La orden de cierre fue llevada a cabo por centenares de policías apoyados por soldados y guardias de fronteras que irrumpieron a primera hora de la mañana en las oficinas de la Universidad Al Quods, en el centro de Jerusalén Este. La policía mantuvo bajo arresto a los funcionarios y empleados que se encontraban en las oficinas para confiscarles los documentos de identidad que les permiten trabajar en Jerusalén. Antes de abandonar las oficinas, la policía se incautó de todo el material informático, archivos y documentos académicos. Luego cambiaron las cerraduras y colocaron en las puertas una nota que informaba a los estudiantes del cierre indefinido.
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