueblos Árabes, desfilaron en Sao Paulo por la paz en Líbano con gritos de «fuera Israel, estado asesino». Los manifestantes reclamaron un inmediato alto el fuego por parte de Israel, la retirada del embajador de Brasil en ese país y la postergación de la firma de un tratado entre el Mercosur e Israel.
Brasil hospeda la mayor colonia libanesa (entre nacionales y descendientes) del mundo, estimada en 7 millones de personas, más de los que habitan en Líbano, según datos de la Agencia de ONU para los Refugiados (ACNUR) en este país. Se calcula que 70.000 brasileños (la mayoría con doble nacionalidad) viven en Líbano, lo que llevó a las autoridades de Brasil a organizar un operativo de evacuación que ya ha sacado a más de 2.000 brasileños.
En Montreal, cerca de 7.000 personas participaron en una manifestación en favor de un alto al fuego entre Israel y Hezbolá en Líbano, según constató la AFP. Los manifestantes, que respondieron al llamado de los principales partidos políticos de oposición y de varios sindicatos, desfilaron gritando «paz ahora» e «Israel asesino».
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, también fue denunciado por los manifestantes que lo calificaron repetidas veces de «cómplice». Harper afirmó antes de iniciarse la crisis que las operaciones militares israelíes en Líbano eran una «respuesta moderada», declaración que le mereció numerosas críticas.
La comunidad libano-canadiense tiene cerca de 250.000 miembros.
Tiscali