Itongadol.- El Servicio Social de AMIA brinda prestaciones y servicios con el fin de mejorar la calidad de vida de la población más vulnerable y promover su inclusión social. Itón Gadol dialogó con Fanny Kohon, coordinadora general del área de Servicios Sociales, para conocer si la asistencia que brinda la institución creció a la luz del recrudecimiento de la situación socioeconómica del país. “Si bien la demanda es similar a años anteriores, se ha registrado un incremento el último trimestre”, destacó Kohon en la entrevista que aquí reproducimos en forma completa.
¿A cuántas personas llega AMIA a través de su Departamento de Programas Sociales?
Desde un enfoque basado en la promoción y el respeto por los derechos sociales, ofrecemos respuestas directas a más 25.000 personas a través de los diferentes programas que desarrollamos para asistir a familias, niños, adultos mayores, y personas con discapacidad.
Brindamos prestaciones para cubrir necesidades alimentarias, habitacionales, de abrigo, educación y salud. Además de la ayuda directa, implementamos múltiples programas de acompañamiento, asesoramiento, promoción de derechos y espacios que abordan de manera integral el cuidado y el bienestar de la población más vulnerable.
¿Se hizo una relevamiento de la situación social de la comunidad judía argentina durante el año pasado?
AMIA cuenta con un sistema de monitoreo permanente que posibilita la caracterización de la población que se encuentra incluida en sus diferentes actividades y proyectos. Además, el año pasado las organizaciones sociales de la comunidad judía, Fundación Tzedaká, Fundación Jabad, American Joint Committee (JDC) y AMIA, acordamos desarrollar un sistema de monitoreo periódico que permite detectar situaciones de vulnerabilidad, nuevas necesidades, prever potenciales crisis o situaciones de emergencia, instrumentar cambios y adaptar los programas sociales que brindamos.
¿Cuántos pedidos de asistencia social recibieron y si los pueden comparar con los últimos años?
Durante 2018 aproximadamente 3.000 personas recibieron prestaciones de nuestro Servicio Social destinadas a cubrir necesidades alimentarias, habitacionales y de salud. Cerca de la mitad se encuentra en situación de vulnerabilidad, si se toma como referencia la línea de pobreza de la Dirección de Estadística y Censos de la ciudad de Buenos Aires. El 50% de la población cubierta por el Servicio Social de AMIA son adultos mayores, cuyas situaciones de fragilidad se explica por diversos factores. Por ejemplo, la mayor dependencia respecto a los servicios de salud y el incremento en los gastos en que deben incurrir en este ciclo de la vida (medicamentos, personal especializado para el desenvolvimiento diario, etc.). Este año se recibieron 250 nuevas solicitudes de asistencia social integral. Si bien la demanda es similar a años anteriores, se ha registrado un incremento el último trimestre.
¿Cuáles son los sectores más afectados?
El cambio más significativo que hemos percibido se da en la severidad de las situaciones de vulnerabilidad de las familias atendidas. Cada vez más hogares perciben que sus ingresos no alcanzan para satisfacer sus necesidades básicas. Esto se traduce en la demanda de un aumento en el monto de los subsidios que reciben a fin de poder cubrir necesidades alimentarias, habitacionales y de salud.
¿Hay punto de comparación con la crisis de 2001?
Desde AMIA, monitoreamos de manera permanente las necesidades de la población más vulnerable. Y podemos decir que la situación es diferente a crisis anteriores. En 2001, por ejemplo, la pobreza creció mucho en la comunidad judía por la magnitud de la crisis económica por la que estaba atravesando nuestro país. Esto generó un aumento de la demanda y la necesidad de contar con fondos internacionales para poder dar cobertura a la población comunitaria. De hecho, la cantidad de personas atendidas por el Servicio Social de AMIA se ha mantenido estable en los últimos años, y es significativamente menor al 2001-02.
Por otro lado, se generó entonces un cambio de paradigma en el trabajo de las organizaciones comunitarias que está asociado con acciones orientadas a crear conciencia de ciudadanía en las familias, siendo el Estado el principal garante de sus derechos. En este contexto, AMIA ha fortalecido el trabajo en alianza con múltiples dependencias del gobierno, tanto a nivel nacional como provincial y municipal, así como con organizaciones internacionales y de la sociedad civil.
¿Qué panorama social se prevé para 2019?
Desde el Departamento de Programas Sociales tenemos previsto continuar con la totalidad de nuestros servicios y prestaciones, para seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la comunidad judía. El sistema de monitoreo que tenemos en funcionamiento brinda información permanente y confiable que facilita la detección temprana de cambios en el nivel de vida de la población destinataria de nuestros programas, para que ante situaciones de emergencia se pueda ampliar la red de protección social a las familias.
¿Qué desafíos presenta este año para el Departamento de Programas Sociales?
AMIA apoya y acompaña de manera permanente a la población más vulnerable. Tenemos previsto continuar con la totalidad de nuestros servicios y prestaciones, para seguir contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la comunidad judía. Es oportuno recordar que también brindamos atención integral a las familias y otorgamos subsidios para cubrir necesidades de alimentación, vivienda, educación y salud.
También desde nuestro Centro Integral de Adultos Mayores ofrecemos actividades integrales orientadas a la rehabilitación psicosocial de los adultos mayores, quienes reciben desayuno, almuerzo y merienda diariamente.
Contamos además con proyectos vinculados con Infancia, como la Orquesta Infantil y juvenil Arnoldo Fiedotín, Aprendiendo en Casa” Hippy”, Programas de inclusión escolar a las escuelas de la Red comunitaria, y además formamos parte de la Red de apoyo escolar del Ministerio de Educación porteño.
El Área de Discapacidad brinda orientación a instituciones, personas o familias que tienen a su cargo algún miembro con discapacidad y encuentran dificultades para elegir el espacio conveniente, tanto ante demandas de salud, educación y socialización. Contamos además con un Banco de elementos ortopédicos abierto a la sociedad general.
En nuestra sede de Uriburu, funcionan además las oficinas públicas de la ANSES, la Defensoría del Pueblo y el Centro de Acceso a la Justicia.
Los interesados en conocer más sobre nuestros proyectos y servicios pueden escribirnos a [email protected]; llamar al teléfono 4959-8815, o acercarse a Uriburu 650, de lunes a jueves, 9 a 17, y los viernes, 9 a 16.