En el año del 89 aniversario de la desaparición física del Rav Abraham Itzjak Hacohen, nos vemos en la obligación educativa de resaltar su grandiosa personalidad y delicado espíritu que iluminan hasta hoy día el camino del sionismo-religioso.
Los prólogos están demás y sólo posponen la maravillosa sensación de sumergirnos en el mundo el Rav, a través de su biografía, sus obras y su mensaje revelador.
Por ello, citamos como introducción a su filosofía y personalidad, uno de los tantos geniales pensamientos con los que sigue guiando a las generaciones de nuestro pueblo:
«Los hombres justos no se quejan de la iniquidad, sino que incrementan la Justicia
No se quejan de la herejía, sino que acrecientan la fe.
No se quejan de la Ignorancia, sino que aumentan la sabiduría.» (Arpelei Tohar)
RAV KUK: FILOSOFO JUDÍO MODERNO
por Zvi Yaron
Abraham Isaac, el primer Gran Rabino Ashkenazí de Ereiz Israel, fue una de las figuras religiosas más distinguidas en la vida judía del siglo XX.
Pensador, poeta y místico, a más de catedrático ilustre, alcanzó renombre tanto por el brillo de su personalidad como por su devoción a la causa del renacimiento sionista.
Uno de los rasgos mas remarcables de la vida cultural de la Israel de hoy, lo ofrece el renovado interés en el pensamiento del Rabino Kuk, cincuenta años después de su deceso, acaecido en 1935. De un modo significativo, ese interés es compartido por todas las corrientes de opinión del pueblo israeli’. Sus escritos son hoy tema de estudio tanto en ieshivot como en universidades de Israel.
Zvi Yaron es el autor de Mishnató shel Ha-rav Kuk (La filosofía del Rabino Kuk), libro aparecido en Jerusalem en 1974, que constituye un amplio y sistemático estudio del pensamiento del preclaro religioso.
Los religiosos fueron desconcertados por ese prodigio de un Rosh Yeshivá que evolucionó como radical independiente y pensador iconoclasta. Los no religiosos. por su parte, no acertaban con la actitud a adoptar frente a ese rabino ortodoxo que encontraba un sentido religioso, redentor y mesiánico en el sionismo laico de los primeros jalutzim (pioneros). El Rabino Kuk rechazaba vivamente la idea de que los judíos religiosos debían apartarse de los no religiosos: Esa es una idea idólatra», decía.
Quien fue el rabino Abraham Isaac Hacohen Kuk? Su vida desconcertó tanto a sus partidarios como a sus oponentes. Su famosa tolerancia dio origen a la legendaria imagen de un místico cordial y pacifico para quien la vida no contiene el mal. Pero constantemente defendió causas impopulares y resistió firmemente las presiones para que adecause sus opiniones a las corrientes en boga. La imagen de amor y tolerancia del rabino Kuk tuvo como contrapartida su valiente pertinacia.
Pero del mismo modo se oponía a esa compasión blanda y sentimental según la cual todos son buenos Jamás se constrinó a los estrechos horizontes de las tradiciones limitatorias y por consiguiente sus choques con los rabinos fueron frecuentes. Pero simultáneamente sostuvo un recio debate con los educadores antirreligiosos que por entonces se mostraban activos en las nuevas poblaciones de Eretz Israel.
BIOGRAFIA
De 5625 a 5664: (1865 a 1904)
El Reai»á nació el 16 de Elul del año 5625 (1865), en una pequena aldea de Griwa, Latvia, cerca de Dwinsk, en la región báltica de Rusia. Hijo de Rabi Salomo Zalmen y Perah-Zlate.
El ijús (ascendencia) de su familia se remontaba a varias generaciones de confluencia de diferentes corrientes, caracterizada por gueonut (erudición), jasidut, amor a Tzión y amor a Israel (al prójimo).
Su primera educación la recibió en el ‘jeder», junto a su padre, quien era un talmid jajam y un ieré shamain (un sabio y piadoso judío), que siempre se esforzó por internalizar en su pequeno hijo el amor a la Torá y a Eretz Israel.
Al cumplir los trece años, abandonó Griwa y siguió sus estudios junto a los más grandes maestros, en diversas ciudades, llegando finalmente a Wolozin, donde al corto tiempo descollaba como «Ilui» (Joven genio)
Además de los estudios corrientes, se dedicó también a la Filosofia y a la Cabalá y, ya a temprana edad comenzó a escribir jidushei Torá en la halajá, pensamientos filosóficos y poemas.
En la judeidad rusa, que se debatía por las diversas limitaciones civiles y económicas decretadas por el zar, comenzaba a vibrar la discusión interna sobre dos grandes grupos:
a) el grupo fiel a la Torá y las Mizvot, y
b) el movimiento de las Haskalá berlinesa (Iluminismo). Pero a la vez dentro del movimiento fiel a la Torá, no quedaban olvidadas las grandes diferencias entre los alumnos del Gaón de Vilna y los alumnos del Bahal shem Tov -los mitnagdim y los jasidim-Una nueva – antigua corriente se esparció entonces,entre las ieshivot de Lita (Lituania) – la corriente del Musar (Etica), bajo la inspiración de Rabi Israel Salanter y sus alumnos.
Exteriormente, los ataques a los judíos de Ucrania se intensificaron a partir de la década del 40 del siglo pasado…
Un nuevo interrogante: Hacia dónde?…
Y la respuesta: El resurgimiento nacional, el movimiento «Jibat Tzión» (Amor a Tzión), la aliá de los biluim, el comienzo de los asentamientos agrícolas en Eretz Israel.
Pero hasta llegar allí… dónde se forjaría el espíritu del Pueblo???… Ieshivat Wolozin, allí donde se modelaría el espíritu del joven estudiante, el «Ilui de Griwa», penetró la inquietud por los problemas de la época y su posible solución.
Su personalidad se forjaría bajo la influencia de sus Grandes Maestros:
El Gaón Rabi Reubén Halevi Rav de Dwinsk, el Rav Eliezer Dan Ieji de Lotzin, el Rav Jaim Abraham Shapira de Smorgon y, entre los Pilares de la leshivá de Wolozin, el Rosh leshivá: «Hanetzi’v, el Gaón Rabi Naftali Tzvi lehuda Berlin y su yerno el Gaón «Aderet»
Rabi Eliahu David Rabinovich Teomim, Rav de Ponievich, Mir y Ierushalaim.
Todavía era alumno de la ieshivá y ya incursionaba en la escritura con importantes trabajos, siendo el más célebre en aquellos días, una recopilación de escritos y articulos sobre Torá y temas concernientes a todo el pueblo, en dos tomos, bajo el nombre de «Itur Sofrim».
De 5648 a 5664: (1898 a 1904)
Poco tiempo después de su casamiento – a los 23 años de edad – fue encomendado por intermedio del «Aderet» y del «Jafetz Jaim» z»l., que lo conocían y apreciaban, para cumplir con la misión de ser guía espiritual en las pequenas kehilot.
Primero en Zeimal – Lita – (5648-5654) y luego en Boisk – Latvia – (5655-5664), lugar donde heredó el cargo de uno de los más grandes Pensadores y Dirigentes del Movimiento «Jibat Tzión» (Amor a Tzión), el Gaón Rabi Mordejai Eliasberg z»I.
El Rav Kuk dirigía a sus feligreses con altura, firmeza e inteligencia. En esos años publicó el «Rav» sus primeras creaciones: «Jabush Peer» – sobre la mitzvá de Tefilin y, su importante escrito «Teudat Israel Ulemiutó» -La esencia de Israel y su nacionalidad-, en el que sienta las firmes bases del Sionismo Religioso y, asimismo sus escritos dedicados a la Filosofia: «Etzot Mirajók» y «Alikim Baneguev».
En el año 5655 escribió un articulo en el que esbozó un programa para publicar revistas bajo el titulo de ‘Shalom Laam».
El Rav se dedicaba al estudio de la Torá día y noche, envuelto en su talit y con los tefilin durante el día.
También profundizó en el Zohar, en libros de Cabalá, en los escritos de la Edad Media y en los libros de Mahara»l de Praga.
Además era una persona siempre atenta a todos los temas y acontecimientos que preocupaban a su generación» No hubo libro o articulo importante que no hubiera leído.
El nombre del Rav Kuk crecía progresivamente en el Mundo Judío y se proyectaba como un Tzadik y Gaón (Justo y erudito) en la Torá, y como un hombre que poseía cualidades especiales y particulares como dirigente espiritual y religioso.
Nuevamente estalló la tormenta en la Tierra en la cual vivía la mayor parte del Am Israel, el Imperio Ruso. Fue la guerra Rusia-Japón (5664), la primera revolución rusa y el cúmulo de vandalismo que trajo aparejada y, al mismo tiempo, un resquebrajamiento social y el surtimiento de ideas y movimientos socialistas y nacionales en el seno de la joven generación judía; la renovación de la alía, llamada «La segunda alía».
Al comienzo de este época tormentosa, surgió un nuevo rumbo en la vida del «Rav», un sendero de suma importancia.
La Kehilá de lafo se dirigió a él invitándolo a dirigirla como Rabino. El «Rav» siempre aspiraba a concretar su alía y participar activamente en la Reconstrucción y colonización de Eretz y, al ver en esta propuesta la gran oportunidad para desplegar una amplia labor espiritual en la nueva vida que allí surgía, accedió con alegría, a pesar que esta comunidad era pequena y falta de recursos económicos.
Llegó a lafo el 28 de lar, 5664 (1904) y dirigió su primer discurso en hebreo.
Los rabanim de Ierushalaim lo reconocieron como Rabino de lafo y sus alrededores y le manifestaron su confianza, en él y en su labor.
Nuevos bríos surgieron en él, para poder convertirse en dirigente espiritual de los colonos de los nuevos asentamientos y, comenzó con su deseo de acercar y unir los corazones de los nuevos colonos con el «ishuv haiashán» – el viejo ishuv de Eretz Israel-.
Intentó por todos los medios que tenía a su alcance, de acercar a la joven generación -los obreros, agricultores y escritores- a D’s. El se paseaba sin distinción entre los más grandes Rabaním de Ierushalaim y los moshabím y nuevos kibutzím, para poder estar en contacto directo con los obreros y agricultores y, poder influir sobre ellos.
Visitaba a menudo los nuevos asentamientos y seguía de cerca los problemas espirituales y materiales que poseían.
Publicó artículos de filosofía judía donde dejaba en claro su posición y esclarecía a los jóvenes, atraídos por las corrientes filosóficas modernas.
De este modo comienza un nuevo período de su vida comprendido entre los años
De 5665 a 5674 (1905 a 1914)
El «Rav sostenía que «de lo profano surgirá lo santo y, asimismo de la libertad (y el libertinaje) surgirá el yugo amado; eslabones de oro se unirán y se levarán también del canto de los laicos y, el arrepentimiento (la Teshuvá) resplandeciente saldrá de la literatura superflua. Esta será la grandiosidad de la Redención:
se abrirá el pimpollo, crecerá la flor, madurará el fruto y sabrá el Mundo Entero que el Espíritu Celestial acompana a la Congregación de Israel, en todos los movimientos que lleva a cabo y el final de todo será la Teshuvá que trae salud y Redención al Mundo Todo». (Orot Ha Teshuvá 15,11).
El «Rav» creía enormemente, con toda la fuerza de su corazón y de su alma que «todos los constructores de la nación judía llegarán al seno de la Verdad… y, entonces, con una voz altiva y llena de valentía dirán a su Pueblo y a si mismos: Regresemos a D’s.»
Y aquella será una teshuva shel emet -un verdadero arrepentimiento y será la fuente de la valentía, dará fuerza y coraje tanto material como espiritual, tan necesarios para la reconstrucción de la nación, en su despertar hacía la vida. Los ojos se abrirán, el alma resplandecerá, Su Luz brillará y un pueblo surgirá, grande y… fuerte, un pueblo iluminado por la Luz Celestial y enriquecido por la grandeza de su nacionalidad» …(Derej Hatjiá)
En aquellos años publicó un pequeno libro de gran contenido filosófico «Ikvei Hatzón», en el que trasunta el dolor de su generación.
También se dedicó a elevar la literatura religiosa, para lo cual publica distintos boletines «Hanír»; «Hatarbut Haisraelí», etc.
Publica un libro denominado ‘Shabat Haaretz», en el cual trata la problemática de los años de Shemitá y lobel (Barbecho y Jubileo), tan actuales en su momento y en nuestros días.
En su libro «Etz Hadar» destaca la importancia de la Mitzvá del etrog y advierte sobre la inutilidad, para el correcto cumplimiento de la misma, de etroguim nacidos de injertos con limón.
Publica asimismo diversos artículos de suma importancia como «Kirvat Elokim» y ‘Talelei Orot», que tratan sobre las mítzvot de la Torá en general y
como deben ser entendidas y encaradas.
«Mijtav Bedivreí Jinuj» trata sobre algunos aspectos de la educación. También aparecen en esta época escritos dedicados a «nuestros jóvenes hermanos asentados sobre esta Tierra Santa», o bien «a los estudiosos de la Torá asentados en esta Tierra Santa», como así también el libro «Eder Haiakar», dedicado a la memoria de su suegro el Rav Eliahu David Aderet z»l.
De 5674 a 5679: (1914 a 1919)
En el verano del año 5674 (1914), el Rav partió a Europa, para participar en el Congreso Mundial de Agudat Israel.
En esos días, estalló la Primera Guerra Mundial y, a pesar de ser suspendido el Congreso, no pudo regresar a Israel. Se refugió en Suiza, donde permaneció hasta el año 5676, en el que fue nombrado Rabino de la Comunidad «Majazikei HaDat» de Londres.
Aceptó el cargo con la condición que en caso de poder regresar a Israel quedaría libre del mismo. En esa época se acrecentó y centró la actividad sionista en Inglaterra.
La Primera Guerra Mundial, convertida en un gran mar de sangre, alcanzó a las comunidades judías y causó la muerte de miles de iehudim, éxodos, de familias enteras y decretos antijudios, convirtiéndose en el desmembramiento de aquel gran centro judío existente en Rusia.
Asimismo y, paradójicamente, estos sucesos trajeron aparejados el consentimiento del concierto de las naciones para la formación de un Hogar Nacional Judío en Eretz Israel.
En las ciudades de su exilio, el Rav instó a los judíos a apoyar a sus hermanos residentes en E. Israel y a que se dediquen al estudio de la Torá. Tuvo activa participación para lograr la declaración de Balfour y, en especial, cuando tuvo que reaccionar frente a los judíos asimilados de Inglaterra, quienes hostigaban tal idea y la concreción del Hogar Nacional Judío, abanderados bajo el estandarte de la «religión judía».
Dijo en un BeitKneset: «Exigimos la restitución total de lo que nos fue robado. Esta falta pecaminosa debe ser reparada totalmente, nuestra Tierra Santa, tan querida y tan amada, llena de maravillas y esplendor debe ser restituida a nosotros totalmente». En una fiesta organizada para festejar la declaración de Balfour expresó: «No vine a agradecer al pueblo ingles por la declaración que ha hecho. Vine, si, a bendecirlo con la brajá de MazalTov, en honor al hecho de que Inglaterra tuvo el mérito (zejut) que de ella saliera tal declaración para el Pueblo de Israel».
Estos años fueron quizás, sus años más febriles, los más creativos. Edita su pequeno libro «Rosh-Milim», al cual le dio gran trascendencia. (Trata sobre el sentido de las letras, los puntos y demás símbolos de la escritura hebrea). Continuamente escribía sobre temas de elevado nivel. En Suiza se conoce y pone en contacto con el Reai»á, un joven que descollaba por su inteligencia y conocimientos de la Torá, pero buscaba para si un Maestro, el Rav David Cohen z»l., conocido como el «Nazir de Ierushalaim».
LA PRIMERA GUERRA Y LA RECONSTRUCCION DE ISRAEL
El Rav sintió con fuerza el ritmo de aquellos días, «Días en que el Mundo se estremecía», los peligros y las posibilidades existentes.
«Cuando hay una gran guerra en el mundo, se despierta la fuerza del Mashiaj. Llegó la época del cántico, de la alegría; los malvados son arrasados del mundo y este se perfuma y la voz de la Redención se escucha sobre nuestra tierra. Con la finalización de la guerra, renace el mundo con un nuevo espíritu y los pasos del Mashiaj se revelan; cuanto mayor es la fuerza, mayores son aún las ansias de la esperanza mesiánica. Esta guerra mundial trae consigo grandes esperanzas, más aún, con la renovación del ishuv en E. Israel…»
El Rav reconoció el lazo existente entre el momento histórico del mundo, relacionado con el momento histórico del Pueblo de Israel, Vio en esta guerra, el quebrantamiento de la cultura europea, que debería traer tras de si, el perfeccionamiento de la humanidad y la reconstrucción del Pueblo Judío.
Deguel Ierushalaim
En esta época se constituyó esta organización que tenia como objetivos:
que el movimiento de Redención y renacimiento del pueblo esté basado sobre
las fuentes santas y divinas representados por la Santa Torá;
atraer a todo el pueblo para que participe en la santa labor de la reconstrucción de nuestra tierra, a través del medio más puro y más arraigado en el seno del pueblo;
proponían la fundación de kibutzim y el asentamiento en los distintos lugares de E. Israel, fundando asimismo aldeas, ciudades, creando fábricas y fuentes de trabajo.
Pero básicamente se dedicaron al aspecto espiritual, y, su nombre se debe precisamente a que representa, Ierushalaim, el lugar del Santuario Judío, el lugar del Gran Templo en el que orarán: desde allí todos los pueblos del mundo a D’s., en ella se asentó el Sannedrin y de ella salió la Torá para todo el pueblo de Israel.
De 5679 a 5695 (1919 a 1935)
En el mes de Elul del año 5679 regresa a Israel y los Rabanim de Ierushalaim lo designan como el Gran Rabino de la Ciudad Santa.
En el mes de Av del año 5681 se funda la Rabanut Harashit de Eretz Israel (el Superior Rabinato), y el Rav Kuk es elegido como el Gran Rabino Ashkenazi de Israel, siendo acompanado por el Rabino Iaacov Meir, elegido Rishón Letzión y Gran Rabino Sefaradí.
La última época en la vida del Rav es la de Ierushalaim, desde el ano 5679 hasta su fallecimiento, el 3 de Elul de 5695. Fueron sus últimos 16 años.
El Rav, ungido como Rav Harashí de los judíos de Israel, se convirtió en el Rabino de los judíos de la Diáspora.
Esta época, intermedia entre las dos grandes guerras, «estuvo llena de acontecimientos de suma envergadura en él mundo y en Israel. Por un lado, el nacimiento y el despertar nacional en el judaísmo y en Israel, como consecuencia de la declaración de Balfour. Ello provocó una elevada Aliá y la construcción de nuevos ishuvim y, fortaleció asimismo, la autonomía de la vida judía en Eretz Israel, como así también en numerosos países de Europa. Se incrementó la actividad en los movimientos religiosos. Se colocó la piedra fundamental de la «!Ieshivá Mercazit Olamit Birushalaim» (la leshivá central mundial en Ierushalaim). Grandes ieshivot de la diáspora pasaron a Israel. se funda un movimiento obrero religioso sionista. Numerosos judíos observantes participan en forma activa en la reconstrucción del país, tanto en el campo como en la ciudad (Bnei-Brak, Kfar Jasidim, etc.)
Por otro lado, el comunismo comenzó a expandirse, oprimiendo al ishuv judío de Rusia.
La amenaza hitleriana era cada vez más evidente, el mandato británico se transforma en un gobierno que establece limitaciones a los derechos judíos en Tierra Santa; el movimiento nacionalista árabe se desarrolla… Revueltas disturbios y hechos sangrientos envuelven y alteran la vida en Eretz Israel.
En el año 5684 realizó una gira por Estados Unidos de Norteamérica para recaudar fondos en beneficio de diversas instituciones donde se estudiaba Torá, la cual aprovechó también para disertar sobre los más diversos temas de halajá y filosofía.
Un año después expresó sus puntos de vista sobre como debían encararse los estudios, en la fiesta de Inauguración de la Universidad Hebrea de lerushalaim.
En Yiar del año 5687, realizó su segunda gira por los diversos asentamientos y poblados judíos de Shomron, Emek-Izreel y el Galil. A su regreso, declaró en una reunión de prensa hecha en su casa: ‘Desde nuestra ultima visita al Galil, antes de la guerra, sostuve que las deficiencias que hay todavía en aquellos poblados, incluidos los religiosos, deben ser juzgadas como pasajeras. Con la influencia de los más grandes eruditos de la Torá, hecha con amor y hermandad y, con una expresión de reconocimiento por los grandes actos que realizan nuestros jalutzim por la reconstrucción de la tierra y, en la valoración real que merece el movimiento de la reconstrucción de la nación judía en su tierra, cabe la esperanza que todo se solucionará y las sombras se desvanecerán y todos los poblados y nuevos asentamientos se establecerán finalmente, de acuerdo al espíritu y la santidad de Israel, la Torá y sus mitzvot».
En el verano de 5689 estallaron sangrientos conflictos cuando los árabes trataron de vedar el acceso de los judíos al Kotel Hamaaravi. En aquella época los dirigentes de la Comunidad judía local se encontraban en el exterior participando del 16 Congreso Sionista en la ciudad de Zunch, siendo el Rav, el único que permaneció en Israel.
Este se opuso enérgicamente ante las tentativas del gobierno británico y de los dirigentes árabes de negarle al pueblo judío sus derechos.
En el 5690, Gran Bretana publicó el «Libro Blanco», por el cual se prohibía el asentamiento judío en Israel.
El Rav les respondió con una proclama en los diarios, expresando que ese libro blanco era una calumnia y una traición del gobierno británico, quien había expresado anteriormente su apoyo para la creación de un Hogar «Nacional Judío en Israel.
«Saben todos los hombres del mundo que no fue un país quien nos dio el privilegio de vivir en esta Tierra Santa, sino que fue el D’s de Israel, amo y Senor de toda la tierra, que Su palabra es eterna, El fue quien nos «entregó esta santa tierra como herencia eterna, para ser en ella la luz de los Pueblos y traer la Redención al Mundo».
Al comienzo de los años 20, cuando asomaban a Israel las noticias sobre la difícil situación de los judíos !rusos, organizó una agrupación para proveerles ayuda y para conseguir visas, de modo tal que pudieran hacer alía.
Al comenzar las persecuciones en la Alemania Nazi, hacia el año 5693 , (1933) instó a formar una institución que proveyera ayuda a los judíos perseguidos y lograr posteriormente su alía, para salvarlos y promover la reconstrucción de Israel.
Recaen sobre nosotros grandes obligaciones. La vida fácil y placentera es un gran obstáculo para cumplir con las mismas. La holgazanería y la superficialidad nos acostumbran a cumplir con las obligaciones sólo cuando el pobre se nos acerca y golpea nuestra puerta».
Junto a su amplia actividad publica, sobresalió el Rav, en todas las épocas de su vida, por una fértil y fructífera labor intelectual.
Parte de sus escritos fueron publicados en vida, otros aparecieron tras su muerte y hasta hoy, no han sido publicados en su totalidad.
Aunque amado, muchas veces fue mal interpretado. Durante su vida, sus escritos no hicieron gran impacto en los intelectuales. Resulta por lo tanto significativo el hecho de que cuarenta anos después de su muerte, el Rabino Kuk sea redescubierto como pensador.
Tanto en las ieshivot como en las universidades se dictan cursos sobre su filosofía, siendo cada vez más numerosos – los ensayos y trabajos de investigación sobre su pensamiento.
Existe algo vital, candente, en lo que el Rabino Kuk manifestara sobre las dudas y las preocupaciones del judío del siglo XX. Sus obras se distinguieron no sólo por su tono de respeto hacia a sus adversarios, sino también por su convicción que los argumentos de las partes debían ser intelectualmente persuasivos.
Mientras que otros rabinos se cuidaron de guardar distancia de las conmociones espirituales de su tiempo y prefirieron ignorar los embates de la cultura secular contra la tradición, el Rabino Kuk tuvo perfecta conciencia de tal reto y se mostró siempre atento a sus implicaciones. El tenía fe en que todo lo que expresaba la esencia de la vida humana – era potencialmente sacro. Todos los avances logrados por el hombre en el ámbito de la ciencia eran para él parte integrante del desarrollo intelectual de la humanidad. Y si esos avances parecían minar la religión, ninguna razón había para dudar de su valor intrínseco. Lo malo, argumentaba Kuk, no estaba en el avance de las ciencias sino en el hecho que el pensamiento religiosos no se mantenía ‘intelectualmente a la misma altura.
En la edad moderna, numerosos judíos comenzaron a excluir a la religión de la nacionalidad judía. A parecer del Rabino Kuk, esa era la paradójica tragedia de nuestra generación. Resultaba trágico que el sionismo se difundiese en una época de crisis para todas las religiones, incluyendo la judía. Pero el rabino Kuk tenia le en que el significado profundo y final el sionismo estaba en el renacimiento de la vida nacional creadora en Eretz Israel. El retorno al país capacitaría al pueblo judío a abrazar y a desarrollar una vida religiosa plena e integrada. Aunque el pueblo judío había tenido éxito en la tarea de preservar su devoción religiosa y su estilo de vida en las condiciones de la diáspora, la religión terminaba por desvirtuarse en el exilio. Sólo el sionismo era capaz de lograr que la nación judía y el judaísmo retornasen a una vida independiente y floreciente, redimiéndolos de las restricciones sofocantes del galut. En opinión de Kuk, el retorno a la patria representaba un renacimiento nacional que habría de desembocar en un renacimiento religioso y en la atjalta di’ gueula, es decir, el comienzo del proceso histórico que conduciría finalmente a la redención mesiánica.
En la vida renovada de la nación judía en Eretz Israel, en el cultivo de los páramos y en la reconstrucción de sus aldeas y ciudades, Kuk vio los albores de una nueva era que anunciaría la redención mesiánica, porque el renacimiento físico era para él un componente esencial del estípula. Sionismo significaba por lo tanto no sólo la restitución del pueblo judío a su patria ancestral, sino también el trabajo por la redención que finalmente salvaría tanto al pueblo de Israel como a la humanidad entera. Esa esperanza mesiánica se expresa en la visión de Zacarías (14,9): » Dios será rey sobre toda la tierra. En aquel día, Dios será uno y uno su nombre».
El pueblo de Israel ha sido llamado a actuar como un «reino de sacerdotes» (Exodo, 19,6), expresión que Kuk interpretó en el sentido de «servir con suprema devoción», la meta divina de la perfección humana. Pero al referirse al sentido de la nacionalidad judía, la visión expresada por el Rabino Kuk fue la siguiente «La humanidad debe unirse como una familia, «‘ entonces toda disensión y toda animadversión nacida de la división de los pueblos, desaparecerá»
Pero seria desastroso sustituir la ansiada visión por la realidad presente. «El hombre no puede volar al paraíso con la mera manifestación de fe». Es preciso realizar una profunda labor educativa, antes que los hombres sean dignos de su futuro universal. Y esa tarea debe ser cumplida por las unidades nacionales, que son las que deben aspirar al objetivo final. La idea de la redención nacional, entonces, es parte del esquema divino de la historia. Porque el proceso redentor de la gueulá allanará el camino a la maljut?! shamaim, el reinado de Dios sobre la tierra.
El Rabino Kuk Sostuvo la calidad religiosa de la nación judía como algo «inmanente», como un hecho incorporado a ella. Expresando ese pensamiento en términos místicos, escribió que «La naturaleza del alma de la congregación» de Israel es su divinidad». Esa divinidad le fue impuesta a la nación judía por Dios. Pero ella requiere además la elección voluntaria de la nación judía, que debe aceptar y llevar a la práctica lo que es inmanente a la nación.
La nacionalidad judía difiere, según el Rabino Kuk, de las demás naciones, en que su fuente y sus motivaciones no son sociales, económicas, geográficas o historicas, sino divinas. Del mismo modo, el nexo judío con Eretz Israel no puede ser comparado con la conexión natural que toda nación tiene con su país por el hecho de vivir en él muchos anos. El vinculo entre Am Israel (el pueblo de Israel) y Eretz Israel no es resultado de causas históricas. Por el contrario, ese estrecho nexo entre el pueblo y el país ha sido creado por el plan divino. En opinión del Rabino Kuk, Eretz lsrael es un elemento intrínseco del carácter religioso de la nacionalidad judía. «Eretz Israel no es algo aparte del alma del pueblo de Israel. No es una mera posesión nacional que sirve como medio para unificar a nuestro pueblo y apuntalar su supervivencia material o espiritual Eretz Israel es parte de la esencia misma de nuestra condición de nación».
La naturaleza religiosa de la nacionalidad judía es tanto un desiderátum como un hecho establecido. En vista que existen tantos judíos no religiosos, se trata, evidentemente, de un desiderátum, pero se trata también de un hecho incorporado a su larga y variada historia. El Rabino Kuk indicaba a tal respecto cuán severa es la critica de la Biblia al pueblo de Israel. Citando al Deuteronomio (9,4-7) adujo que el Pueblo de Israel no fue «electo» por su virtud y su rectitud. La «elección» le fue impuesta por voluntad divina a un pueblo pertinaz y recalcitrante, no como una recompensa sino como una exigencia; por consiguiente, esa «elección» se mantiene inalterada a pesar de la rebelión del pueblo judío y de las aberraciones de que se hizo culpable, y el pueblo judío sigue obligado a aceptar el reto divino.
Ese enfoque de la nacionalidad judía implica también la «unicidad» de la nación judía por encima de sus concentraban exclusivamente en la conducta religiosa, vale decir, en el hacer o en el no hacer. Ese tipo de religiosidad era denunciado por él, en idish, como proste frumkalt, piedad burda.
El mayor de los defectos de la piedad -para Kuk-estaba en reemplazar el temor al pecar por el temor al pensar. «Cuando el hombre empieza a tener miedo de pensar, se sumerge profundamente en el pantano de la ignorancia!» que aparta la luz de su alma, mina su poder Y oscurece su espíritu
Los ideales sociales que cautivaron a los jóvenes rebeldes al iniciarse el siglo, se les aparecieron a estos como opuestos a la fe tradicional en Dios y en la revelación. En el mejor de los casos, la religión parecía indiferente a los problemas sociales; en el peor de ellos, se oponía activamente a la reforma social. Por ese entonces, numerosos jóvenes del este de Europa se unían a los movimientos sociales revolucionarios, cortando todo vinculo con el judaísmo.
Aunque deplorando su rebelión contra la fe judía, el Rabino Kuk senalaba que esos jóvenes dejaban el judaísmo porque sentían apasionadamente la necesidad de mejorar las condiciones de los hombres y -errada pero sinceramente- creían que la religión no involucraba ningún mensaje social. El sostenía que el hecho que el hombre ya no tuviera que medirse con el antiguo tipo del paganismo bárbaro y amoral significaba un gran progreso en la historia del hombre. La herejía contemporánea iba asociada, en cambio, con la lucha por el derecho y la justicia. El error de los nuevos herejes estaba en no comprender que era por medio de la religión que el hombre construiría una sociedad mejor.
Pero, con todo, su irreligión social comportaba un enorme avance sobre las herejías del pasado.
Kuk estaba firmemente convencido que esa irreligión no era sino un fenómeno
pasajero en la historia.
«La fe en Dios es el elemento más natural de la vida humanas, escribió, porque la fe religiosa es tan inseparable del hombre como sus necesidades físicas». La religión puede ser Suprimida por algún tiempo pero, tarde o temprano, las gentes volverán a anhelar a Dios. «No lamentamos » cierta medida de justicia social se logre sin la menor referencia a la vida religiosa porque – sabemos que el ansia de la justicia, en si, de cualquier manera, es la mas clara de las expresiones divinas». Inclusive cuando los !»reformadores sociales insisten en sus motivaciones utilitarias y materialistas, podemos adoptar una actitud ecuánime hacia sus manifestaciones. Ellos creen que «pueden construir la caparazón de la vida sin construir la vida misma», pero de todos modos, la chispa divina que late en su pasión – social seguirá viva y terminará por encender todos los esfuerzos humanos con un entusiasmo fervientemente religioso.
Eso, claro está, no lo eximió de criticar a la religión que se mantenía apartada de las cuestiones sociales. Aunque objetó las ideologías sociales que limitaban su interés a la condiciones materiales, Rabí Kuk se opuso igualmente a toda religión «que ignora la necesidad de mejorar la situación del mundo y el orden político, y se mueve en una atmósfera espiritual rarificada, vanagloriándose de la perfección del alma». Ese enfoque de la religión es totalmente «falso». Un hombre es Justo en el sentido religioso únicamente cuando sus actos – propios de la vida humana se ajustan a la santidad y cuando pugna por mejorar la condición humana. Porque entre la religión y la ética existe una relación intrínseca y permanente de interdependencia. La piedad religiosa -escribió de ningún modo debe desplazar el sentimiento humano de la moralidad.
Fue ese interés en la ética el que llevó al Rabino Kuk a criticar el lalssez faire de la que R.H. Tawney llamo «la sociedad adquisitiva»» Como Tawney, le afligía la obsesión de la sociedad moderna por los problemas económicos desconectados de una finalidad moral y religiosa, en una brega orientada exclusivamente hacia la adquisición de riquezas Para él, las actividades económicas debían estar sujetas a una escala de valores regida por una meta ubicada más allá del ámbito de esas actividades. Kuk no pensó que la teología debía formular un programa político Y social especifico, pero si estaba convencido en cambio que «una aplicación de todas las leyes de la Toráh en materia económica y social» no toleraría un sistema capitalista desenfrenado. El precepto del Deuteronomio, 6, 18, ‘y harás lo recto y bueno en Ojos de Dios» limitaba a su entender los privilegios de la propiedad privada, imponiendo sobre ella pesadas obligaciones.
En ese sentido, de modo harto signiticativo, interpretaba el sentido religioso del ano de Jubileo (Levítico, 25 8-12) como una suspensión de todas las operaciones económicas adquisitivas «Un ano de calma y de paz, sin amo ni opresor, un ano de igualdad y de tranquilidad, sin ninguna propiedad privada particular o ningún privilegio especial; en el que la paz divina desciende sobre todos los seres humanos. Está ausente el sacrilegio que proviene de la estricta insistencia los derechos de la propiedad privada. El deseo vehemente de la riqueza que es estimulado por el comercio se olvida en el curso de ese ano y el hombre torna a su naturaleza esencial. Un espíritu de santidad de dignidad impregna la vida entera durante el ano del Jubileo».
El interés en la materias sociales impone, sin duda alguna, una tensión a la persona religiosa y particularmente al místico religioso que nada preferiría más que sustraerse a todas las tensiones de la vida social. No obstante ello, el Rabino Kuk nunca se cansó de exhortar al místico a inmiscuirse plenamente en la vida social, a exponerse a sus peligros y a influir sobre la sociedad. Pero la vida social no debe ser considerada como su único y exclusivo propósito. «Es inconcebible que toda la aspiración humana se constrina solamente a la vida social » En una escala ideal de valores, los fines sociales y económicos se convalidan en última instancia por el sentido religioso de la vida.
Las preocupaciones materiales y las aspiraciones espirituales del hombre son inseparables. «Lo sagrado (kodesh) y lo profano (jol) inciden juntos sobre el espíritu y el hombre se enriquece absorbiendo de cada uno de ellos todo lo que se le adecua». En realidad, lo sagrado sólo puede existir mientras se asienta sobre «un fundamento profano» ya que la santidad espiritual debe reposar sobre la sólida base de la vida normal. Ningún hombre puede ser santo si no tiene conciencia de la función del mundo físico y si no se interesa de cerca por él. «Cuanto más fuerte es lo mundano, tanto más significativo lo sagrado», escribió el Rabino Kuk.
La opinión de que la santidad es un estado de pura espiritualidad fue criticada por Kuk por su unilateralidad Y su falta de equilibrio. Tal santidad prevaleció en el Pueblo judío en el curso de su larga dispersión, cuando quedó desconectado de su existencia normal en su hogar nacional. En el idioma de Kuk, esa situación fue descripta como la «santidad del exilio» en contradicción con la «santidad del país» que es el tipo normal de santidad, la vinculada a la tierra. Las condiciones del exilio ocasionaron un desequilibrio de la vida espiritual del judaísmo porque careciendo de normalidad los judíos idealizaron necesariamente un tipo de piedad religiosa cuyo sentido era el de la lucha contra y la dominación de todos los impulsos naturales. La renovación de la vida judía en la Tierra de Israel habrá de allanar el camino a la normalización de la santidad, promoviendo la espiritualidad sobre los sólidos fundamentos materiales de una vida físicamente sana.
Entre lo sacro y lo profano
La imprescindibilidad de una síntesis no debe borrar la distinción (havdalá) entre lo sacro y lo profano. La síntesis debe ser elaborada a lo largo de una escala ascendente. El peldano más bajo de ella es la proposición de que el hombre debe Poseer un cuerpo sano. Sólo una persona en pleno disfrute «del poder de la vida y del vigor físico» puede accionar debidamente su intelecto. La persona que es físicamente sana y hace pleno uso de su mente está en condiciones de crear un ‘marco de intelecto’; que no es sino la combinación de un cuerpo sano y de una mente lúcida. Esa persona es capaz de ascender a la santidad. De modo que la síntesis entre lo pío y lo mundano es, de hecho, la combinación de «lo sacro con la sabiduría de la conciencia de lo humano» porque así como la mente no puede funcionar adecuadamente en un cuerpo enfermo, del mismo modo lo sagrado no se da en la persona cuya conciencia intelectual es deficiente. El próximo peldano de la escala es el que comienza a conducir de la percepción humana a la proximidad mística de Dios y finalmente a la completa inmersión del hombre en el amor a lo divino. Pero incluso después de haber alcanzado el grado más elevado y sacro de la santidad el hombre no puede renunciar a esos peldanos más bajos de los que se valió para ascender a la santidad mística. Lo profano no sólo conduce al hombre hacia la santidad. El hombre Pío debe quedar vinculado de cerca a la vida física, porque la esencia de lo sacro exige quedar continuamente próximo a lo mundano. «Lo secular es la sustancia de lo sacro y santidad es su forma. Y en la medida en que dicha sustancia sea más estable, será más significativa su forma «.
Es por ello que un «cuerpo sano» se hace esencial para la vida religiosa: «Las exigencias de nuestra carne son grandes. Necesitamos un cuerpo sano. Nos hemos ocupado largamente del alma y hemos descuidado la santidad del cuerpo. Hemos desdenado la salud y las proezas físicas, olvidando que nuestra carne es tan sagrada como nuestro espíritu… Nuestro retorno (a Eretz Israel) sólo podrá tener efecto en caso de Caracterizarse, a más de la gloria espiritual, por un retorno físico que creará la salud de la carne y de la sangre, cuerpos fuertes y bien formados y la valentía espiritual contenida en poderosos músculos»
Lo material es parte integral de la vida espiritual y religiosa. La piedad debe quedar incorporada a lo físico no sólo como un recurso sino como una obligación religiosa que exige del hombre ser intelectualmente consciente del mundo físico. Eso Implica, por supuesto, la necesidad de una educación religiosa equilibrada y sintética, en la cual el estudio de las ciencias naturales debe complementar el de la literatura exclusivamente religiosa.
En una alocución pronunciada en la ceremonia de apertura de la Universidad Hebrea de Jerusalem en 1925, Rabi Kuk subrayó su concepción sobre la síntesis entre los estudios religiosos y los laicos. Habló allí de una tendencia doble en el judaísmo. La tendencia «interna», puramente religiosa, y la «externa», que es la que trae las ciencias al mundo judío. El sostuvo que la nueva universidad debía ser una combinación de ambas, aunque advirtió que la inclinación «externa» contenía en si un peligro espiritual: que la exclusiva concentración en la investigación científica alienase al hombre de los valores religiosos fundamentales. El estudio de las ciencias profanas siempre debe estar condicionado por el objetivo principal de los esfuerzos intelectuales del hombre, que es desenvolver el potencial humano inmanente hacia una devoción profunda por una vida en santidad. Kuk desaprobó la predilección moderna por la investigación científica que ignora los objetivos esenciales. Esa clase de estudio era sintomático de «una dolencia que corroe la vitalidad de lo sacro». Porque aunque la ciencia «pura» puede explicar la materia y la vida, no puede «crear» su sentido y su significado, ni puede dar forma ni dirección a la vida del hombre. Por lo demás, y esto es lo más importante, no puede impulsar al hombre a mejorar su estilo de vida, a perfeccionarse, a arrepentirse de la iniquidad y a «crear un nuevo hombre». Karl Jaspers sugirió una critica similar de las limitaciones de la ciencia cuando adujo que aunque la ciencia logra la claridad del conocimiento, no consigue en cambio la unidad ni la totalidad del mismo. La ciencia pone su interés en lo determinado, sin poder trascender sus limitaciones.
Un vivido ejemplo del enfoque de la ciencia por el Rabino Kuk lo da su exégesis de la historia del pecado de Adán, tal como lo relata el libro del Génesis. Refiriéndose a la teoría darwiniana del origen de las especies, escribió Kuk: «A nosotros nos resulta totalmente superfluo establecer si hubo de hecho en la antigüedad une edad de oro en la que el hombre gozó de riqueza espiritual y material o si la vida comenzó de lo profundo, del peldano más bajo de la existencia, desde la cual tendió y sigue tendiendo hacia uno más elevado. Lo que debemos reconocer es que es bien posible que el hombre, incluso después de haber alcanzado las alturas, puede caer de ellas por su maldad, y hasta puede danarse a sí mismo y a las generaciones por venir. Esto es lo que debemos aprender de la historia de Adán en el paraíso». No debemos repudiar a priori – la explicación de los científicos modernos sobre el origen del hombre, sino que debemos analizar sus teorías atendiendo a sus méritos. Por consiguiente, Rabi Kuk rechazó la exégesis literal del segundo capitulo del Génesis. Dejando de lado las hipótesis científicas, posiblemente nadie pueda sentirse satisfecho con una exégesis literal. Los capítulos relativos a la creación contienen los misterios del encuentro entre lo humano y lo divino, misterios que reclaman a voces una interpretación simbólica.
Para las personas religiosas, la teoría de la evolución es algo nuevo y apasionante, ya que trastorna conceptos tradicionales. Según el Rav Kuk, ese choque se da únicamente a nivel de la fe «grosera», no pensada. Al nivel intelectual más elevado de la percepción religiosa y de la experiencia religiosa mística, ni la ciencia comporta un ataque ni la religión tiene necesidad de defenderse. Por el contrario, la teoría de la evolución condice con los enfoques más profundos de misticismo judío, que siempre interpretó el mundo como hallándose en constante movimiento y evolución hacia la perfección final. No se trata del ciego élan vital de Henrí Bergson, ni hay aquí una referencia a la idea bergsoniana que la esencia de la realidad es el cambio. A Rabí Kuk no le interesaba el análisis ontológico sino la teleología, estando su pensamiento próximo al de la filosofía del proceso de A.N. Whitehead, que sugiere que el mundo es una suma siempre creciente de sucesos – y de experiencias y que la vida debe ser entendida a nivel de la interconexión entre el pasado y el futuro. Sólo que el Rabino Kuk le otorgó a la idea del «proceso» un propósito y una dirección vehementes, representados por el formidable ansia del hombre de abrirse paso hacia Dios, cosa que no puede cumplirse en una iluminación revelada, en un acto único, sino que debe alcanzarse por medio del progresivo esfuerzo de generaciones que se van acercando sucesivamente a la meta de la santidad.
SU OBRA
Los libros de línea filosófica publicados hasta hoy son: Igrot Reaiá (3 tomos), Eder Haiakar, Orot Hakodesh (5 tomos), Orot, Orot RaReaiá, Orot Hatorá, Orot Hateshuvá, Hamajshavá Haisraelit, Jazón Hagueulá, Jazón Hatzimjonut Vehashalom, Midot HaReaiá, Musar Avija, Olat Raiá (3 tomos – comentarios sobre el sidur), Ikvei Hatzón, Apelei Tohar, Kobetz Maamarim, Rosh Milim.
También escribió una explicación a las Agadot del Talmud las que aún no fueron publicadas en su totalidad.
En sus últimos anos escribió su libro «Halajá Brurá», sobre el Talmud. Asimismo comenzó a escribir otro libro «Berur Halajá», para explicar cómo se origina la halajá final, a partir del talmud.
En el año 5695, sus discípulos se prepararon para festejarle el 70 cumpleaños, pero el Rav se les dirigió a través de los diarios y pidió:
«No hagan ningún tipo de festejos para el 70 cumpleaños y eso es lo que realmente me dará el bienestar espiritual más profundo y verdadero».
A pesar de ello, recibió con alegría la «Ciudadanía de Honor» de Tel-Aviv.
En la primavera de ese año enfermó de un mal del que no se recuperaría.
En Rosh Jodeh Elul, su alumno el Rav David Cohen, le trajo los fascículos de «‘Orot Ha Kodesh», que habían sido impresos en ese momento. El Rav ordenó no escribir sobre su persona en las portadas de sus libros ningún tipo de alabanzas o títulos: ‘»No Rabeinu, ni Rav Harashí de Eretz Israel… solamente, Ha Rav».
El 3 de Elul, de ese mismo año, su alma pura y santa retorna al Reino de Cielo PARA GUIAR, DESDE ALLI, A LAS GENERACIONES VENIDERAS…
CITAS
AHAVAT ISRAEL: (El amor a Israel)
«Yo amo a todo. No puedo dejar de amar a las criaturas, a todos los pueblos. Deseo desde lo profundo de la belleza, Todo, en su perfección.
Mi amor a Israel es más ferviente, más profundo. Amo a todo hombre de Israel. Por siempre, la diestra acerque incluso a quienes se dirigen hacia la izquierda…
Los Tefilin son puestos sobre la izquierda.
Si fuimos destruidos y con nosotros el mundo se destruyó por SINAT JINAM (Odio en vano, sin sentido ni motivo), nos reconstruiremos y con nosotros el mundo a través de AHAVAT JINAM (Amor desinteresado).
Debemos estar seguros y confiar en la Bondad Divina, que todos nuestros hijos, incluso aquellos que están aislados y oprimidos a simple vista, serán buenos hijos de D’s.
El mal que existe en ellos no es sino externo y, en las profundidades del alma todo es bueno y santo.
A pesar que erran en su camino, de todos modos, muchos de ellos se identifican con el Pueblo y se enorgullecen con el nombre de Israel.
Justamente esta generación, que parece tan vacía y renegada, es la más propicia para llegar al arrepentimiento verdadero…»
(Igrot)
«Una revolución espiritual ocurrirá en Eretz Israel y en el Pueblo en épocas en que los comienzos de la Vida de la Nación asomen.
La tranquilidad material que llegará a gran parte de la Nación, quienes creerán haber llegado a su meta, empequenecerán el alma.
La aspiración a ideales elevados y santos, escaseará y por lo tanto descenderá el espíritu y se ocultará….
…Hasta que llegue la tormenta y revierta la situación. Verán entonces, que Israel se fortalece bajo el Santo Eterno. En la Luz Divina y su Torá. En el deseo de la luz espiritual que, ella, con total fortaleza, es la que vence todos los mundos y sus fuerzas».
(Orot)
COMIENZOS DE LA REDENCION
(HATJALTA DI-GUEULA)
«Es momento de hacer, pues recordó D’s a su pueblo.
Desde el Este, el Oeste, el Norte y desde el mar acuden nuestros hermanos de la diáspora. Por Tzión preguntan, hacia ella se dirigen. No cabe duda, este gran movimiento es el comienzo de la Redención.
Desde que la profecía se dejó entrever, el comienzo de la Redención se nos apareció, como dicen los Jajamim z»l. en Sanhedrin 98 «no tienes mejor senal que ésta, pues está escrito:… Y vosotros montes de Israel, vuestras ramas dad y vuestros frutos llevad a mi Pueblo Israel, porque están prestos a llegar (Ezequiel 36)
Bienaventurado quien llena su corazón de esperanzas de vida y salvación y vislumbra ya la luz de la Redención.
La maravilla se ha constituido en nuestros días y ante nuestrros ojos, las maravillas del «Senor de las Guerras y Florecedor de la Salvación».
(Jazón HaGueulá)
MEDINAT ISRAEL
«Un estado que por su esencia es ideal, que está grabado en su ser el contenido ideal más elevado, es en verdad, el más alto, el superior, en la escala de la felicidad.
Este estado es el nuestro, Medinat Israel, fundamento del trono celestial en el mundo que, todo su deseo es que D’s, el Unico y, Su Nombre, sea reconocido por todas las criaturas».
(Orot Hakodesh)
«El espíritu que saldrá de Ierushalaim reconstruida, en el que todo el Pueblo participará, será llamado y reconocido como el Espíritu Divino y Santo.
Con orgullo se elevará por sobre todas las culturas y, la voz que se oirá en nuestra tierra, será la voz de Iaacov, en la plenitud de su riqueza, grandeza y veracidad».
(Jazón HaGueula)
LA CUALIDAD DE LA VALENTIA
«Grandes Son nuestras necesidades corporales. Necesitamos un cuerpo sano. Nos ocupamos en demasía de lo espiritual y dejamos de lado la salud y la fuerza corporal.
El arrepentimiento tendrá valor si junto a su magnitud espiritual sumamos el arrepentimiento material.
El espíritu vibra y resplandece sobre músculos fuertes. El espíritu de la valentía se entusiasma en el movimiento de reconstrucción de la Santa Tierra…
El florecimiento de la valentía de Israel comienza a aparecer «y será el Pueblo de D’s como el león… y doblegará su mano a los enemigos Y todos sus adversarios sucumbirán…»
«La profecía comienza a aflorar».
ERETZ ISRAEL (La Tierra de Israel)
«Eretz Israel no es un ente externo, una posesión externa de una Nación o un medio para permitir su existencia material o espiritual.
Eretz Israel es una unidad independiente, ligada por lazos de Vida a la Nación, por cualidades internas y entranables a su existencia misma.
Las cualidades de la tierra y la nación se adecuan conjuntamente.
Así como el Pueblo tiene la capacidad de elevación espiritual en lo profundo de su Vida, así, la Tierra, Tierra de D»s, alumbra al pueblo que en ella vive.
La eternidad de Israel se basa en la naturaleza divina de la tierra, que le fue entregada por D’s que lo eligió como Su Pueblo.
Israel no puede desarrollar su creatividad independiente, intelectual y
vivencialmente sino en esa tierra. Fuente del sionismo, del Tanaj (Biblia), le otorga
toda la profundidad y el resplandor de la Traición
NO UN PUEBLO ODIADO EN EL MUNDO BUSCA UN REFUGIO SEGURO DE SUS PERSEGUIDORES, SINO UN PUEBLO SANTO, EL ELEGIDO DE LOS PUEBLOS, EL LEON IEHUDA DESPIERTA DE SU LETARGO Y REGRESA A SU TERRUNO».
(OROT)
EL PUEBLO DE ISRAEL
«El Pueblo de Israel está lleno de luz… Somos un Pueblo único, como quien es el Fundamento del Mundo. Somos más fuertes que el viento de los tiempos, más fuertes que los vigorosos del Universo.
Nuestro espíritu no teme a los tiempos, los crea dándoles su propia forma
(Orot HaTeshuvá)
NACION Y RELIGION
«Expresamos públicamente nuestra contrariedad ante !los resquebrajadores del alma judía. Contra quienes desean despedazar la magnífica unidad de los judíos y el judaísmo.
Sólo Conocemos un judaísmo completo y único, aquel que expresa: «Tú eres Unico y Tu Nombre Unico, quien como Tu Pueblo Israel, Unico en la Tierra’.
Esa unicidad es indisoluble y, no permite ser dividida en nacionalidad y religión. Y, más elevada que estas partes es la fuerza divina de Israel el antiguo, el eterno, el vigoroso como el penasco».
(Jazon Hagueula)
MIZUG GALUIOT -La adaptación de las diásporas
«La unidad del pueblo es deseada por nosotros, con todo corazón, en todos los lugares de nuestra dispersión Y, especialmente en Eretz Israel.
Todos Somos de un mismo Padre.
Tomo por testigos ante mis palabras al Cielo y la Tierra, el amor que siento es inmenso, con todo el corazón y el alma, a la generosidad del pueblo, como así también a cada individualidad.
Cada sector es un miembro especial y específico del «cuerpo» de Israel.
Es deseoso tratar constantemente de estar unido a todo el pueblo.
No existe perfección completa sino con la integración al pueblo en su totalidad.
Quien pudiera tener el mérito y ver a todos en un solo cuerpo dispuesto a confundirse en un abrazo de amor».
(Orot Israel)
MASHBER HADAT (La crisis de la religión)
Nuestra generación es maravillosa. Es todo asombro.
Es difícil encontrar otra similar en todo el devenir de los días. Está compuesta de contradicciones, luz y oscuridad se dan en ella en confusión.
Es baja y pobre, pero a la vez noble y sublime. toda culpable, pero a su vez toda inocente.
Debemos sobreponernos a sus características para poder acudir en su ayuda».
(Eder haiakar)
«La corriente de pensamiento que ha despertado ahora, sobre la que sostienen sus ideólogos que no necesitan de la existencia divina, si realmente pudieran arraigar un pensamiento nacional de esa naturaleza en pueblo, podrían representar a la nación desde la impureza y la aniquilación.
Pero lo que desean, ni ellos mismos lo saben.
Tan ligado está el espíritu de Israel a la Divinidad, hasta un punto tal que quien asegura que no necesita para nada del espíritu divino, siendo que sostiene que desea tan solo la esencia espiritual judía, es pues que la divinidad mora dentro de la profundidad de su deseo, aún contra su voluntad.
El individuo como tal, puede desligarse de la Fuente de la vida -D’s-, mas no así la nación judía en su totalidad.
Es así, que todos los logros de la nación, que tan caros le son como esencia de su espíritu nacional, en todos mora lo divino: su tierra, su lengua, su historia, sus dirigentes».
(Orot HaTeshuvá)
«Y deben los dirigentes, que se preocupan por el bien de la sociedad, tener en cuenta cómo educar a la generación, en relación a cada uno de sus componentes».
(Orot hakodesh)
El apego a D’s es la necesidad más natural del hombre
«De ningún modo podrá la humanidad y toda la creación, vivir sin la necesidad de apegarse a D’s, que vive siempre en su seno, a pesar que lo hace de un modo oculto, invisible».
(Orot HaTeshuvá)
«La duda se origina en la mente en lo intelectual, pero el sentimiento es más profundo».
(Arpelei Tohar)
«La llama divina arde en el seno del corazón»,
«Mucho preocupa a nuestro corazón, la corriente o libertinaje que se ha suscitado en el mundo y que ha causado verdaderas grietas en la Torá y la Fe, hasta el punto tal que miles son los que han dejado el judaísmo de un modo alarmante, olvidándose, así, la Torá y la Fe.
Pero esa situación terrible, desembocó en el despertar del sentimiento nacional que nos es muy necesario.
Esos hijos que se han alejado, al verse vacíos de todo sentimiento moral, sin encontrar ideas de ética para mentar su alma sedienta y, sumando a ello las persecuciones y aislamientos que encontraron en el seno los pueblos a los que acudían, con deseos de integrarse a ellos, pensando que al abandonar su judeidad serian recibidos con amor, sintieron, entonces, lo que les faltaba. Pero al alejarse de todo sentimiento
religioso, la observancia de la Torá y sus preceptos fueron olvidados, no encontrando paz y sosiego mas que en el sentir nacional, que, a pesar de todo, tiene dejos de ética y quietud espiritual.
Y es así que este sentimiento de nacionalidad despertó justamente y con toda su intensidad, en aquellos que están muy lejos de la Fe y la observancia de sus preceptos y, en quienes, la religión, quedó prácticamente sepultada.
Pero ahora, al encontrarnos ante esta realidad, no debemos alejar de sus corazones tal sentimiento, pues es el único vinculo que los une al Pueblo.
Pero así debemos explicarles qué es lo que el espíritu nacional judío requiere de ellos. Y de un modo recto y claro, ya encontraremos el modo de hacerles comprender cuál es el objetivo básico de este sentimiento y los verdaderos medios para afianzarlo, para la felicidad de nuestro Pueblo y su éxito sincero y veraz.
(Teudat Israel Uleumiutó)
«También de lo Profano se revelará lo sacro y del libertinaje, el yugo amado. Eslabones de oro se unirán y se elevarán también, de la poesía laica. El arrepentimiento teshuvá se descubrirá también de la literatura profana. Esta será la maravilla de la profecía mesiánica. Se abrirá el pimpollo, florecerá la flor, madurará el fruto y, sabrá el mundo entero, que el espíritu sacro «habla» Con Kneset Israel en todos sus movimientos y, el final de todo es la Teshuvá el arrepentimiento que traerá cura y Redención al mundo».
(Orot HaTeshuvá)
TESHUVA -Arrepentimiento
«El arrepentimiento es la sensación más sana del alma. Un alma sana en un cuerpo sano debe llegar a la extrema felicidad del arrepentimiento Y, siente Con él la mayor satisfacción natural».
(Orot HaTeshuvá)
«La naturaleza del arrepentimiento estriba en que otorga al hombre la quietud y el equilibrio al mismo tiempo… y, con ello le antepone a los Ojos de su espíritu las obligaciones de perfeccionamiento que lo resguardan.. y lo envuelven con un dulce haz de luz que llenan de valor su vida…»
(Orot Ha Teshuva)
ETICA Y RELIGION
» Es una buena senal para el hombre Y para un pueblo, cuando el sentido de la ética y la moral que poseen se va desarrollando».
(Orot HaKodesh)
«No lamentamos si algún aspecto de justicia social de establecerse aún sin ninguna chispa de recuerdo divino, pues sabemos que la esencia misma del deseo de justicia,
en la forma que fuere, es en si misma la influencia divina más deslumbrante».
(Igrot Reaiá)
«El mayor mal de la generación no se encuentra principalmente ni en su corazón, ni en su sentimiento, ni los instintos, ni en el libertinaje, ni en las manos que pecan, ni en los pies que se encaminan hacia el mal, a pesar que todos ellos están dolientes.
La esencia de la dolencia se encuentra en el cerebro, la mente, aún sin investigarlo mucho, vemos que la causa de los males de la generación está en el pensamiento».
(Eder Haiakar)
LA HEREJIA
«Es un error pensar que la herejía creció porque los rabanim no la combatieron, sino, más bien, porque sólo la combatieron.
Los pastores de nuestro pueblo están sumidos en un profundo letargo, no por negligencia, sino por debilidad de su alma, la cual no probó hace años el alimento que revive de verdad, la luz viva que se encuentra en la profundidad de la luz divina de la Torá. «El Rav se refiere aquí a la profundización filosófica del espíritu de la Torá.
…No es suficiente con palabras que estimulen el despertar, sino que hacen falta palabras embebidas de ciencia y conocimiento que surgen del intelecto pensante».
(lgrot Reaiá)
La problemática de la religión, sus preceptos, su cumplimiento y lo racional del intelecto, que para muchos, hoy día representan una seria contradicción, era ya hace más de cuatro décadas, tema de análisis para el «Rav», quien así expresa su opinión:
«El cumplimiento de los preceptos activos, sin pensamiento alguno, es una expresión de ascetismo que sólo desea saber -cuál es mi obligación y la cumpliré-…»
«No es posible que el espiritu de la santidad – Ruaj Hakodesh – y la Luz Divina reposen sobre Israel mientras no proceda a extirpar del seno de su alma el temor atroz y agobiante, que se aprehendió de él, como una enfermedad implacable, que prolonga los días de la diáspora y las persecuciones de los enemigos más bajos y perversos
(Eder Haiakar)
‘Entiendo que el principal impedimento para el éxito, en todos los esfuerzos por elevar y reforzar la situación de Israel en todo, radica en que se ha abandonado la Luz Divina completamente del corazón y del intelecto. Todos apuntan ahora tan sólo a mejorar la «proste frumkait» (en idish: la simple ortodoxia o religiosidad), como si fuera posible revivir al mundo con un cuerpo sin alma».
(Igrot Reaiá)
‘Religión o Fe con la que el intelecto no está de acuerdo, despierta enfado, enojo y crueldad, puesto que la parte más elevada del hombre, cual es el intelecto, se siente afrentada e injuriada por aquella…»
(Arpelei Tohar)
..»Pero tampoco podemos basarnos tan sólo en las tendencias del alma…»
(Arpelei Tohar)
«El mayor defecto que tiene la virtud de Irat-Shamain (temor al cielo), que no está bien ligada al resplandor de la Torá, es que en lugar de Irat jet (temor al pecado), se ha cambiado por Irat Hamajshavá (temor al pensamiento). y cuando el hombre teme pensar, se hunde en el fango de la ignorancia que extingue, de ese modo, la luz de su alma, debilita sus fuerzas y deprime su espíritu».
(Orot HaKodesh)
«El principio de todas las nobles ideas es la idea (o conocimiento) de D’s».
(Olot Reaiá)
FE-FILOSOFÍA
Sobre un tema tan extenso y, a su vez, tan abstracto como es el desarrollo de una línea de pensamiento filosófica macro y microcósmico, no es posible traer meras citas de la exposición que hace el Rav en sus más variados escritos, tanto por la profundidad como por la magnitud de sus análisis, pero si es dable comentar que en sus disquisiciones el Rav expone su opinión acerca de las distintas corrientes filosóficas, analizando el pensamiento de Kant, Spinoza y tantos otros, demostrando que, tras esa imagen de noble judío religioso, encontramos a un gran pensador, conectado íntegramente con el mundo circundante.
«Nuestra existencia temporal es tan sólo una chispa de la existencia eterna». (Orot HaKodesh)
El Rav expone las diversidades existentes entre las diversas religiones monoteístas, e incluso resalta las intimas diferencias para con el budismo.
Define al monoteísmo de la Torá e Israel como una Fe que «alegra a todo y da vida a todo». (Igrot Reaiá)
Resalta asimismo que la Fe judía es algo así como una síntesis de monoteísmo y panteísmo (Todo es D»s)
Fuente:
Masuah