Además, ofreció su receta para la paz: «Yo creo que la mejor solución es que existan dos Estados para dos pueblos. La seguridad sólo se logrará por medio de la paz, y la paz sólo se lograra con el fin de la ocupación».
Los abogados de la defensa señalaron que Barghouti niega cualquier conexión con las brigadas de los mártires de al-Aqsa, el ala extremista del movimiento Fatah, de Yasser Arafat, que ha sido responsabilizada de muchos de los ataques suicidas contra Israel.
Orador apasionado
Barghouti es el líder cisjordano del movimiento Fatah y de la milicia Tanzim.
El acusado dice no ser responsable de los ataques contra civiles israelíes.
Es uno de los cabecillas más visibles de la intifada y se hizo famoso por sus belicosos discursos ante las multitudes de palestinas durante los primeros días de la violenta resurrección que empezó en septiembre del 2000.
Barghouti insiste en que él no es más que un político.
El abogado Shkirat explicó que «él describe su papel como el de un líder político, un líder de la insurrección, pero no se considera responsable del asesinato de israelíes».
No obstante, Israel lo acusa de orquestar ataques terroristas. El ministerio de Justicia declaró a Barghouti «socio principal en las decisiones tomadas por las organizaciones que, durante los últimos dos años, llevaron a cabo ataques que cobraron la vida de decenas de ciudadanos israelíes e hirieron a cientos».
Acusaciones de tortura
Las autoridades israelíes aseguran que, durante el interrogatorio, Barghouti admitió haber participado en los atentados, algo que la defensa niega.
Shkirat, por su parte, acusa a Israel de interrogar a Barghouti sin descanso desde su arresto, permitiéndole dormir apenas dos horas cada noche, en una silla y con sus manos atadas