Por Tzvi Neuman y Mario Wainstein
Usted acaba de realizar una gira por algunos países de Sudamérica. ¿Qué impresión se llevó de lo que vio?
Visité Santiago de Chile, Montevideo y Buenos Aires. Fue una gira muy emotiva para mí, ante todo por la juventud allí presente.
Encontré en esas ciudades movimientos juveniles donde jóvenes y niños reciben educación sionista y asisten a colegios judíos, algo que es verdaderamente admirable. Esto sólo se registra en otro país en todo el mundo judío y me refiero a Bélgica, donde hay dos colegios comunitarios judíos donde sus egresados hablan hebreo. Es decir que ocurre lo mismo allí que en los países latinoamericanos en donde estuve.
¿Le sorprende que se hable hebreo en esa región?
Sí. En uno de los mayores templos judíos de Buenos Aires, la sinagoga Bet El directamente relacionada con el Seminario Rabínico, di una charla ante un público de más de 1.000 personas. La conferencia fue en hebreo y en varios de los chistes que conté comprobé que la gente se reía antes de recibir la traducción simultánea. Además, me conmovió sobre manera comprobar que en Sudamérica, la palabra sionismo no es un término desdeñable.
¿Por qué cree que se detuvo la aliá masiva de Argentina? ¿Se puede hablar de fracaso?
No sé si fracasamos. La aliá es un proceso en el que quien llega a ella debe hacerlo por propia elección. En numerosos casos la aliá es producto de presiones de las circunstancias como el antisemitismo o los problemas económicos.
Pero todas las corrientes inmigratorias hacia Israel llegaron bajo estas condiciones.
Así es. Pero lo que sucede en los últimos años es que nos estamos aproximando a la aliá voluntaria, por elección. Actualmente la mayoría de los olim no arriban a Israel por falta de alternativas sino que ellos analizan cuidadosamente las posibilidades que se les ofrece. En ese sentido, generalmente visitan Israel antes de concretar su aliá. El caso más demostrativo de esto son los judíos franceses, que como paso inicial hacia su futura aliá compran una propiedad en algún lugar de Israel, luego efectúan la radicación familiar, que es progresiva, y generalmente el jefe de familia continúa con sus ocupaciones laborales en ambos países. Obviamente que esto no puede darse con las enormes distancias que separan Latinoamérica de Israel. Por la misma razón, cuando se produce una aliá por apremios del momento, es muy posible que el «umbral de frustración´´ sea bajo para enfrentar las dificultades del idioma, la mentalidad de la población local y en ese sentido, rápidamente el olé baja los brazos.
Parece un enfoque simplista el suyo. En el caso del judaísmo argentino, la aliá por elección y determinación sionista siempre existió como producto de la educación sionista que usted resaltó. Frente a situaciones apremiantes, era natural que miles buscaran llegar a Israel pero al término de dos años esto se interrumpió de forma absoluta. En algún punto alguien se equivocó y no supo ofrecer respuestas a esa aliá.
Mírelo desde este punto de vista. El Estado de Israel en 57 años hizo lo que ningún otro país en el mundo contemporáneo logró hacer. Hoy, Israel es un país consolidado, fuerte y seguro en el que un judío puede vivir como tal. El, sus hijos y nietos. En ningún otro lugar en el mundo se puede vivir plenamente como judío, situación que se dará aquí también en los próximos 100 años. La aliá es una decisión eminentemente personal y nadie puede reclamar a nadie por qué no concreta su inmigración a Israel. Hay en el país numerosos olim latinoamericanos que triunfaron y esto lo digo como ex alcalde de Raanana. Allí, el segundo idioma es el castellano. Lo que es un «buen asado« lo aprendí de mis amigos argentinos en Raanana y no en mi reciente visita a Buenos Aires. Esto, por ejemplo, me permite sostener que no fracasamos en materia de aliá latinoamericana.
¿Entonces usted piensa que tuvimos éxito?
Pudimos ser más exitosos en el tema. No cabe duda que pudimos ser más eficientes. El Estado de Israel es un país joven aún en gestación, con innumerables desafíos y problemas y todavía no logramos poner a prueba algún acuerdo de paz con los palestinos. Encima ahora se da lo de un nuevo gobierno de los extremistas de Hamás. No pasa un día en que no enfrentamos un atentado o alguna otra dificultad existencial. Yo creo que no hay otro país que tiene tantos logros en condiciones tan problemáticas.
Volviendo a la aliá argentina, el problema del inmigrante de allí no es la seguridad. En Buenos Aires este ítem es muy difícil. Al asumir la presidencia de la Agencia Judía y la Organización Sionista Mundial usted dijo tener la percepción sobre el propósito sionista en el siglo XXI, con propuestas puntuales para cada realidad. ¿Cuál es la aproximación en cuanto a la realidad judío-latinoamericana?
En las horas de crisis del judaísmo argentino, en los últimos años, quien estuvo junto a ellos fue la Agencia Judía. Para preservar su raigambre sionista a través de la educación judía y la enseñanza del hebreo. Para ello dimos nuestro apoyo concreto a la red educacional judía en Latinoamérica y es por eso que mantenemos un dialogo operacional permanente con federaciones sionistas de otras partes del mundo que aportan ayuda para que podamos respaldar las instancias comunitarias judías en Argentina. Esto posibilita que quien toma la determinación de radicarse en Israel, lo haga en forma más clara y con mejor conocimiento de la realidad acerca de hacia adónde se encamina. Un judío, que en su juventud aprendió elementos de hebreo y judaísmo y visitó Israel a través de los programas juveniles como Masá o Taglit, tendrá un bagaje de vivencias que sin duda le facilitará sobre manera integrarse debidamente a la realidad israelí cuando decida hacer aliá.
Pero el argentino que llega a Israel sin hebreo tropieza con falta de información en su idioma. No hay indicaciones básicas sobre cómo abrir una cuenta bancaria. ¿La institución que usted preside puede hacer algo respecto a ello?
Hace unos meses, la Agencia Judía habilitó el Centro Global de Información Mundial y en Jerusalén tenemos un centro informativo que durante las 24 horas del día, en vivo y en directo, suministra información en español. Sus números telefónicos son: Argentina, 0800-444-9744; Brasil, 0800-891-8085; México, 1877-684-5552; España, 900-931-828; y Venezuela, 0800-100-113 – código 2079.
Desde estos países o desde cualquier otro punto del mapa, los interesados se pueden comunicar en cualquier momento del día y preguntar todo lo que desean o necesitan saber. Pero daré un paso más adelante. Les ofrezco a todos los lectores de Aurora mi correo electrónico personal: [email protected]. Yo reviso todos mis e-mails, y todo inmigrante u olé en potencia -en Israel o en el exterior- puede dirigir sus consultas, ya que yo seré su centro de información personal. Me comprometo formalmente a que cada consulta de este tipo reciba una respuesta inicial en el término de las 48 horas posteriores al contacto. Habrá casos en los que informaré que tal tema fue derivado a tal o cual persona -con nombre, dirección y teléfono- y si eventualmente ese funcionario no resuelve eficientemente la cuestión planteada el consultante podrá escribirme nuevamente y yo volveré a ocuparme de su cuestión hasta encontrar una feliz resolución. Este es un servicio personal que ofrezco a los lectores de Aurora.
Hay estrategias especiales para el judaísmo de Rusia, Etiopía y Estados Unidos.
¿Existe algo así para América Latina y en especial para Argentina?
Asignamos suma importancia a la aliá argentina porque se trata de una aliá sionista con comunidades de un entrañable nexo con Israel. Por esa razón invertimos enormes esfuerzos en el ámbito juvenil y destaco aquí dos programas educativos y vivenciales: la iniciativa Masá, a la que destinamos una gran cantidad de recursos para que todo joven judío pueda venir a un año de estudios en Israel. Se trata de un proyecto que por primera vez se realiza en forma mancomunada entre la Agencia Judía y el Gobierno de Israel, bajo la conducción de Ariel Sharón y con el apoyo decidido de su entonces ministro de Finanzas, y actual premier interino Ehud Olmert. Sin sus esfuerzos no lo hubiésemos concretado.
El otro programa es Taglit (Derecho Natal). La Agencia Judía es uno de sus principales patrocinadores en Latinoamérica. Estamos convencidos que nuestra principal inversión y esfuerzos deben ir a posibilitar que los jóvenes judíos latinoamericanos conozcan y se unan a la realidad israelí en forma directa y personal.
¿Cómo conectan a la colectividad latina israelí en el proceso de integración de los olim latinoamericanos?
Aquí puede apoyarme en mi rica experiencia de 17 años como alcalde municipal de Raanana. La Organización Latinoamericana en Israel (OLEI) es una de las más calidas y eficientes de esas instituciones. Lo que yo conocí en mi ciudad, hoy lo percibo en el resto de Israel. A los cinco minutos del arribo de una familia de inmigrantes al Centro de Absorción ya es asistida por una familia voluntaria latinoamericana que por lo general no los abandonará por muchos años y los ayudará en forma humana y efectiva.
¿Y los kibutzim? ¿No son los más apropiados para esta tarea de absorción de olim latinoamericanos?
Coincido con esa apreciación. El Movimiento Kibutziano tiene en su haber histórico un aporte extraordinario a la absorción masiva de nuevos inmigrantes. Lamentablemente en los últimos años, la mayoría de los kibutzim están sumidos en una de sus mayores crisis económica y social. Sin embargo, hay algunos kibutzim que continúan aportando al tema de la absorción de olim. Confió que el nuevo Gobierno israelí, entre sus cometidos tenga el asistir al Movimiento Kibutziano para superar esta dramática hora que está atravesando. Los kibutzim tienen muy bien ganado aquello que dice que ellos que levantaron el Estado en todos sus aspectos. Hoy el Estado los debe apuntalar de forma debida.
La prensa local informó que alrededor de 1.500 inmigrantes provenientes de Latinoamérica están desempleados. ¿Usted constató esa cifra? ¿La Agencia Judía hace algo frente a esta realidad?
Es un problema serio y no tiene importancia si el número mencionado es más o menos exacto. El que está sin trabajo es desempleado 100 por ciento. Tenemos un emprendimiento denominado «Juntos en el Hogar´´ y a través de él, la Agencia Judía moviliza a miles de familias israelíes veteranas y afianzadas en el país, que en forma voluntaria entablan una relación de amistad con familias de nuevos inmigrantes. El teléfono del programa es: 1-800-221-314. Todo olé que se comunique a ese número de inmediato recibirá una familia «adoptiva´´ o «acompañante´´ de características y edades similares, que los asistirán y apoyarán hasta su exitosa integración.
Durante décadas, los educadores judíos de Argentina mantenían un nexo vivo de estudios y formación académica en Israel. ¿Qué sucede hoy en día con este tema?
Es algo muy importante. En los últimos años, por una marcada disminución de recursos se redujo la cantidad de planes de formación docente en Israel. Inmediatamente con la asunción del nuevo Gobierno israelí, me propongo llegar al jefe de Gobierno y plantearle claramente esto. Así como existe una deuda histórica con el Movimiento Kibutziano, el Gobierno de Israel debe asistir a las comunidades judías de la diáspora. Ese judaísmo, que con su valiosa filantropía apuntaló y permitió el desarrollo del Estado de Israel, tiene que asociarse plenamente a un vasto programa universitario en Israel para la formación y desarrollo de docentes altamente capacitados para los colegios de las comunidades judías fuera de Israel.
Aurora- Foto: Andrés Lacko