Las ventas de la réplica de cascos nazis naranjas a los seguidores holandés de fútbol que van a ir a la Copa del Mundo se han triplicado desde que se prohibió su uso en los estadios holandeses este mes, dijo el viernes el fabricantes de los cascos.
El órgano de gobierno del fútbol holandés, el KNVB, prohibió los cascos ante el partido amistoso entre Holanda y Ecuador que se jugó en Ámsterdam a principios de mes, alegando que eran ofensivos.
El veto se extiende a todos los partidos que juegue en casa la selección nacional ya que el KNVB no tiene competencias para prohibirlos en Alemania.
«Ahora estamos vendiendo tres veces más que hace días», dijo el fabricante de estos cascos Florian van Laar. «Estamos pensando enviar a la KNVB un casco de oro en señal de gratitud», añadió.
Su empresa vende alrededor de 5.000 a 7.000 cascos anaranjados a la semana y ha añadido a la producción cascos con los colores nacionales de Australia, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia.
«Esto es sólo una broma», dijo Van Laar.
Pero la KNVB no ve la diversión por ningún lado.
«No vemos qué diversión hay en llevar estos cascos y creo que son de mal gusto», dijo el portavoz de la KNVB, Frank Huizinga. «En Holanda son posibles muchas cosas, pero no aceptaremos todo».
Alemania ha lanzado una campaña de cara al Mundial de fútbol que acoge este año, y en ella se postula como una vibrante nación de compositores, poetas, filósofos e inventores.
Sin embargo, se enfrenta al problema de una minoría rebelde de aficionados extranjeros que están obsesionados con las imágenes de la era nazi.